Por voto en blanco repetirían Parlandino | El Nuevo Siglo
Lunes, 10 de Marzo de 2014

El más  duro contendor de los seis partidos que se disputaban las 5 curules al Parlamento Andino fue nuevamente el voto en blanco. A diferencia de hace cuatro años, en esta ocasión sí obtuvo la mayoría absoluta, por encima de los 23 candidatos del partido Conservador, Alianza Verde, Polo Democrático, Unión Patriótica y Cien por Ciento Colombia.

 

El voto en blanco supera la votación total por partidos, que entre todos alcanzan el 31,35%. Al cierre de esta edición, con el 96,42% de las mesas escrutadas, el voto en blanco lideraba la elección con un 35,77%, seguido por los votos nulos y no marcados que eran el 32,85%, los candidatos del partido Conservador (9,31%) y la Alianza Verde (8,02%).

En estas condiciones, se mantienen dos tesis con respecto a los resultados de estas elecciones. La primera, que el voto en blanco sí ganó, pues obtuvo la mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno del total de los votos válidos. Teniendo en cuenta que los votos válidos son 6’653.596, el límite para superar ese mayoría absoluta serían 3’364.717 votos, y el voto en blanco en efecto sobrepasa este número con 3’591.645.

La segunda teoría es que el voto en blanco no ganó, pues obtuvo el 35,76%, es decir, menos de la mitad. Así lo sostiene la actual parlamentaria andina Gloria Flórez: “El voto en blanco no ha ganado, ganamos nosotros a pesar de que estaban unidos los partidos mayoritarios, el Gobierno nacional y los medios de comunicación contra esta elección. El voto en blanco solo tiene el 35% y eso lo vamos a dirimir jurídicamente”. Si bien esta opción no logra más del 50% de los votos totales, esto se debe al alto porcentaje de votos no válidos.

Si se toma como válida esta última posibilidad, cuatro de las cinco curules confirmadas por Colombia para este organismo suramericano serían para Rafael Flechas y Gerardo Cañas del partido Conservador; y Leonor Zalabata y Gloria Isaza de la Alianza Verde.

Hasta el momento, ninguno de los organismos competentes ha optado por alguna de estas dos posturas. Sin embargo, la elección de 2010 sentó un precedente. En ese entonces, el voto en blanco alcanzó la mayoría simple, con un 14.74%; y aunque también surgió el debate sobre si se debía anular o repetir la elección, un fallo del Consejo de Estado decidió que los resultados eran válidos puesto que “para que el voto en blanco pueda tener la posibilidad de anular la elección, debe obtener la mitad más uno del total de votos válidos”.

Así, quedó en firme la elección de Héctor Helí Rojas del Partido Liberal, William Vélez y Luisa del Rio de La U, Oscar Arboleda del Partido Conservador y Gloria Flórez del Polo Democrático.

 

Un organismo impopular

El Parlamento Andino es el órgano deliberante y de control de la Comunidad Andina de Naciones y está integrado por cinco representantes de cada uno de los países que lo conforman: Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Tiene sede en Bogotá y su misión no es legislar, sino brindar consejos y dar su opinión sobre temas que afecten a algún miembro de la Comunidad Andina. La primera vez que Colombia escogió sus representantes por elección popular fue en 2010.

El año pasado se confirmó que esta será la última votación en el país para elegir parlamentarios andinos, pues se aprobó una ley que acabaría con estos comicios y llevaría a que se escogieran a dedo como se hacía anteriormente.

A esto se suma que durante el último año el Gobierno nacional se dedicó a promover el voto en blanco para el Parlamento Andino. “El Parlamento Andino no tiene función, es demasiado costoso”, manifestó el presidente Santos argumentando que este cumple las mismas funciones de Mercosur y al año le cuestan al país cerca de 1.300 millones de pesos. De hecho, inicialmente el ejecutivo le había propuesto a los partidos que no presentaran candidatos.

A la incertidumbre de quién es el ganador a estas elecciones del Parlamento Andino se suma el incierto futuro de la Comunidad Andina de Naciones. Ya en años anteriores Santos y el presidente de Perú Ollanta Humala plantearon la posibilidad de desintegrar la CAN para dejar el propósito de la “integración suramericana” exclusivamente a Unasur.

Por eso es cada vez más fuerte la apatía de los votantes colombianos en estos comicios, con una particularmente alta cifra de tarjetones no marcados (27,95%) y constituyéndose en la única categoría donde el voto en blanco pone a tambalear a todos los candidatos y partidos.