Luego de seis años desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio, TLC, entre Colombia y Estados Unidos, por fin el Acuerdo entra en vigencia el próximo 15 de mayo. Desde ya, el TLC implica una nueva relación con la primera potencia mundial, ya que el país pasa de un escenario unilateral a una relación estable y permanente.
A partir de ahora, tanto exportadores como importadores podrán proyectar los negocios a largo plazo y generar más empleo para Colombia.
Así lo afirma el ministro de Comercio, Industria y Turismo Sergio Díaz-Granados, quien resume de esa forma las ventajas que tiene para el país el acuerdo comercial suscrito con una de las principales economías del mundo.
Según proyecciones hechas durante la negociación por el Departamento Nacional de Planeación, sólo el impacto que tiene eliminar los aranceles permitirá a la economía de Colombia crecer 0,48 puntos adicionales y se prevé una disminución de dos puntos en el desempleo, cinco años después de su puesta en marcha.
El mercado de Estados Unidos es importante por su número de habitantes: más de 310 millones, por su PIB superior a 14,6 billones de dólares y por el PIB per cápita de 47.400 dólares, según datos de 2010. En ese mismo año, 43 por ciento de las exportaciones colombianas llegaron a ese mercado, es decir 16.900 millones de dólares, mientras que los productos estadounidenses que fueron colocados en el país alcanzaron 10.400 millones de dólares. Esto convierte a Estados Unidos como el principal socio comercial de Colombia.
La aprobación del TLC deja dos efectos. El primero es inmediato: extiende la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de Erradicación de Drogas, ATPDEA, la cual fue renovada hasta julio de 2013. El segundo es a mediano plazo y tiene que ver con el aprovechamiento del Tratado.
En el caso de la ATPDEA, los exportadores colombianos se beneficiarán, teniendo en cuenta la retroactividad con la que fue aprobada la Ley: desde el pasado 5 de noviembre la Custom and Border Protection (aduana de Estados Unidos) empezó a devolver los aranceles pagados en el tiempo que no estuvo vigente, es decir entre el 13 de febrero y el 4 de noviembre de 2011.
Este hecho reviste importancia por cuanto 60 por ciento de las exportaciones colombianas (9.800 millones de dólares) se realizaron bajo esta figura.
En el mediano plazo, sectores como el de textiles y confecciones podrían triplicar sus exportaciones a ese mercado en los próximos tres años, tras la entrada en vigencia del TLC. Hay otros sectores clave de la industria que crecerán de manera acelerada ante las nuevas oportunidades.
Una de las mayores apuestas del Gobierno al negociar y suscribir acuerdos comerciales tiene que ver con la generación de empleo. Cálculos hechos por el CIDE estiman que el TLC con Estados Unidos generará 380 mil nuevos puestos de trabajo.
La industria de las confecciones, una de las mayores generadoras de empleo, podrá aumentar su capacidad de exportación y con ello el empleo industrial.
En cuanto a las micro, pequeñas y medianas empresas -Mipyme-, que suman en Colombia más de un millón 200 mil (en su mayoría de los sectores de comercio y servicios), podrán gracias al TLC adquirir equipos y materias primas más económicas para atender el mercado nacional.
Para el Zar del TLC Hernando José Gómez, todos los ojos están puestos en la implementación del acuerdo comercial ya que “estamos más listos que otros países que ya tienen TLC como Centroamérica, Perú y México”.
Señala que “pudimos estar mejor preparados para el TLC con Estados Unidos, pero la pronta entrada en vigencia se convierte ahora en la gran disculpa para acelerar los procesos, para generar competitividad e incrementar el comercio del país”.
Reconoce que elTratado será una disculpa para hacer las reformas que el país requiere, pues de otra forma las correcciones se demorarían más. Dice que “el principal problema que vemos es que no hay avance en temas institucionales, aún hay muchos cuellos de botella en algunos organismos que regulan el comercio exterior colombiano. Sin embargo, tenemos más de 50 mil millones de dólares en exportaciones al año por lo cual esperamos que esa actividad comercial se incremente de una manera importante”.
Explica que ya se tienen problemas en algunas instituciones como el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la Policía Antinarcóticos, la Autoridad Marítima Nacional (Dimar), los puertos, entre otros agentes de la cadena de comercio, “pero lo importante es que estamos trabajando en eso para estar completamente listos y competir en el mercado estadounidense”.
“El objetivo también es lograr mejores tiempos en el comercio exterior, pasar el estándar de 48 horas para la nacionalización de cualquier mercancía que ingrese al país. Creo que ese es uno de los retos en los que estamos trabajando para ser más competitivos en las actividades de exportación e importación”.
“Buscamos tener una cobertura suficiente, para lo cual trabajamos con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, que tiene un instructivo para todas las aduanas en diferentes regiones del país. Hay compromisos para cumplir los derechos de los exportadores y así evitar lo que pasó cuando entró en vigencia el TLC con Canadá, que los agentes aduaneros no tenían conocimiento de los nuevos lineamientos”, sostiene Gómez.
Señala que el TLC cubre más de 40 por ciento del comercio internacional colombiano; lo que pasará este 15 de mayo es que cambiarán las reglas de juego en cuanto a beneficios arancelarios y contingentes de exportación principalmente. Lo importante es que estemos preparados y seamos conscientes de la aplicación del contenido del acuerdo comercial.
Indica el Zar que, dentro del acuerdo, de un total de 99 por ciento de productos que entrarán con cero arancel, cerca de 84 por ciento lo harán inmediatamente entre en vigencia el 15 de mayo. En el tema agrícola hay amplias oportunidades, hay otras que reforzar, pero creemos que es un buen momento porque el precio internacional de comoditties es favorable.
En cuanto a importaciones hay grandes oportunidades. Habrá un incremento de la compra de tecnología de mediana y alta gama, de maquinaria y equipos industriales y de productos naturales y materias primas. De 7 mil 463 productos que entran a preferencias arancelarias, unos 5 mil 444 tendrán desgravación inmediata.
Frente a la infraestructura, Gómez sostiene que “este es un problema latente en el país, pero es algo que no se soluciona de la noche a la mañana; sin embargo, estamos trabajando en eso, el Ministerio de Transporte adelanta una serie de trabajos para mejorar la competitividad”.
En infraestructura para este TLC lo más importante son los tres corredores de comercio exterior. Primero, la Ruta del Sol que ya se inicia; el corredor Bogotá-Buenaventura; y por último la Autopista de la Montaña, que es crítico para el comercio de la capital antioqueña. En el corredor Bogotá-Buenaventura aún nos falta mucho trabajo y en el de la Autopista de la Montaña ya tenemos los diseños y hay que definir todo el esquema que se va utilizar para su financiación. Los proyectos se han convertido en una prioridad para el Ministro de Transporte y hay unos segmentos que todavía tiene que contratarse como por ejemplo el túnel de la Línea.