Por desbalance fiscal, Fitch bajaría nota al país | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 12 de Julio de 2017
Redacción Economía
Lentitud en ejecución de 4G y baja en producción petrolera aumentan posibilidades de rebaja de calificación internacional.

La calificadora de riesgo Fitch Ratings resaltó que la capacidad crediticia de Colombia podría verse presionada si el crecimiento es menor de lo esperado y los mayores déficits fiscales socavan los esfuerzos para estabilizar y reducir gradualmente la carga de la deuda del Gobierno.

Al hacer un análisis de la situación de la economía nacional, Fitch revisó recientemente su previsión de crecimiento de 2017 a un 2%, frente al 2,3%, dado que la ejecución de los proyectos de infraestructura vial de la Cuarta Generación, 4G, es más lenta de lo esperado y una disminución en la producción de petróleo.

Según el plan financiero, el ajuste del 0,5% del PIB en el déficit fiscal de 2018 dependerá más del recorte de los gastos de capital que del aumento de los ingresos gubernamentales.

Así, tras el Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado recientemente por el Gobierno, se espera que la deuda con el PIB se estabilice en 2018 en lugar de comenzar a caer, como se esperaba en el informe de 2016.

Esta advertencia se une a otra hecha por su par Standard & Poors, que colocó al país en terreno negativo, que es uno de los pasos previos a una rebaja en la calificación de los países.

Moody’s por su parte advirtió hace algunas semanas que hay que continuar con el proceso de ajuste en Colombia para alcanzar las metas fiscales propuestas.

Analistas del Banco Itaú estiman que la falta de consolidación fiscal significativa, a pesar de la implementación de la reforma tributaria, junto con un ajuste más lento de los desequilibrios externos, una inflación con lenta convergencia hacia la meta y la desaceleración en crecimiento, aumentan las probabilidades de una rebaja de la calificación.

La agencia de calificación de Moody's ha indicado que la perspectiva de calificación crediticia de Colombia podría cambiarse a negativa, actualmente es Baa2 con una perspectiva estable. Mientras tanto, S&P tiene una perspectiva.

Los objetivos fiscales modificados, señala la calificadora, no ponen en riesgo la tendencia general de disminución de la carga de deuda en el mediano plazo, pero sí resaltan los riesgos de alejarse de las metas fiscales.

La carga de deuda bruta de Colombia, la cual está justo por debajo de 50% del PIB, es casi 10 puntos porcentuales superior a la mediana de la categoría de calificación BBB.

 

Ambiente político no ayuda

De acuerdo al marco en cuestión, el ajuste de 0,5% del PIB en el déficit fiscal de 2018 dependerá más de reducir los gastos de capital que de incrementar los ingresos del Gobierno.

Estos recortes serán difíciles de alcanzar dadas las elecciones del Congreso programadas para el 11 de marzo y la elección presidencial prevista para el 27 de mayo, ambas en 2018.

Existen también presiones adicionales derivadas del Acuerdo de Paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, consideró Fitch.

La meta de 2019 permanece sin cambios, en un déficit de 2,2% del PIB, convergente al objetivo de déficit fiscal estructural de 1% del PIB para 2022.

El ajuste de casi 1% del PIB necesario para alcanzar la meta de 2019 es ambicioso sin estar acompañado de medidas adicionales en relación con ingresos tributarios y depende de recortes de gasto complementarios y esfuerzos antievasión de impuestos que deriven de reforzar la capacidad de la autoridad tributaria.

 

En constante revisión

La proyección de Fitch para 2018 permanece sin cambios en 3,2%. Es probable que la flexibilización monetaria en curso impulse la demanda local, los cuellos de botella en infraestructura se resuelvan a inicios de la segunda mitad de 2017 y la producción de petróleo se estabilice.

El crecimiento y las métricas fiscales de Colombia permanecen en riesgo a causa de la perspectiva del sector petrolero. La producción de petróleo en el país cayó a 840 mil barriles diarios en el primer trimestre de 2017 desde más de 1 millón en 2015.

El Gobierno espera que la producción petrolera se estabilice en 2018 y solo decrezca gradualmente después.

Caídas significativas adicionales en esta debilitarían las perspectivas de crecimiento general, así como los ingresos petroleros, los cuales se estima que alcancen 0,3% del PIB en 2018 y 0,5% en 2019.

Retrasos para completar los proyectos de infraestructura 4G también afectarían el crecimiento de mediano plazo.

Fitch revisó a Estable desde Negativa la Perspectiva de la calificación soberana de Colombia de ‘BBB’ en marzo de 2017.

El cambio refleja tanto el paquete de reformas fiscales aprobado en diciembre de 2016 para reducir el déficit fiscal como la disminución de los desbalances económicos del país, en particular un déficit de cuenta corriente notablemente menor de 4,4% del PIB en 2016 frente a 6,4% en 2015.

La inflación anualizada disminuyó hasta resultar por debajo de 4% en junio de 2017, por primera vez dentro de la meta del banco central desde enero de 2015 y significativamente menor que su máximo de 8,9% en julio de 2016.

Fitch prevé que esta aumente a 4,2% al cierre del año. Aunque dicho nivel está ligeramente por encima del límite del banco central, la inflación debería converger hacia el punto medio del objetivo de 3% en 2018.

Desde diciembre de 2016, el banco central ha reducido su tasa de interés en 175 puntos base, a medida que la tasa real de inflación y la meta del banco central comenzaron a converger. Fitch prevé reducciones futuras en la tasa en 2017, pero anticipa que el ritmo de estas dependerá de los datos.

Igualmente hay expectativa por lo que pueda ser el presupuesto general de la Nación para 2018 de 2018, que será presentado al Congreso a finales de julio de 2017, para su aprobación al cierre de octubre próximo.

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