Los ministros europeos de Agricultura se reúnen de urgencia para analizar qué medidas tomar ante el escándalo por el hallazgo de carne de caballo, comercializada como carne vacuna, en comidas precocinadas.
Bruselas convocó una reunión extraordinaria a las 16H30 GMT entre los países afectados (Francia, Reino Unido, Luxemburgo, Suecia, Rumanía y Polonia) además de Irlanda, que ejerce la presidencia rotativa de la UE, ante el impacto que ha tenido "el fraude". Sin embargo, aclaró que no tomará ninguna decisión este miércoles.
El presidente francés, François Hollande, afirmó que el caso era "grave" y se felicitó por la decisión de los ministros de tomar cartas en el asunto.
"El presidente de la República subrayó que se trata de un caso grave para la confianza de los consumidores, y potencialmente grave para el sector francés (de la carne)", informó la portavoz del gobierno Najat Vallaud-Belkacem.
Cada vez más presionada, la Comisión Europea no excluyó hacer obligatoria la mención sobre el lugar de origen de la carne en las comidas elaboradas, frente al escándalo de la carne de caballo etiquetada como carne bovina en comidas congeladas.
"Sí, estamos considerando el asunto", dijo el comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, en conferencia de prensa refiriéndose a la posibilidad de mencionar "el lugar de origen de los platos preparados".
"Algunos países están a favor, otros creen que es complicado. Vamos a ver si se puede hacer, si no es demasiado complicado. Dejo las puertas abiertas", precisó.
Desde el escándalo de la "vaca loca", la carne bovina fresca debe mencionar su origen. No es el caso para los productos elaborados con carne que tienen sólo la obligación de mencionar el tipo de carne utilizada.
Ante la envergadura del escándalo, la Comisión Europea se defendió de las crecientes acusaciones de carencias en seguridad alimentaria.
Se trata de un problema de "fraude" en el etiquetado del producto, insistió Borg.
"Que esta carne haya cruzado varios países significa que algunos han incumplido la ley o simplemente cometieron un fraude".
"Sería injusto e inapropiado para la UE convertir este caso en un asunto de seguridad alimentaria sin tener pruebas", advirtió Borg.
"No se trata de una falta de legislación, es que esta no se ha cumplido. La ley es muy clara, si hay carne de caballo en la lasaña, esto debe estar incluido en la etiqueta", dijo.
El comisario subrayó que -de momento- "no hay ningún indicio" de que se esté ante un problema de salud pública.
Bruselas ha aclarado que actuaría sólo ante una alerta sanitaria, como pasó con la epidemia en 2011 de la bacteria E. coli, que causó más de 4.000 contagios y unos 50 muertos.
Pero si no hay riesgo sanitario la competencia recae en los Estados miembros.
De momento las pesquisas iniciadas en varios países no han aclarado dónde se habría cometido el engaño.
La reunión se celebra un día después de que las autoridades británicas llevaran a cabo registros en dos plantas cárnicas del Reino Unido sospechosas de haber utilizado carne de caballo presentada como bovina en kebabs y hamburguesas, anunció la agencia de seguridad alimentaria (FSA).
La FSA precisó en un comunicado que suspendió las operaciones en estas dos plantas, un matadero en West Yorkshire (norte de Inglaterra) y una fábrica de tratamiento en Gales, en las que requisó toda la carne y se incautó de documentos, incluidas listas de consumidores.
Las autoridades del Reino Unido -donde los caballos son muy respetados y el consumo de su carne es un tabú- creen que el matadero inglés suministraba carcasas de caballo a la planta de tratamiento galesa.
Estas fueron las primeras redadas anunciadas por las autoridades desde que en enero estalló el escándalo, antes de que se extendiera a otros países de Europa.
La carne, de origen rumano, había transitado por un corredor holandés, luego por uno chipriota, antes de llegar a un proveedor francés, Spanghero, para después ser dirigida hacia la empresa francesa Comigel, especializada en platos congelados, y finalmente redistribuida en platos preparados del grupo agroalimentario sueco Findus y diversos distribuidores.
Desde entonces, Francia, Suecia y Holanda también han retirado productos congelados cocinados a base de carne de vacuno.
Rumania ha negado tajantemente las acusaciones de que "el fraude" fue cometido en ese país.
"Me es difícil creer que un matadero rumano haya podido suministrar carne de caballo etiquetada como carne vacuna", debido a los controles sistemáticos que hay en los mataderos, declaró a la AFP el presidente de los Sindicatos de la Industria Alimentaria (FSIA), Dragos Frumosu.