Póngase a pensar. El triunfo del presidente Chávez en Venezuela nos ha devuelto a la realidad. El comandante controla desde el Palacio de Miraflores instituciones, Fuerzas Armadas, presupuestos y ejerce enorme influjo sobre la guerrilla de Colombia. Con todo esto a su favor, no le fue nada difícil obtener los resultados por encima de pronósticos, encuestadores y sondeos conocidos a boca de urna que le daban el triunfo a Capriles.
Lo que se logró.Cuando el expresidente Uribe entregó el poder a Santos el 7 de agosto de 2010 había logrado: primero, recuperar el territorio que antes se encontraba en manos de la insurgencia y más de 350 alcaldes tenían que despachar desde los cuarteles de las ciudades capitales. Segundo: cambió la correlación de fuerzas, pues antes quienes ponían las condiciones eran los guerrilleros. Tercero: puso el Ejército a la ofensiva. Cuarto: redujo el conflicto a un asunto marginal e interno. Quinto: le quitó todo el protagonismo internacional a las Farc.
Oxígeno.Con el triunfo de Chávez es indudable que la guerrilla colombiana se oxigena y envalentona, volviendo a acariciar la posibilidad de obtener triunfos militares y políticos. Bien vale la pena preguntarse: ¿son inconvenientes para el proceso de paz colombiano la injerencia del comandante Chávez y la dependencia en las conversaciones que hoy tienen esos diálogos por parte del gobierno chavista?
Credibilidad.Para una guerrilla residual como las Farc resulta un gangazo que de un conflicto que estaba circunscrito a Colombia, tenga ahora un escenario allende las fronteras; que de una guerrilla sin credibilidad nacional e internacional pasamos ahora, por cuenta de la intermediación del gobierno bolivariano, a un conflicto internacionalizado, dándole estatus a un cartel de la guerrilla y lo más grave: legislando en Oslo y La Habana; exigiendo beneficios, amnistías e indultos y, de paso, impunidad, mientras a nuestro Ejército se le condena cuando existen doce mil procesos pendientes contra las Fuerzas regulares, como el caso del general Uscátegui, denunciado en Semana por el periodista Daniel Coronell.
Claramente.Escribió el columnista: “El general Uscátegui espera que la Corte Suprema revise la sentencia en casación y establezca cuál fue el peso de esta equivocación en su condena… En un expediente tan grande siempre cabe la posibilidad del error… La declaración de la discordia está en los folios 182 a 190 del cuaderno 28 del proceso, pero los magistrados lo situaban equivocadamente en el folio 42… Lo ordenaron con base en una presunción falsa”…
Significados.El propio Chávez declaró que “las conversaciones de paz en Colombia y las elecciones en Venezuela hacían parte de un mismo asunto”. Curiosamente, en su primer pronunciamiento desde La Habana, las Farc agradecieron “el apoyo logístico para las conversaciones”. ¿Qué significa el apoyo logístico? La propia exsenadora Piedad Córdoba le dijo a la prensa venezolana, antes de conocer la victoria del comandante, que de perder Chávez la Presidencia, los términos de la negociación serían otros. Como quien dice: huevo es, gallina lo pone y Chávez lo impone.