Cinco mujeres narrando la pesadilla de ser víctimas de la trata de personas. En medio de una escenografía con una sencillez sorprendente, ellas cuentan, a través de la palabra y del cuerpo, historias que evocan la pesadilla que algún día vivieron. Sentado en la silla, el otro, el que está en frente, logra entender algo de las atrocidades, del dolor, los gritos y los sollozos.
Esta es la puesta en escena de “5 mujeres, un mismo trato”, obra teatral que fue el marco de la firma del “Manifiesto Distrital contra la Trata de Personas”. El evento, organizado por la Dirección de Derechos Humanos de la Secretaría Distrital de Gobierno con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), fue un éxito rotundo, al punto que la compañía Casa Ensamble decidió hacer doble función ante la gran cantidad de asistentes.
Este trabajo de concientización de poner en cintura la trata de personas en la capital del país está acompañado de operativos que realizan las autoridades.
El Manifiesto es una declaración conjunta que incluso todos los presentes en el acto podían firmar. Es una serie de compromisos que la administración distrital asume para combatir un delito que en ciertos casos no se asume con la rigurosidad que se debería. La dimensión económica (32.000 millones de dólares de ganancias ilícitas) y el número de víctimas (entre 600.000 y 800.000 seres humanos) indican que no es un tema menor en el mundo y que es una vulneración preocupante a los Derechos Humanos.
En Bogotá, Según el último estudio realizado por la Universidad Nacional y la Unodc, las dinámicas de la trata de personas está atravesada por la explotación sexual, que se concentra en las localidades de Mártires, Suba, Santa Fe, Barrios Unidos, Kennedy y Bosa. Además, por tener el mayor aeropuerto del país, la ciudad se convierte en un punto estratégico del tráfico ilegal de personas. Se ha conocido también que existe otro fenómeno emergente, la trata intraurbana, es decir, personas captadas en los barrios y explotadas dentro de la misma ciudad.
De hecho, estas cinco mujeres, protagonistas de la obra, han sido víctimas dentro y fuera del país de este cruel delito. Todas se atrevieron a contar sus historias, algo nada sencillo teniendo en cuenta que los ataques a la dignidad humana dejan una huella muy profunda en las personas. Ellas cinco, sin duda, logran transmitir algo del horror que han sufrido, al igual que cientos de miles de personas en el mundo.
Bogotá, como una ciudad que busca ser un referente en la protección de los Derechos Humanos, se da cuenta de la necesidad inminente de tomar medidas para combatir la trata de personas. El manifiesto (documento adjunto), cuya lectura fue realizada por Camilo Castellanos, director de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno, busca proteger a las víctimas y la población vulnerable a este delito. Igualmente, se van a crear estrategias para poder identificar los posibles casos de trata de personas en la ciudad.
A través de la valentía de aquellas que decidieron sacar a la luz sus peores recuerdos y sus mayores dolores, se entiende la importancia de que tanto los gobiernos, las entidades públicas y la sociedad en general sean conscientes de la necesidad de erradicar este atentado a la naturaleza humana.