Polo y sus ‘disidentes’ no concuerdan con apoyo a candidatura de Garzón a la OIT | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Febrero de 2012

La candidatura del vicepresidente Angelino Garzón a la Dirección Ejecutiva de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se viene promoviendo desde hace varios meses, es apoyada por Egipto, Turquía y Estados Unidos, por la mayoría de sectores políticos del país y los empresarios colombianos; sin embargo, Garzón no cuenta, ni va a contar, con el respaldo de la izquierda.

 

La presidenta del Polo Democrático Clara López manifestó que ellos no avalan la candidatura del Vicepresidente porque “el Gobierno actual mantiene todas las políticas violatorias a los derechos de los trabajadores”.

Pero los problemas de unanimidad en la colectividad amarilla siguen siendo evidentes, después de que los senadores disidentes (Luis Carlos Avellaneda, Camilo Romero, Jorge Eliécer Guevara y Mauricio Ospina), quienes se han declarado parte del movimiento Progresistas, expresaran abiertamente su intención de respaldo a la campaña del vicepresidente Garzón.

“Los senadores del Progresismo acompañamos la propuesta de Angelino Garzón a la OIT”, expresó Guevara. Por su parte, el senador Avellaneda dijo que la postulación es “una exaltación para Colombia y su clase trabajadora”.

Según el Comité Ejecutivo del Polo, su decisión es consecuente con “la difícil situación que hoy viven miles de colombianos en relación a la vida y sus reivindicaciones laborales, donde más de tres millones de trabajadores son tercerizados sin contrato laboral”.

Sin embargo los congresistas respondieron diciendo que quien impulsó y creó el modelo de contratación por cooperativas no es el Vicepresidente, sino que es la consecuencia del desarrollo de políticas neo-liberales y que en consecuencia culpar a Garzón es equivocado y poco amable.

Y es que la campaña de rechazo ha sido tal que ha, literalmente, cruzado fronteras, luego de que el senador del Polo Alexander López emprendiera un viaje por Estados Unidos denunciando una supuesta ausencia de garantías para los trabajadores y los sindicatos del país.