Hace más de un año que fue sancionada con ‘bombos y platillos’ la Ley del Actor para proteger sus derechos laborales, sin embargo, transcurrido este tiempo está casi todo por hacer en su implementación.

EL NUEVO SIGLO dialogó con Ramsés Ramos, miembro de Asociación Colombiana de Actores.

EL NUEVO SIGLO: ¿Para ustedes ya se están dando los primeros frutos de la Ley del Actor?

RAMSÉS RAMOS: Desafortunadamente, el asunto de la pandemia retrasó muchos propósitos que se tenían debido a todo este asunto del confinamiento, pero la Ley está allí y en este momento estamos creando unas estrategias para acercarnos a las instituciones que demanda la Ley para que se empiece a implementar estos artículos vía reglamentos, vía decretos, y podamos tener una Ley que empiece a caminar hacia donde planificamos que hiciera, y es la defensa de los derechos de los actores y que permitiera unas condiciones de trabajo dignas y además que abriera la posibilidad para generar unos espacios de trabajo.

Ahora se metió esto y las dificultades propias de lo que esto trae pues los protocolos obligan a cambiar muchas cosas. En este momento se está es repensando por dónde va a ir el asunto de las grabaciones, filmaciones, puestas en escena de actividades en espacios cerrados como los teatros.

Esto ha hecho que se empiece a detener todo el proceso de trabajo, pero eso no quiere decir que desde el sindicato no estemos buscando la manera de anticipar a partir de la reglamentación de la Ley todo lo que pueden ser los beneficios que esa norma tiene.

ENS: ¿Cuáles son los elementos de esta Ley que los actores necesitan que se pongan en práctica más rápido?

RR: Es urgente porque además ya está pasado por vencimiento de términos la creación del registro nacional de actores, eso está en cabeza del Ministerio de Cultura, que aún no ha implementado esto tal como la Ley lo obliga, que sería de mucho provecho en un momento donde se necesita tener caracterizado el sector der los artistas para poder tener unas políticas públicas coherentes y cohesionadas.

Por el otro lado hay en la Ley también algo que debería ser urgente y es que se establezca una mesa de trabajo que debe estar en el Ministerio de Trabajo con asiento del sindicato de los actores, y crear desde allí una serie de estudios, posibilidades, generar todo unas dinámicas que vayan en pro del bienestar de los actores, en pro de su trabajo, de sus condiciones, de lo que pueda rodear las buenas prácticas laborales en el ejercicio actoral.

Eso debe presentar unos informes al Congreso de la República de manera periódica. Esa mesa tampoco se ha instalado y sería muy importante que se instale porque se hace urgente el hecho de poder anticipar cómo se va a hacer este ejercicio de alguna manera en medio de estas condiciones para que tengamos una especie de hoja de ruta, asumiendo lo que significa esto y el ejercicio del vivir y el ejercicio del hacer nuestra profesión en medio de la incertidumbre que nos ha traído esta desgracia, pues no se le puede llamar de otra manera.

Esas son las dos acciones que deberían ser las más urgentes a la hora de poder sacar adelante implementaciones, las que la Ley ya tiene establecidos unos rangos de acción con el Ministerio de Cultura y con el Ministerio del Trabajo.

ENS: ¿Qué más debería impulsarse de la norma?

RR: Lo otro tiene que ver con reconocimiento de derechos patrimoniales, lo otro que me parece súper importante que se pueda hacer es que la Ley también promueve que se cree unas, no obligatorias, pero que si se definan tarifas que se puedan tener en cuenta para el mercado a través de unos pisos tarifarios del sindicato. Se podrían proponer u otras organizaciones actorales, o lograr una comunión que pueda sacar adelante una propuesta de piso tarifario que sea de referencia para el mercado.

Porque se hace importante que en medio de esta crisis que no es solo de salud sino económica, también tenga cierto tipo de referencias para que no se descontrole esto de tal manera que nos vayamos a ver afectados en el futuro con respecto a ese tipo de negociaciones en cuanto a lo tarifario.