Presidente del Consejo de Estado dijo que aunque los magistrados apoyan la reforma a la justicia, consideran que la Comisión de Acusaciones debe continuar y que el órgano de administración que se cree debe ser fuerte
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EL NUEVO SIGLO: ¿Qué concepto tiene de la reforma a la justicia?
GERMÁN BULA: En una declaración conjunta entre la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado hemos dicho que entendemos que esta reforma es una primera fase de una serie de reformas. En ese sentido puede tener algunas limitaciones, pero tiene asuntos muy importantes que valdría la pena sacar adelante.
Hay que ir pasando páginas. Hay que ir avanzando. Se echa de menos lo que aprobó el Senado, la profunda cirugía al órgano de gobierno de la Rama Judicial, el Consejo Superior de la Judicatura, y aparecen en lo aprobado por el Senado algunas disposiciones que vale la pena repensar y revisar. Hemos dicho por qué en nuestro documento.
Lo que sucede es que las reformas constitucionales tienen dos vueltas. Aquí apenas hemos pasado por el Senado. Falta la discusión de la Cámara. Y tiene que volver a pasar por el Senado y la Cámara. De manera que creemos que habría tiempo suficiente para afinarla, para mejorarla, para reintroducir el tema del gobierno de la administración de la Rama, mejorar la norma que habla sobre presupuesto, mejorar la norma de seguridad jurídica, todo eso es susceptible de ser mejorado.
ENS: Pero en el Congreso algunas voces han dicho que las cortes son contrarias a la reforma…
GB: Lo que hemos dicho con toda claridad es que nosotros somos partidarios de que haya reforma. Y lo decimos de manera destacada. Justamente sabemos que en ocasiones se usa el argumento de que las Cortes se oponen a la reforma a la justicia para denostar de las Cortes o para proponer aventuras constituyentes y cosas de esas.
Lo que quiero es que quede claro es que somos pro-reforma a la justicia. Eso no significa que el proyecto de la Ministra o el proyecto de Cambio Radical, o el otro proyecto o lo que aprobó la Comisión Primera del Senado sean completamente satisfactorios.
Entre otras cosas, lo que aprobó el Senado no es igual a lo que aprobó la Comisión Primera. Los tres proyectos presentados no pueden serlo, obviamente, y seguramente en la Cámara habrá nuevas discusiones.
De manera que en lo que estamos de acuerdo es que hay que pasar esta página y hay que afinar los textos, mejorarlos y aprovechar las dos vueltas que exige la reforma a la Constitución, pero pasar la página.
Sí a la reforma, es lo que decimos.
ENS: Hay que seguir adelante, pero también mejorando, sería la conclusión…
GB: Sí. Desde el punto de vista de las Cortes la reforma debe seguir adelante. Que debemos remangarnos y trabajar arduamente para mejorar y afinarla, pero debe salir adelante.
ENS: ¿Cómo debe ser la administración de la justicia?
GB: Hay una propuesta que hizo el Gobierno. Hay unas ideas que presentó el magistrado Luis Guillermo Guerrero en el foro que se llevó a cabo en el Congreso. Hay de nuestra parte, del Consejo de Estado, el deseo de sentarnos a ver esas propuestas con académicos que nos están ayudando a que sea eficiente, que sea efectivo, que sea democrático. Y los elementos que existen en las propuestas que hay son buenos, pero no queremos nada simplemente bueno: queremos un diseño excelente. Es decir académicamente excelente. Una solidez inmaculada. Y por eso no nos interesa que ya en estos momentos quede eso perfecto, sino que con el principio de consecutividad se pueda seguir discutiendo, porque, en enero, febrero y marzo vamos a trabajar con académicos en esa materia.
ENS: ¿Cuál es el principal reparo que tiene el Consejo de Estado?
GB: Saludamos en primer lugar lo positivo y es que se haya despejado ese tema de la corte única, se haya despejado el otro embeleco del Tribunal de Aforados, se haya despejado la actitud punitiva contra magistrados que les prohibía trabajar una vez terminado su período, que se hayan despejado esos asuntos es saludable.
Pero no podemos saludar el que hayan dejado de lado la reforma al organismo de gobierno y administración de la Rama. Creemos que por principio de consecutividad ese tema se puede volver a traer a colación y queremos que se vuelva a traer en la Cámara o en la segunda vuelta, con base en trabajos académicos que ya he mencionado. Hay que hacerle una profunda cirugía al gobierno y a la administración de la justicia, de eso no hay ninguna duda. No nos podemos llamar a engaños. De manera que eso no lo saludamos, pero estamos tranquilos porque creemos que podemos convencer al Gobierno y al Congreso de la necesidad de no abandonar el tema.
ENS: ¿Qué otros temas le preocupan?
GB: Hay unos temas que creemos que pueden ser de ley y no de la Constitución, como los que tienen que ver con reglamentos de elecciones.
El Congreso tiene su propio reglamento. Los gobiernos tienen sus reglamentos. ¿Por qué las Cortes vamos a tener un reglamento en la Constitución? Eso es bastante indigno e impresentable internacionalmente. Una Constitución política, imagínese usted, con reglamentos que si en la primera votación, que si en la segunda. Eso no tiene sentido. Eso es asunto de la autonomía de las Cortes. Y hemos demostrado claramente la enorme voluntad de autorreforma del Consejo de Estado. El tribunal no tiene problemas en estos momentos para elegir a sus magistrados. La Corte Suprema acaba de elegir ahora una sala completa, la penal, de manera que no hay razón para ese tipo intervención reglamentarita en la Constitución.
ENS: Pero hay otros puntos en los que no está de acuerdo…
GB: Tampoco nos gusta el tema de la confirmación ‘ex post’ de los magistrados elegidos. Eso es sencillamente recordar a Pombo: gobiernos dignos y timoratos, donde haya quesos, no pongas gatos. ¿A quién se le ocurre en este país presentar como cabeza de turco a cada elegido, sencillamente para inflamar a las redes? Eso no tiene sentido. Para eso la participación ciudadana se puede hacer desde el momento de la elaboración de las listas, pero las elecciones deben hacerse en firme.
ENS: ¿Y frente al precedente judicial?
GB: Tampoco nos parece bien redactado el tema de la seguridad jurídica, en relación al precedente y la jurisprudencia. No porque haya mala intención, sino porque creemos que falta alguna reflexión de técnica jurídica. Pero evidentemente, sí queremos. Y además, eso es lo que sucede. Los jueces en nuestro país, los magistrados de tribunal suelen seguir las líneas jurisprudenciales de las altas Cortes. Lo que hay es que mejorar esa línea jurisprudencial y siempre mantener abierta a la posibilidad de apartamiento de la línea. Esa posibilidad forma parte de la independencia del juez. Lo que sucede es que hoy en día esa posibilidad de apartamiento está condicionada a que exista una argumentación seria de parte de quien se aparta de la línea jurisprudencial.
ENS: ¿Por qué considera que el Tribunal de Aforados es un embeleco?
GB: Esto no ha sido concertado con nadie. Y lo que entendemos es que en estos momentos la Comisión de Acusaciones ha funcionado y ha pasado algunas cosas al Senado, y lo que se está esperando en el Senado es la determinación correspondiente.
De manera que el análisis que se tenía es no contemporáneo a lo que está sucediendo en estos momentos.
Nosotros queremos que se fortalezca la Comisión de Acusaciones, que se esclarezca el carácter del antejuicio político, pero el Tribunal de Aforados es un verdadero embeleco. En la reforma pasada yo pregunte: ¿quién controlaría a los miembros de ese tribunal? Y la respuesta que me dieron fue la Comisión de Acusaciones. ¿Entonces, tiene sentido que se critique a la Comisión de Acusaciones, pero que se le dé función de control de los aforados, por otro? No tiene sentido.
ENS: ¿Y no solucionaron esa contradicción?
GB: En esta trataron de resolver esa contradicción profunda de la reforma anterior y la solución fue peor que la primera. Ahora les pregunto: ¿quién va a controlar al tribunal de aforados? Y me responden: ellos mismos. Estamos sencillamente en el tema que planteaba Juvenal en Sexta Sátira, unos años después de Cristo, que decía: ¿Y al guardián quién lo custodia? ¿Y al acalde quién lo ronda?, se diría después en la picaresca española.
Uno tiene que cerrar estos sistemas y no puede estar creando jueces que controlen a los jueces, pero a su vez necesita quién los controle. Eso carece de sentido y por fortuna eso no tiene mayor simpatía en el Congreso. Lo que es evidente es que el costo enorme de crear un Tribunal de Aforados de nueve miembros para que tenga bajo su dominio a unos 80 magistrados de las altas Cortes carece de sentido. Aquí tenemos 11 jueces por cada 100.00 habitantes y en este caso sería un juez por cada 11 magistrados. Eso es absurdo.
ENS: ¿Por qué es tan difícil hacer una reforma estructural a la justicia?
GB: Aspiramos a que no se hunda. Y no importan los tiempos apretados. Ojalá la Cámara en un acto de esfuerzo mayúsculo, mucha dedicación, logre sacar la reforma en lo que corresponde a los debates de este año y que el año entrante podamos afinarla. Eso es el eje de la declaración que les estoy dando.
ENS: ¿Cree que al Gobierno le ha faltado liderazgo para sacarla adelante?
GB: Estos proyectos no son fáciles. No juzgamos en conciencia ajena, pero lo que sí podemos afirmar es que aun sacando este proyecto adelante, se necesitan más reformas y por eso hemos insistido en la llamada Misión Justicia, que es un término que acuñamos a la manera de lo que fue la Misión Kerry, la Misión de Gasto Público, la Misión Cafetera. Es un mecanismo para preparar de manera consensuada los proyectos antes de presentarlos al Congreso. Creo que Colombia necesita una Misión Justicia y además pasar la página de esta primera reforma.
ENS: ¿Cuál es la principal reforma que requiere la judicatura para que sea más eficiente?
GB: Son muchas, pero evidentemente modificar el órgano de gobierno y la administración de la Rama es necesario porque es a partir de ahí que podemos operar el resto de reformas.
Se ha dicho que necesitamos más presupuesto. Claro que necesitamos más presupuesto, pero necesitamos un buen sistema de administración de justicia que con un buen presupuesto se logren procesos jurisdiccionales de excelencia.
ENS: ¿Es un punto de honor para sacar adelante el proyecto?
GB: No sé si de honor, pero lo que está claro es que van tres intentos de modificar el órgano de administración de la Rama fracasados y quisiéramos que en esta oportunidad queremos que no fracasara.
CNE
ENS: En lo que tiene que ver con la reforma política sobre si se elimina el Consejo Nacional Electoral, ¿qué piensa?
GB: Entiendo que el debate de la reforma política no ha tenido éxito. La manera como se han presentado los asuntos relativos al tema electoral no han tenido éxito, porque no han sido bien trabajados. Esa reforma muy seguramente no comprenderá los temas electorales y habrá que trabajar más sesudamente en eso para más adelante.