Polémica causó el mensaje de urgencia que le dio el Gobierno al proyecto de reforma del Código Electoral, con la intención de que alcance a aplicarse en las elecciones regionales del 2023. La Misión de Observación Electoral (MOE) considera que es inconveniente cambiar las reglas de juego que entrarían a regir a pocos meses de esa cita con las urnas; en tanto que en el Congreso varias voces coinciden en ello.
La MOE le pidió al Congreso, por medio de una comunicación escrita, no aceptar dar trámite de urgencia al proyecto de reforma al Código Electoral, que presentó la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, como delegataria de funciones presidenciales, debido al viaje al exterior que realiza el presidente Gustavo Petro.
Manifestó esta oenegé que coincide con el Gobierno en la importancia de contar con un Código Electoral que integre las múltiples regulaciones que se encuentran dispersas en diferentes leyes, pero “es completamente innecesario e inconveniente generar incertidumbre sobre las reglas del proceso electoral de las elecciones locales del 2023”.
Advirtió la MOE que “adelantar reformas que afecten el proceso electoral cuando este ya se encuentra en curso, tiene como consecuencia que no se tenga claridad sobre las normas que se aplicarán”.
De igual forma, la MOE puso en conocimiento por cartas que envió al presidente Petro y al ministro del Interior, Alfonso Prada, de la petición que hizo al Congreso.
Al cierre de esta edición el Gobierno no se había pronunciado sobre las inquietudes que en este sentido expresó la MOE; así como los presidentes del Senado, Roy Barreras, y de la Cámara, David Racero, si atenderán o no el llamado a no darle mensaje de urgencia a esta reforma.
Vale recordar que el gobierno Duque buscó reformar el vetusto, y por ende desactualizado, Código Electoral de 1986. Presentó el respectivo proyecto de ley estatutaria en agosto del 2020, y como hoy la administración de Gustavo Petro, le dio mensaje de urgencia para que lograra aplicarse en las elecciones siguientes.
Sin embargo, son situaciones distintas porque el anterior proyecto de reforma se radicó con el suficiente tiempo de antelación a los comicios legislativos y presidenciales, precisamente para que no modificara las reglas de juego.
Las cuentas del entonces gobierno Duque en ese sentido se ajustaban a lo que normalmente puede tardar en aprobarse en el Congreso una ley estatutaria (seis meses) y la posterior revisión de la Corte Constitucional (seis meses).
Empero con lo que no se contaba era que tras el Congreso aprobar el proyecto (en diciembre del 2020), la Corte se demorara 15 meses en emitir un fallo, al punto que al tiempo que se llevaron a cabo los comicios legislativos de marzo pasado, el proyecto de reforma al Código Electoral seguía pendiente de un pronunciamiento del alto Tribunal.
Finalmente, en abril pasado, la Corte emitió un fallo tumbando la reforma al Código Electoral por cinco vicios de trámite, entre estos que el Congreso la aprobó en sesiones extras, lo que está vedado para leyes estatutarias, y se pasó por alto hacer la consulta previa con las minorías étnicas por disposiciones que las afectarían directamente.
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Vuelve contador de tiempo
El presidente Petro en campaña se comprometió, tras el hundimiento de la iniciativa, en presentar nuevamente el proyecto de reforma al Código Electoral.
Dicho y hecho, pues un día después de posesionarse Petro, este proyecto fue radicado junto con la reforma tributaria.
No obstante, han trascurrido tres meses desde que fuera radicada esta reforma y todavía no se cuenta con ponencia para primer debate en la Comisión Primera del Senado.
Esta semana los ponentes realizaron una segunda audiencia sobre este proyecto, y se espera que a más tardar la semana entrante radiquen la ponencia.
Con el mensaje de urgencia de la Casa de Nariño, que seguramente será acogido porque tanto Barreras como Racero son del Pacto Histórico, base de la coalición de gobierno, el proyecto se alcanzaría en una carrera contrarreloj a aprobar en las cinco semanas que restan del actual periodo legislativo.
En ese hipotético escenario, el proyecto de ley estatutaria llegaría a la Corte en enero próximo, en donde podría demorar entre tres y seis meses.
Por ejemplo, si el fallo saliera en mayo próximo, partiendo de que sea declarado exequible, se tendría un nuevo Código Electoral a cinco meses de los comicios que eligen gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, cuando el calendario electoral para esta cita con la democracia ya habrá superado el 70% de su cumplimiento.
Además, hay que tener en cuenta que algunos aspectos de la reforma requerirán de una ley reglamentaria.
El senador Ariel Ávila, de la coalición Centro Esperanza-Partido Verde, dijo a EL NUEVO SIGLO que “el Código Electoral tiene cosas bondadosas, pero hay un montón de cuestiones muy delicadas como el voto remoto, el empadronamiento, la libre remoción de registradores municipales. Así como está ese Código, no puede pasar. Personalmente muchas cosas las apoyaré y muchas otras no las apoyaré”.
Agregó que “sí creo que es inconveniente a menos de un año de elecciones haber metido ese mensaje de urgencia”. Por ello anunció que presentará una proposición para que el nuevo Código comience a regir a partir de los comicios del 2026.
Qué entraría en los comicios
. Censo electoral: buscando la depuración y actualización permanente de los registros de personas, el proyecto crea un nuevo censo sobre la base de incorporar el concepto del domicilio electoral.
Esto no se alcanza a aplicar en las próximas elecciones porque la inscripción de cédulas se inició en octubre pasado.
. Inscripción de candidatos: el proyecto de ley busca regular la manera como los partidos adelantan el proceso de inscripción de candidatos.
Las inscripciones comienzan en junio próximo para los comicios regionales. Es decir, que eventualmente se podría aplicar sobre la marcha.
. Encuestas: la reforma regula las encuestas electorales estableciendo elementos que deben tener en cuenta los encuestadores en los estudios. Sin embargo, para cuando salga la norma, ya se habrán publicado durante al menos un semestre sondeos para las regionales.
. Coaliciones: la reforma establece reglas sobre las coaliciones de partidos para presentar candidatos uninominales o listas. Ello alcanzaría a entrar en las próximas elecciones, pero encima del proceso porque, como se dijo, la inscripción de candidatos comienza en junio venidero.
. Propaganda electoral: la reforma busca regular por primera vez la propaganda política en las redes. Sin embargo, para las próximas elecciones solo se alcanzaría por tiempo a aplicar en los últimos meses de la campaña.
. Voto anticipado: difícilmente se alcanzaría a tener en las elecciones del próximo año, debido a que se requiere una infraestructura para llevarla a cabo y unos protocolos para su manejo.
. Horario de votación: la reforma amplía el horario para sufragar en una hora. Es decir, la jornada será entre las 8 a.m. y las 5 p.m.
Es de las pocas disposiciones de la reforma que se podrían aplicar en las próximas elecciones sin que se genere traumatismos. Ello ocurriría con el transporte gratuito a los puestos de votación, que también contempla la iniciativa.