Revuelo por decomiso de dosis mínima | El Nuevo Siglo
Foto Montaje El Nuevo Siglo
Martes, 25 de Septiembre de 2018
Redacción Política

Entre los debates que no tienen fin está el que afronta las posibles soluciones al narcotráfico; y el decreto que expedirá próximamente el Gobierno para facultar a la Policía para que decomise la dosis mínima de droga no es la excepción.

Ayer, a instancias de La W, el representante por Bogotá, Samuel Hoyos, del Centro Democrático, defendió la iniciativa gubernamental, mientras que el sonador Antonio Sanguino, de la Alianza Verde, la criticó.

‏Para Hoyos, “el decreto con sanciones administrativas para el porte de dosis mínima en lugares públicos es la primera pieza de la gran política integral para resolver el problema de drogas. Nosotros queremos sacar la droga de los parques y los espacios públicos”.

Pero, consideró Sanguino, con la medida “vamos a poner a la Fuerza Pública a perseguir al que consume y a convertirla en una fuente de abusos hacia ellos”, anotando que “el decreto sobre dosis antidroga del gobierno Duque no soporta una revisión de constitucionalidad. Estanos volviendo al pasado, penalizar el consumo. Es ineficiente y de una ingenuidad absoluta”.

Como lo publicó ayer EL NUEVO SIGLO, el presidente Iván Duque aseguró que “haremos promoción de hábitos saludables y de salud pública, pero la decisión se hará en desarrollo del Código de Policía. No vamos a ser indiferentes a la droga en las calles”.

El decreto, que se hizo público hace algunos días, hará posible que las autoridades colombianas decomisen las dosis mínimas de cocaína, heroína, marihuana y drogas sintéticas.

Dicho procedimiento indica que la persona a quien se le decomise la droga deberá demostrar que es adicto por medio de un certificado médico o de una carta de los padres. De lo contrario, la droga será destruida.

Al respecto, la ministra de Justicia de Colombia, Gloria María Borrero, aseveró en su momento que la norma que firmará Duque no va en contravía del concepto de la Corte Constitucional sobre el libre desarrollo de la personalidad, pues no contempla penalización alguna.