Eduard Martínez es el investigador principal del estudio hecho por la Universidad de los Andes, denominado “Restricciones a motocicletas y sus efectos sobre el crimen en Colombia”, donde se concluye que las medidas tomadas al respecto no han producido ningún efecto en ciudades como Barranquilla, Bogotá, Neiva, Cartagena y Soledad. Por eso, Martínez considera que ante los niveles de criminalidad las autoridades recurren a este tipo de decisiones para dar la sensación de que se está haciendo algo.
EL NUEVO SIGLO: ¿Principal conclusión del estudio que ustedes hicieron?
EDUARD MARTÍNEZ: La conclusión grande es que esto parece no servir, que el efecto de las seis restricciones que analizamos en las cinco ciudades solo en tres tiene un efecto significativo, pero en esas tres se observa un comportamiento estratégico, donde el crimen se desplaza a zonas y a horarios donde no aplica la restricción; entonces el crimen se desplazó de esas zonas a otras partes aledañas. Hay casos como en Soledad (Atlántico) y en Neiva (Huila), donde implementaron la medida con horarios; en esas dos ciudades se observó desplazamiento temporal.
ENS: ¿Pero se logra la reducción del delito en las zonas señaladas?
EM: En la mayoría de los casos uno observa que hay una reducción los primeros tres o cuatro meses, en la mayoría de los casos, pero luego los niveles de delincuencia vuelven a las cifras de antes. Entonces, como que de alguna manera esto parece funcionar al principio, reduciendo en las áreas donde se aplica, pero después se mueve a las zonas de alrededor o a las zonas donde no aplica y luego de un tiempo vuelve el mismo nivel del crimen que había antes; entonces el efecto es nulo en el agregado.
ENS: ¿Qué tipo de restricciones revisaron en el estudio?
EM: Cuando se prohíbe el acompañante hombre, eso pasó alguna vez en Bogotá durante seis meses y también en una zona del norte de Barranquilla. Revisamos también cuando se restringe el uso de parrilleros, en Neiva por ejemplo, al igual que en Cartagena. Miramos qué pasa cuando se restringe la movilidad en este vehículo, por ejemplo en Soledad y algunas zonas del centro de Barranquilla. Estas fueron algunas de las restricciones que se analizaron.
ENS: ¿Alguna medida surge efecto contra el crimen?
EM: Ninguna. En algunas ciudades como Barranquilla y Neiva se observó alguna disminución en la zona donde se prohibía el paso de motos, pero en una proporción igual aumentó en la zona de afuera de la restricción; entonces, hubo un desplazamiento espacial en esa ciudad y al año ya no se observa ningún efecto, vuelven al mismo nivel de crimen que había antes. Y en Neiva sucedió el desplazamiento temporal.
ENS: ¿Qué reflexiones salen del estudio?
EM: A la hora de diseñar e implementar políticas para disuadir el delito, es clave mirar si intervenciones parecidas han tenido los efectos esperados y, de ser así, cuáles son los costos asociados de implementarlas. Incluso si hubieran funcionado es necesario mirar bien los costos, que consisten en obligar a ciudadanos a buscar otras formas de movilizarse.