La Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó ayer en tercer debate el proyecto de ley que busca regular el plomo en Colombia y prevenir la intoxicación por la exposición a este elemento, especialmente en niños, niñas y adolescentes.
La iniciativa busca que los niños crezcan y se desarrollen en espacios libres de esta sustancia. “Con este proyecto de ley no solo estamos ajustando la legislación nacional a los parámetros internacionales para garantizar la salud, especialmente de los niños, sino también estamos asegurándoles un buen desarrollo físico e intelectual fortaleciendo el seguimiento y control a aquellas empresas que comercialicen productos que contengan este elemento”, afirmó la senadora conservadora Nadia Blel, autora de la iniciativa.
El proyecto establece políticas que fijan límites para el contenido de este tóxico elemento en productos de uso cotidiano, pero sobre todo en artículos diseñados para su uso por niños y adolescentes como juguetes, útiles escolares, accesorios, ropa y otros artículos comercializados en el territorio nacional.
“Es importante agradecer a todos los partidos por su dedicado estudio en el análisis del contenido de esta iniciativa. Este proyecto fue concertado con todos los sectores, sumados a las entidades del Estado”, afirmó la presidenta de la Comisión Séptima de Cámara, Norma Hurtado Sánchez, ponente de la iniciativa.
En la exposición de motivos, la senadora Blel resaltó que el plomo “es considerado como potencialmente tóxico, además de no tener ninguna función fisiológica para el ser humano. Las intoxicaciones por este agente son conocidas comúnmente con el nombre de plumbemia o saturnismo y afectan a casi todos los órganos y sistemas en el cuerpo, siendo el más sensible el sistema nervioso central y periférico, induciendo alteraciones neurológicas y conductuales, especialmente a los niños”.
“También puede producir debilidad en los dedos, las muñecas o los tobillos. En mujeres embarazadas, la exposición a niveles altos de plomo puede producir pérdida del embarazo y en hombres puede alterar la producción de espermatozoides”, agregó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plomo es un metal tóxico presente de forma natural en la corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar en muchas partes del mundo a una importante contaminación del medio ambiente, un nivel considerable de exposición humana y graves problemas de salud pública.
Para la OMS, el plomo tiene graves consecuencias en la salud de los niños. Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar coma, convulsiones e incluso la muerte. Los niños que sobreviven a una intoxicación grave pueden padecer diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportamiento.
Se ha comprobado además que en niveles de exposición más débiles sin síntomas evidentes el plomo puede provocar alteraciones muy diversas en varios sistemas del organismo humano. En los niños puede afectar, en particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción del cociente intelectual, cambios de comportamiento –por ejemplo, disminución de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales– y un menor rendimiento escolar.
La exposición al plomo también puede causar anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva. Se cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados al plomo son irreversibles.