LA CLASEpolítica “ha aprovechado para su propio beneficio recursos que se debieron haber utilizado en la solución” de los grandes problemas de La Guajira, dijo el obispo de Riohacha, Héctor Salah.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué le dice al Presidente sobre la crisis en La Guajira?
HÉCTOR SALAH:Con él hemos hablado en muchas oportunidades. Él estuvo en Nazaret al día siguiente de haberse posesionado. Allá se presentó con 11 ministros y helicópteros. Ofrecía algunas cosas, muchas de las cuales no se han cumplido. El 8 de agosto el Gobierno estuvo en el internado de Nazaret.
ENS: ¿Qué ocurre en La Guajira?
HS:Es una problemática supremamente complicada que tiene una causalidad muy variada.
En primer lugar, el departamento de La Guajira siempre fue abandonado por parte del Estado. Es una zona muy rica en recursos minero-energéticos y especialmente rica desde el punto de vista turístico y por la cultura wayúu.
En segundo lugar, y siempre lo he dicho, ha habido mucha dificultad con la clase política, que ha aprovechado para su propio beneficio recursos que se debieron haber utilizado en la solución de estos grandes problemas.
Yo dije que siendo la muerte de los niños una calamidad, la sequía y la falta de agua son un problema gravísimo, pero si los recursos que tuvo el Departamento se hubieran utilizado de manera adecuada, se hubieran podido solucionar muchos de esos problemas.
ENS: Se comenta que hay escasez de agua…
HS:Cómo vamos a decir que un Departamento que tiene 450 kilómetros de costa no tiene agua, habiendo tantos recursos científicos, industriales para poder hacer esa transformación del agua del mar en agua potable. Entonces, ha habido mucho desvío de recursos, sobre todo cuando las regalías fueron directas que no llegaron a solucionar los problemas que debieron haber solucionado.
ENS: ¿Qué otro problema ve?
HS:Lo otro es el cierre de la frontera. Fue gravísimo, porque los indígenas wayúu, que son cerca de 450.000, son binacionales. Ellos entraban y salían con toda la facilidad del caso, y podían conseguir alimentación muy barata en Venezuela, y tenían una fuente de alimentación mucho más económica y mucho más fluida. Eso se acabó. Y por más que el presidente Maduro haya dicho que a nuestros hermanos wayúu los trataban bien, eso es puro cuento. Ellos han sufrido más que nosotros. Y por eso la desnutrición, especialmente en la zona de frontera. Arriba, en la Alta Guajira, lo que podía llegar de alimentación de Venezuela ya no llega. Eso agudizó más el problema. También hay unos factores culturales y la imposibilidad de cultivar.
ENS: ¿Y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, qué rol juega?
HS:Con la presencia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, creo que a la directora actual le ha preocupado realmente. Ha hecho presencia en el departamento de La Guajira. Pero la tercerización de los servicios de Bienestar Familiar en la región ha sido fatal, porque ha habido muchas entidades sin experiencia, sin trayectoria, sin sentido de misión, que les ha importado más el dinero de los contratos que el cumplimiento de los contratos. Y eso no tiene ninguna forma de verificación. ¿Quién se va a subir a la Alta Guajira, al desierto, de ranchería en ranchería, a preguntarles qué les dieron, cuánto les dieron? Eso es imposible de verificar. La distribución de la alimentación nadie la controla. Allí se encuentra la causa de todo lo que está sucediendo.