Fueron siete los proyectos radicados por el Gobierno durante la semana que pasó, pero ninguno relacionado con un tema prioritario: la reforma laboral para regular el teletrabajo y el trabajo en casa.
Ya es una verdadera perogrullada señalar que la pandemia provocó un involuntario auge del teletrabajo para millones de personas. El crecimiento de esta tendencia hace que los expertos se pregunten si el mundo está ante una revolución que podría repercutir en el futuro inmediato de los trabajadores o, al menos, en el de aquellas personas cuyo trabajo no requiere estar ligado a una ubicación física concreta.
Cientos de empresas que se mostraban reticentes a las prácticas del trabajo remoto, han tomado decisiones en esa dirección. Si bien el teletrabajo no es algo nuevo, la necesidad de contener la propagación del coronavirus y mitigar la rápida desaceleración de los procesos organizacionales ha puesto el tema sobre la mesa con una urgencia nunca vista.
El propio ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, señaló en los primeros días de este mes que “antes de la pandemia, nosotros teníamos en Colombia cerca de 122.000 teletrabajadores. Hoy podemos afirmar que tenemos a cerca de cuatro millones de colombianos en las modalidades de trabajo en casa y teletrabajo”.
Con base en esa reflexión, Cabrera se comprometió a presentarle al Congreso “una nueva ley para discutir esta nueva modalidad que llegó para quedarse”. Sobra decir que hasta el momento, el anuncio no se ha cumplido.
El Ministro sostuvo que las encuestas demuestran que “efectivamente el 50% o 60% de las personas que están trabajando desde la casa están de acuerdo con esta figura, y cerca de un 82% de los trabajadores la prefieren. Sin embargo, tenemos claro que es importante legislar mucho más profundo con respecto al tema de riesgos laborales, porque el trabajo en casa es una nueva modalidad que no estaba prevista y a la que nos vimos obligados a recurrir por la pandemia para conservar los puestos de trabajo, por lo que es importante seguir adaptándonos a estas nuevas situaciones”.
Teletrabajo
Colombia es reconocido en Latinoamérica como uno de los países pioneros en regular esta modalidad laboral, por la expedición de la Ley 1221 de 2008 y el Decreto reglamentario 884 de 2012. Adicionalmente, en el país se han creado comisiones asesoras, se han firmado pactos por el teletrabajo y se promueve, a través de campañas y programas de formación, la alfabetización digital.
Infortunadamente, la coyuntura desbordó los alcances de la legislación vigente, por lo que se requiere ajustar la normatividad a las necesidades de las organizaciones y también a la de los teletrabajadores. Lo clave de la regla actual es que se propuso en una realidad diferente, en la que la estructura de servicio se edificó bajo unos modelos clásicos de presencialidad, de manera que no aborda asuntos que hoy son relevantes, como el tiempo que se le dedica al trabajo en esta modalidad y la necesidad de establecer reglas claras en materia de desconexión laboral.
En cuanto a iniciativas parlamentarias, hay una que resultó un tiro al aire. El 26 de mayo el representante por Boyacá, Rodrigo Rojas, del Partido Liberal, radicó con los congresistas de su bancada en la Cámara y el legislador por Bolívar, Emeterio Montes, del Partido Conservador, el proyecto de ley número 360 de 2020 Cámara, “por medio de la cual se regula la desconexión en la relación laboral, legal y/o reglamentaria y se modifica la Ley 1221 de 2008”.
La iniciativa alcanzó a tener el 10 de junio lista la ponencia positiva para primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara, pero se hundió diez días después sin discusión alguna.
También los conservadores han hablado de convertir el teletrabajo en una política obligatoria para las entidades públicas y privadas, según lo publicó en abril por la colectividad.
En el documento enviado al presidente Iván Duque, el Directorio Nacional Conservador (DNC) planteó cómo la coyuntura que está viviendo el país y el mundo ha permitido demostrar que el teletrabajo es una posibilidad real para mantener el desarrollo productivo en muchos sectores.
“Una de las ventanas de cambio más grandes que ha permitido vivir la crisis del Covid-19 es la experiencia del teletrabajo. Con ella, muchas empresas han podido continuar siendo productivas”, advirtió Luis Karol León, vicepresidente del DNC.
Concertación
La ya mencionada Ley 1221 del 2008 fue demandada porque se consideró una omisión legislativa no contar con la participación de las organizaciones sindicales en la construcción de la norma; pero en junio de 2013, la Corte Constitucional declaró condicionadamente exequible el artículo 3, “siempre y cuando se entienda que las organizaciones sindicales hacen parte de aquellas entidades que acompañarán al Ministerio del Trabajo en su misión de diseñar la política pública de fomento al teletrabajo”.
Este fallo viene a cuento porque, como lo publicó EL NUEVO SIGLO en junio, ante las medidas laborales tomadas por el Gobierno durante la pandemia, el presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez, dijo que los sindicalistas están dispuestos en ir a la Comisión de Concertación para concertar una reforma que mejore las condiciones de los trabajadores.
Y aquí cabe recordar que uno de los detonantes del Paro Cívico Nacional en noviembre y que movilizó a miles de personas en varias jornadas que se prolongaron hasta febrero, fue una posible reforma pensional y laboral (el “paquetazo”, como fue bautizado por los protestantes) que el Gobierno habría estado preparando, lo que en su momento fue negado por el Ejecutivo.
En todo caso, este puede ser uno de los motivos de espera del Gobierno para presentar cualquier proyecto en esta materia, porque para no tener contratiempos tal vez sería plausible un acuerdo previo en la Comisión de Concertación Laboral, donde podrían estudiarse la regulación del teletrabajo y del trabajo en casa, pero también propuestas como la formulada por el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes
(Fenalco), Jaime Alberto Cabal, sobre la contratación por horas que, según lo manifestó en carta al presidente Iván Duque, “si en Colombia, antes del Covid-19, hubiéramos implementado una reforma en este sentido, hoy más personas hubieran gozado de los beneficios de pertenecer al sistema de seguridad social y por ende, de las medidas de alivio del Gobierno”.