¿Qué país nos dejará la pandemia? | El Nuevo Siglo
Foto Montaje El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Julio de 2020
Redacción Política
Cuatro de los intelectuales más importantes del país se refirieron a lo que va a pasar luego de la cuarentena

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Moisés Wasserman, Clara López, Julio Carrizosa Umaña y Jaime Arrubla analizaron las circunstancias actuales de Colombia y el futuro de la Nación. EL NUEVO SIGLO les hizo cuatro preguntas en las que estos pensadores sugirieron cuál va a ser el futuro de Colombia y del mundo, superada esta emergencia:

1. ¿Cuál cree que será la Colombia de la pospandemia?

2. El papa Francisco se quejó de que el ser humano se sumió en una sociedad materialista e individualista. ¿Cree que a partir de las lecciones que nos deja la pandemia habrá un cambio real en la manera de ser y actuar de la humanidad?

3. Para reactivarse, muchos países hablan de activar planes ‘new deal’, como los impulsados después de la gran depresión. Si a usted le pidieran consejo en el caso colombiano, ¿cuáles serían, en orden de prioridad, los tres temas urgentes para Colombia?

4. Siempre se ha dicho que la corrupción es el peor cáncer de Colombia por encima de la guerra, el narcotráfico y la desigualdad. Que decenas de alcaldes y gobernadores sean investigados por malgastar la plata de la pandemia, ¿sugiere que nunca vamos a poder superar el flagelo de la corrupción?

 

“No hay evidencia que luego de la pandemia haya un mundo mejor”

Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional

1. Yo creo, y me encontraría con muchas opiniones que he leído, que no va a haber cambios muy fuertes, porque no veo indicaciones que se estén dando los cambios, ni en Colombia ni en el mundo. Me parece, y creo que eso es algo indudable, que vamos a quedar muy golpeados, de tal forma que vamos a tener una época de recuperación muy difícil en varios campos.

El campo que más me presiona, el campo educativo. La pérdida de clases es muy seria, a pesar de todos los fuertes intentos de mantener una clase de estudio en casa. Sabemos perfectamente que hay una gran cantidad de jóvenes colombianos que no tienen la posibilidad de tener acceso a Internet, así como trabajar de forma interactiva con sus maestros. En el mejor de los casos esto se hace a través de guías y con indicaciones a veces telefónicas y por Whatsapp. Esto genera un rezago fuerte. Así que en este campo vamos a tener que llevar a cabo acciones de reparación bastante serias.

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El otro campo en el que vamos a tener, por supuesto, una necesidad de reparaciones muy serias será en el económico. Se han publicado recientemente el número de puestos de trabajo perdidos, el número de empresas cerradas y todos están estrechamente correlacionados, porque cada compañía cerrada son una gran cantidad de empleos que se pierden y eso será un asunto difícil de recuperar, y una de las urgencias luego de la pandemia. Creo que allí habrá que diseñar estrategias para comenzar.

Cuando uno habla de los cambios creo más que haya giros radicales, lo que va a haber es una aceleración de cambios que ya se estaban dando lentamente y que esta situación los va a acelerar. Uno, por ejemplo: el aumento de la conectividad. Mencionaba el caso de los colegios y las universidades, pero es mucho más amplio que eso. Llevamos años tratando de lograr una conectividad general en el país y creo que ese proceso sin duda se tiene que acelerar, porque creo que la crisis hizo evidente el impacto que tiene la carencia de la conectividad general, de modo que ese proceso se va a acelerar.

Estaban andando procesos de reforma al sistema de salud y creo que de esta pandemia van a salir muchas enseñanzas que van a acelerar ese proceso de reforma y esperaría que de mejora. Y hay otras reformas que no tienen estrictamente que ver con la pandemia, pero que debido a las circunstancias adicionales que se han venido dando, los escándalos anexos y demás, es muy posible que se aceleren. Ya venían en marcha. Ya se ha hablado muchas veces de la reforma a la justicia, la reforma pensional, pero en este momento creo que esos procesos se van a acelerar.

Es malo tratar de ser profeta, pero mi profecía es que no va a haber grandes vuelcos, sino una época de reparaciones y algunos procesos que venían en marcha y se van a acelerar debido a que se hizo muy evidente la necesidad de completarlos.

2. Yo quisiera, pero no veo los indicios. Los avisos del Papa pudieron haberse dado en forma idéntica hace 20 o 30 años y sospecho que van a ser idénticos los que se hagan dentro de 10. Recuerdo un chiste de Mafalda que era muy al punto: ella estaba oyendo radio y allí decía que “el Papa hizo un llamado a la paz mundial”, y Mafalda dice: “Sí, pero otra vez le contestó ocupado”.

Es un llamado humanitario, pero yo no veo los indicios y ninguna razón para que esta situación nos lleve a eso. En realidad, el mensaje subliminal, posiblemente necesario, pero subliminal de la estrategia para contener la pandemia ha sido el de “cuidado con el otro, manténgase alejado, no se acerque”, lo que es bastante distinto al mensaje subliminal de “todos somos hermanos y abracémonos”.

Esos mensajes no son gratuitos. Si algo va a quedar por un tiempo, es un poco de susto al otro. A mí me preocupa mucho eso en los niños. Ellos, que creo, han sido los más maltratados por el sistema, ellos que están encerrados y les dicen “mucho cuidado, no salga, no se acerque, no vaya al colegio, porque ese es un lugar peligroso”, en vez de convertirse en un lugar protector. De modo que yo creo que el mensaje psicológico es negativo. Si algo debemos hacer es recuperarnos de esos mensajes negativos.

3. Debe haber una preocupación muy grande por quienes se quedaron sin trabajo y en una situación económica muy mala. Esto es de un nivel catastrófico. Aumentar 20 puntos porcentuales la desocupación es tremendo. Además de los desocupados, hay personas en condiciones muy malas, entonces yo creo que lo primero que se necesita es un programa enérgico y eficiente de apoyo a la gente para el asunto de supervivencia.

La segunda es la recuperación del trabajo, lo que implica generar nuevas fuentes de trabajo, recuperar empresas que se han cerrado y apoyar a las debilitadas. Por supuesto, mucho más dirigidas a la recuperación del trabajo, porque muchos dicen que el Gobierno va a darle plata a los empresarios. Yo lo planteo en otro sentido, en el que las empresas dan trabajo y eso es importante y hay que recuperarlo. Es decir, esta es una oportunidad para apoyar en iniciativas que nos hagan crecer en empresas productivas, empresas exportadoras y empresas que sean competitivas.

Por último, creo que una buena lección de esta pandemia es el papel fundamental que juega la ciencia, la tecnología y la innovación, no solo para defendernos de la enfermedad, lo que hizo evidente que todo el mundo espera un fármaco o una vacuna. Todo apunta a la necesidad de una autonomía. El término suena politiquero y enérgico, pero creo que se necesita una soberanía tecnológica y esto pasa por un impulso importante a la ciencia y la educación. El tercer frente que yo propondría sería un impulso muy fuerte a la ciencia y a la educación que nos lleve a la soberanía en esos campos.

4. Yo soy más optimista en este sentido. Creo que se puede hacer un trabajo constante de día a día. Soy tan optimista que pienso que en muchos de estos casos que fueron tan llamativamente anunciados no van a tener sustento, porque muchos surgieron por la prisa del momento, la necesidad de entregar ayudas y es posible que en muchos no haya dolo, sino apresuramiento. En eso soy optimista y me parece que hay que andar con cuidado y no ir más lejos de la realidad de la corrupción.

La corrupción misma sí es muy problemática y hay que combatirla todo el tiempo. Yo creo que es posible y sí se va a hacer. No somos ni el primer país que la tiene, ni tampoco la inventamos. Y creo que en la historia de la humanidad se pueden ver muchas estrategias que han sido útiles para combatirla. No creo que nuestro destino sea la corrupción eterna.

 

“La lección fue dada, ahora debemos insistir en aprenderla”

Clara López, dirigente política, académica y exministra

ens1. Uno piensa con el deseo. Uno quisiera una Colombia que haya aprendido a ser solidaria, con una ciudadanía dedicada al autocuidado y a la responsabilidad, pero también a profundizar los cambios, porque si algo ha mostrado la pandemia es que este modelo económico impuesto durante los últimos años ha dejado a un Estado incapaz de resolver los problemas acuciantes de la salud del pueblo colombiano y ese modelo al desnudo es el que tenemos que entrar a cambiar.

2. Desde mi experiencia personal, la cuarentena me ha enseñado a vivir con lo básico, a entender que el consumismo no solo está equivocado desde el punto de vista espiritual, sino también desde el punto de vista material. El planeta no resiste más. La cuarentena demostró que si dejan respirar a la naturaleza regresa por sus fueros de belleza, de exuberancia y de vida.

Yo he sufrido un cambio personal en ese consumismo irracional e inconsciente en que estamos los colombianos. Pero perdí la esperanza el Día sin IVA, que todo el mundo se volcó a la calle al consumismo tradicional, porque hubo una rebaja. Yo creo que la lección fue dada, ahora debemos insistir en aprenderla.

3. Primero tenemos que impulsar la demanda. Eso requiere una acción consciente del Estado en el campo fiscal, con una reforma tributaria que introduzca el sistema de tributación progresiva contemplado en la Constitución, porque los impuestos los está pagando proporcionalmente la gente que menos tiene y nos han metido un ideologismo de la reducción de los impuestos a los ricos que debilita el Estado que se necesita para el segundo gran tema.

Aquí hablamos de la provisión de los bienes sociales de los que ya hablé. Hay que garantizarle el mínimo vital y los bienes públicos que le permiten a la gente desarrollar su pleno potencial. Aquí hablamos de la salud, la educación, la conectividad, para poder hacer partícipes de la revolución de la información a toda la sociedad.

El tercer gran tema es la transición ecológica. No hay de otra. El mundo tiene que dejar atrás el consumismo y el crecimiento infinito, y dedicarnos a transformar la vida para defender la naturaleza, combatir el cambio climático y generar condiciones de vida útil a todos los pobladores. Esto no es solo a punta de subsidios. Se debe transformar el mundo del trabajo en función de la transición ecológica.

4. Lo podemos vencer con los criterios que hemos hablado en esta entrevista, con la solidaridad, pero por encima de todo con la democracia. Tenemos un sistema electoral viciado en el que lo que gana es la plata, no los programas ni las ideas, ni los intereses de la población. Entonces, necesitamos darle un vuelco al sistema electoral para que podamos tener verdaderos líderes, dirigentes y representantes de la voz del pueblo, no de la voz de la plata y mucho menos de la plata torcida, fruto de la delincuencia, la corrupción y el narcotráfico. Es con más democracia y no con más autoritarismo como se puede vencer la corrupción.

 

 

“Necesitamos arreglar el problema de segregación social en Colombia”

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Julio Carrizosa, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

1. Esta pandemia nos ha demostrado lo pobre que está el país, no solo en dinero, sino en ciencia y tecnología. Entonces, deberíamos darnos cuenta de eso y hacer lo posible para que en el futuro dediquemos mucho más dinero y tiempo al desarrollo científico y tecnológico, que hagamos lo necesario para que los pobres tengan una vida digna. Yo pienso que ese debería ser el esfuerzo principal, pero eso va a ser muy difícil hacerlo, si no tenemos mucha más comprensión de en qué país vivimos. Debemos reflexionar mucho más sobre nuestra historia para tener las soluciones más adecuadas sobre lo que nos está sucediendo.

2. No es nada fácil, porque además del comportamiento colectivo hay que tener en cuenta el comportamiento individual. Y cada ser humano es un ser extraordinariamente complejo. Hay que tener en cuenta que en nuestro cerebro hay cerca de 80.000 millones de neuronas, todas  conectadas en sistemas diferentes y eso varía según la edad y la experiencia vital. Entonces, esto hay que tenerlo en cuenta. Y hay que entender que la realidad es muy compleja debido a eso, conforme no solo desde el punto de vista de cada ser humano, sino de la naturaleza. Son dos complejidades diferentes, la de los humanos y la del resto de la naturaleza, que unidas conforman una unidad llena de incertidumbres y de cambios, que hace muy difícil prever cómo va a ser el mundo en el futuro.

3. El primero la paz. No solo implementar el acuerdo con las Farc, sino tratando de lograr una paz con el Eln.

El segundo, tratar de eliminar la enorme injerencia que tiene el narcotráfico en nuestro país y para eso creo que Colombia debe hacer énfasis en su condición de víctima, debido a los problemas de narcotráfico internacionales. Además, no habría demanda del narcótico si no fuera por los fracasos tremendos de los países más ricos. Colombia como víctima debe ser tenida en cuenta para modificar las formas cómo se maneja el narcotráfico en todo el planeta.

Y el tercero tiene que ver con la forma como están organizadas nuestras sociedades. No soy marxista ni neoliberal, pero creo que la sociedad colombiana debe tener en cuenta nuestra historia, porque esta todavía persiste en un problema muy grave que se llama segregación social. Si no arreglamos los problemas de racismo, de separación entre ricos y pobres, todo eso hace que seamos un país muy difícil en el cual vivir.

4. Yo pienso que sí se puede superar ese flagelo. Yo tengo 85 años y recuerdo cuando era niño que a nosotros nos daba lástima la corrupción en México. Hace 70 años Colombia no era tan corrupto. Existía esa situación, pero no tanta. La corrupción, a mi juicio, tiene mucho que ver con el narcotráfico que corrompió la sociedad y el Estado. Eso es posible volverlo atrás, pero está muy relacionado con la enorme cantidad de dinero ilegal que produce el narcotráfico.

 

 

Si con esta pandemia no aprendemos, va a ser muy difícil”, Jaime Alberto Arrubla, expresidente de la Corte Suprema de Justicia.

ens1. Es de esperarse que la pandemia nos deje una enseñanza y esta es que debemos ser más solidarios, debemos romper las diferencias que hay a todos los niveles. Los más sacrificados en esta pandemia son los más desprotegidos, quienes no tienen vivienda, recursos, trabajo, los que son discriminados en las grandes ciudades. Por eso, el gran mensaje que nos puede dejar la pandemia es la solidaridad entre los colombianos para que hagamos una Colombia más justa, equilibrada y con menos diferencias sociales.

2. Yo creo que si con el golpe que esta pandemia está dándole a la humanidad, diezmándola en su población y en su riqueza, no aprendemos, va a ser muy difícil que en el futuro algo más nos logre llamar la atención.

Yo espero que la humanidad aprenda a ser más solidaria, a respetar el medio ambiente, porque si algo ha aflorado luego de esta pandemia es que teníamos la naturaleza agobiada, una irresponsabilidad del Homo Sapiens Sapiens frente a la riqueza ecológica. Tuvo que ser necesario que se presentara esto para que la tierra respirara. Tenemos que aprender que esta es una llamada de atención, no solamente con nosotros mismos sino con nuestro planeta.

3. El confinamiento sirvió para que el sistema de salud se preparara para recibir esta pandemia y para que los colombianos hiciésemos conciencia de lo valiosa que es la vida y de la necesidad que tenemos de autoprotegernos, de no exponernos.

Creo que es hora de liberar la economía, porque el hambre, el desempleo y la pobreza son la peor pandemia de todas. Yo creo que liberando la economía y dando los estímulos del Estado para que nuevamente vuelvan las actividades productivas a su expresión, el país va a poder salir adelante. Creo que esas políticas represivas, autoritarias de los alcaldes, esperando gobernar recluyendo a la gente, ya deben pasar, porque no tienen razón de ser. No hay un tratamiento efectivo ni una vacuna, luego debemos convivir respetando a los demás y no exponiendo a las familias ni a nosotros mismos, ni a la sociedad.

4. La corrupción siempre va a estar, pero es labor del Estado y de los organismos de control mantenerla a raya, sancionando a los corruptos, castigando a los delincuentes pero para eso necesitamos un buen ejemplo de los que dirigen esos organismos de control porque el ejemplo empieza por la misma autoridad.