UNA DE las mayores críticas a este gobierno es que está politizando la nómina diplomática. Muchos de los nombramientos de embajadores y cónsules no están sujetos a la trayectoria y experiencia requeridas para ocupar el cargo, sino a razones políticas y afinidad con el Ejecutivo.
Durante el tiempo que estuvo Álvaro Leyva al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, fueron muchos los cuestionamientos respecto a esta situación.
Para establecer exactamente lo que está pasando en este momento, este Diario habló con Jorge Rivadeneira, director de la Academia Diplomática; María Angélica García, funcionaria de carrera diplomática y miembro del Sindicato de Trabajadores Diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores; y Martín Espinosa, presidente de la Asociación Diplomática y Consular de Colombia.
Lo que se necesita para el cargo diplomático
Inicialmente, Rivadeneira indica que se hace una convocatoria a través del Ministerio de Relaciones Exteriores. Luego, el canciller firma una resolución de convocatoria que, posteriormente, es divulgada a través de varios medios de índole nacional.
Consecutivamente, se hacen las inscripciones de los candidatos a estudiantes para carrera diplomática; y, por último, se procede a la selección definitiva de aquellas personas que cumplen los requisitos.
Quienes aspiren al cargo, deben ser personas mayores de 18 años, colombianos de nacimiento, no tener doble nacionalidad, conocer y dominar totalmente un segundo idioma de uso diplomático, y alcanzar el puntaje necesario en las pruebas de conocimiento para acceder al proceso de capacitación.
Normalmente, hay un promedio de 1.200 aspirantes a carrera diplomática, pero al concurso del año pasado se inscribieron 1.420 personas. Esto, según el diplomático, gracias a la buena divulgación de la entidad.
Ante el creciente número de aspirantes, se entiende que las embajadas y oficinas consulares de Colombia, son atendidas en su totalidad por funcionarios diplomáticos, pero, según datos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Colombia tiene 72 embajadas que incluyen las misiones internacionales; y 122 oficinas consulares. Sin embargo, solo 71 de esos cargos están siendo ocupados por funcionarios de carrera.
Favores políticos
Para Espinosa, en teoría, Colombia debería tener a todos los funcionarios de carrera diplomática en esas dependencias, pues, para eso, adelantan especializaciones en estudios internacionales que les permite desempeñar esas funciones.
No obstante, no se explica las razones por las cuales el Ministerio de Relaciones Exteriores aún hace nombramientos por designaciones, es decir, personas que alcanzan esos cargos bajo la figura de provisionalidad sin que hayan cursado esa especialización, cuando actualmente hay 516 diplomáticos de carrera.
Al respecto, María Angélica García, presidente del sindicato de trabajadores diplomáticos, expresó la preocupación por la situación, pero también dijo que “este es un problema de hace muchos años, esto no es algo nuevo que venga con el gobierno Petro para que nos vean como una oposición al Gobierno nacional. Realmente lo que nosotros venimos diciendo al respecto es que esto viene desde hace ya varios años”.
“El sindicato se formó en 2020 y nuestras críticas han sido de una manera contundente con todos los gobiernos, porque cuando vemos que siempre se han dado estos nombramientos de personas provisionales, tanto en los cargos de embajador como en los consulados, se entiende que es un tema estructural en el que nosotros hemos venido pidiendo un cambio que defienda la institucionalidad y la trazabilidad histórica de los funcionarios diplomáticos”, manifestó.
Uno de los llamados de atención que frecuentemente lanza el sindicato, es que, al momento de los nombramientos, a los funcionarios diplomáticos de carrera se les tenga en cuenta.
“Muchos nombramientos son para pagar favores políticos y no se respetan las normas constitucionales, somos más de 500 personas en el cuerpo diplomático con muchas capacidades, conocimientos, experiencia, y con formación técnica y profesional en la diplomacia. Pero, muchas veces la cancillería no cumple con la normatividad al momento de designar a los funcionarios en el exterior”, indicó.
Garantías y capacidades
Según Jorge Rivadeneira, un elemento clave para medir las capacidades de quienes ingresan al cuerpo diplomático son las pruebas de conocimiento nacional e internacional que realiza la academia, porque en promedio se eligen a los mejores 50 postulantes con los más altos puntajes en las pruebas.
Los finalistas son los que ingresan a la academia para iniciar el proceso formativo y, posteriormente, son entrevistados y evaluados por el Ministerio.
Actualmente, la academia apoya la iniciativa de darle oportunidad a las mujeres y, por primera vez en una formación diplomática, el curso de 30 personas está compuesto por 15 mujeres y por 15 hombres, lo que significa una igualdad importante.
Por su parte Martín Espinosa, explica que los funcionarios realizan estudios no solo en Colombia, sino también en el exterior, añadiendo que son siete cargos que se desempeñan en la carrera diplomática, iniciando como secretario diplomático y finalizando con el cargo de embajador. En el proceso, se trabaja cerca de tres años y seis meses en Colombia dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores; y cuatro años en el extranjero realizando labores internacionales en representación del país.
Los procesos, según Espinosa, son constantes y se hacen durante toda la vida laboral en el cuerpo de funcionarios.
Pese a tratarse de un servicio de carrera, García advierte desde los sindicatos que, del total de funcionarios de carrera diplomática que hacen parte del Ministerio de Relaciones Exteriores ni siquiera el 20% es tenido en cuenta para nombramientos en embajadas, así como tampoco en las oficinas consulares.
Entonces, ella explica que se debe defender en este caso el mérito porque se habla de un principio constitucional para llegar a todos los cargos públicos, y en este caso se hace referencia a labores que deben ser asumidas por personas de carrera y más si se trata de los cargos diplomáticos.
Entre las mejores
Jorge Rivadeneira pone de manifiesto que la labor de la Academia Diplomática de Colombia es reconocida como una de las mejores de Sudamérica, por su nivel formativo. Además, podría estar entre el grupo de las diez mejores de América.
Sin embargo, la entidad no puede determinar o influir en los nombramientos de embajadores o cónsules en representación de Colombia. En ese aspecto, aclaró que esas determinaciones son únicamente del resorte del canciller.
Por su parte, Martín Espinosa explica que el cuerpo de diplomáticos tiene todo tipo de personas procedentes de diferentes regiones del país, y con múltiples conocimientos. Esto incluye madres solteras que manejan el inglés a la perfección y profesionales que vienen desde Cali, Medellín, Barranquilla y Bogotá, titulados en las Universidades Nacional, de los Andes, Universidad del Norte, entre otras. “A esas personas se les debe tener en cuenta por mérito, que es el resultado de la preparación”, dijo.
García advierte que todo el camino que tiene que hacer un diplomático, “inicia como secretarios terceros desde la base y vamos presentando cursos para ingresar a cada cargo. La preparación es cercana a los 25 años para llegar al rango de embajador, pero hay personas que sencillamente ni siquiera son profesionales y han sido nombrados como embajadores en el exterior sin acreditar los idiomas o los estudios técnicos”.