Entrevista| Académico señaló que solo Colombia y Ecuador han denunciado tratado que le dio vida a este último
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EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo queda el panorama de organismos asociativos de países en América con la creación de Prosur?
MAURICIO JARAMILLO JASSIR: En general América Latina tiene una tendencia a la creación de instituciones, especialmente desde la década de los 40 y 50, cuando surgió la OEA, luego la Comunidad Andina, ALAC y Mercosur. Creo que eso per se no es malo, de hecho es positivo que cada una se ha encargado de temas distintos.
No podría decir que por ejemplo la OEA se ha solapado, se ha superpuesto o ha sido cacofónica en el trabajo de la Organización para la Cooperación del Tratado Amazónico. Son diferentes, igual la CAN y Mercosur.
Creo eso sí que es impertinente en este momento la proposición de Colombia y de Chile de crear un foro más, Prosur. Y lo digo porque creo que es un foro con una agenda casi que excluyente respecto al tema venezolano.
Creo que lo que ellos pretenden hacer en Prosur lo hubiesen podido seguir haciendo en el Grupo de Lima sin necesidad de liquidar Unasur, que es un poco lo que están tratando de proyectar.
El principal defecto que ellos le endilgan a Unasur, que era una excesiva ideologización, me parece que lo están cometiendo y lo están haciendo con Prosur, a la que le están dando una carga ideológica que a mi juicio es muy nociva y va a polarizar más aún a América Latina.
ENS: ¿Entonces la aparición de Prosur será la muerte de Unasur?
MJJ: Pues eso depende mucho de lo que haga Bolivia, de lo que haga Surinam, Guyana, Uruguay y algunos Estados que todavía no han asumido una postura clara frente a Unasur. Hasta ahora solamente han denunciado el tratado Colombia y Ecuador. En el caso de Chile, de Perú, Paraguay, Argentina y Brasil, ellos han anunciado su suspensión a la asistencia en cuanto a reuniones, pero no me queda muy claro qué va a pasar.
Más allá de que se acabe o no, porque es prematuro para saberlo, que Ecuador haya denunciado el tratado es un golpe sin duda muy duro y es un retroceso acabar con la institución por un cambio ideológico. Es como si hubiesen acabado la Unión Europea por cambios en el tono ideológico de los gobiernos europeos, eso no tendría sentido. Que llegue la derecha, que llegue la izquierda, que llegue el centro, no debería derivar en un cambio tan drástico en materia de institucionalidad regional.
ENS: ¿Ha existido en la OEA politización en el caso Venezuela por parte del Secretario?
MJJ: Los secretarios tienen que ser políticos, eso no tiene nada de malo. El problema para mí tiene que ver cuando los secretarios generales se extralimitan, me parece que ese ha sido el caso de Almagro. Ha sobrepasado sus funciones, me parece que ha renunciado un poco y se le ha olvidado que es el representante de la OEA, que tiene que hablar en nombre de una treintena de países.
Entonces un poco lo que creo es que no ha podido dejar de lado sus convicciones personales y muchas veces ha salido con comentarios fuera de tono, que en vez de atizar lo que han hecho es polarizar aún más. Me parece que además asumir esta posición de no ‘creemos en el diálogo en Venezuela, Maduro es un dictador y hay que derrocarlo’, contradice un poco toda la tradición latinoamericana de nunca renunciar al diálogo por las tradiciones de la democracia.
Me parece que hay una polarización en el continente, no solamente por culpa de Maduro, que es un desastre, eso es indudable, sino también por culpa de algunos de los que lo quieren derrocar y que han incurrido precisamente en la misma retórica de Maduro, una retórica inflamada, virulenta, esa retórica que polariza, que divide.