Arauca, la capital del departamento del mismo nombre, aparece con la tasa de desempleo más alta del país, al registrar, según las últimas cifras del DANE, un índice del 27,3%, mientras la media nacional se encuentra en el 11,2%. La segunda peor ciudad en materia de desocupación es Mocoa con el 24,7%, seguida de Quibdó con el 22,6%.
Estas cifras son la preocupación constante de la población araucana. Ante esta situación, el representante a la Cámara del departamento de Arauca por el Partido Liberal, Germán Rogelio Rozo Anís, le dijo a EL NUEVO SIGLO, que "nuestra tasa está dos veces y medio más alta que la misma media nacional. Estamos convencidos de que estas cifras de desempleo en la región no son más que el resultado de una política de abandono estatal por parte de los últimos gobiernos, sumada a diferentes fenómenos que ocurrieron, uno de ellos el covid, donde se dio el cierre de establecimientos comerciales y se presentó el confinamiento”.
“Además de ello, estamos en zona de frontera, donde se presentó la llegada masiva de venezolanos de forma directa por ser un territorio fronterizo con este país, lo que le permite al migrante llegar y establecerse en la capital araucana y no encontrar espacios laborales legales”, comentó el representante.
Violencia
Según el parlamentario, la violencia que afronta el departamento por los grupos armados ilegales que hay en la región como las Farc y el Eln, combinada con los grupos residuales y la delincuencia común, como la presencia del ‘Tren de Aragua’, generan zozobra en la población. “Estos elementos de violencia implican que un inversor privado no ponga sus ojos en la región para invertir en materia empresarial, por ser una zona de alto riesgo por la seguridad de mantener el capital de estos inversionistas, lo que conlleva a que no se establezcan compañías privadas en la región”, manifiestó.
De esta manera el escalonamiento del conflicto armado entre grupos armados irregulares agudiza la crisis económica en Arauca, generando graves consecuencias sociales, como el desplazamiento forzado de pobladores rurales, la pérdida de la producción campesina y la presión que implica para la administración departamental y los alcaldes municipales la atención de la población afectada por la grave situación de orden público.
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Confianza
De igual forma, el recrudecimiento del conflicto genera pérdida de confianza en los consumidores, empresarios y potenciales inversionistas, lo que agudiza la crisis de empleo, incrementa la pobreza y frena el desarrollo.
Por su parte, el índice departamental de competitividad elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, ubican al departamento en las últimas posiciones a escala nacional, donde ocupa el puesto 27 de 33.
Entre los indicadores en los que Arauca presenta su peor desempeño, que reflejan la crítica situación, se destaca la tasa de homicidio, secuestro y extorsión, unas de las más altas del país.
Igualmente presenta un bajo porcentaje de vías primarias en buen estado, escasa adopción de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), baja cobertura de educación superior, técnica y tecnológica, deficiencias estructurales en el mercado laboral y un escaso, por no decir nulo, desarrollo empresarial e industrial.
Intervención
El Departamento Nacional de Planeación (DNP) señala que el grado de complejidad del aparato productivo araucano es similar al de naciones africanas como Mauritania, Nigeria o Guinea: que se ubican en las últimas posiciones del índice de desarrollo humano.
El parlamentario sostuvo que "recomiendo que dada la compleja situación del departamento, se requiere del Gobierno nacional la puesta en marcha de una estrategia integral de intervención en el territorio que llene los vacíos que ha dejado por décadas la ausencia del Estado".
Además de generar una dinámica de desarrollo productivo que permita ocupar la mano de obra local, garantizar los mecanismos de gobernabilidad y el monopolio de las armas en manos de la fuerza pública.
Por último, el representante dijo que dentro de las soluciones posibles se debe adoptar una estrategia conjunta de intervención sobre la frontera binacional; generar un ambicioso plan de transformación del aparato productivo que genere nuevos empleos y brindar acceso a educación de calidad; “fortalecer el emprendimiento y la generación de empleo para las nuevas generaciones de niños, jóvenes y adolescentes araucanos”, resaltó Rozo.