La Corte Constitucional cumple 30 años de vida en su función de mantener el espíritu de la Carta Política. Para Jaime Córdoba Triviño, exmagistrado de este alto Tribunal, ha hecho la tarea para la que fue creada y ha sido garante del reconocimiento de los derechos de los ciudadanos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué destaca más de estas tres décadas de existencia de la Corte?
JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO: Gracias a la Corte realmente la Constitución del 91 ha podido ser en buena parte realidad en Colombia, especialmente por la concreción de los derechos fundamentales, los derechos también sociales, económicos y culturales.
Y en segundo término es una Corte que ha alcanzado un enorme prestigio por la calidad de sus decisiones, no solo en el ámbito nacional sino también internacional.
ENS: La Constituyente concibió la Corte con nueve magistrados, estos con periodo de ocho años y elegidos por el Senado ¿Considera que fue lo adecuado o hay algo por mejorar?
JCT: Creo que ese es un mecanismo ajustado y adecuado al espíritu de la nueva Constitución porque se requiere que el Tribunal constitucional tenga una enorme legitimidad política, en el buen sentido de la palabra. Y por lo tanto el modelo que implica que todos los poderes públicos están concernidos en la constitución del Tribunal Constitucional es muy adecuado.
Fíjense ustedes que interviene la Corte Suprema, el Consejo de Estado, el Presidente de la República y el Congreso. De tal manera que eso le da un piso de legitimidad muy importante porque la Corte, entre otras funciones, aparte de ser el tribunal de los derechos humanos, tiene la facultad de declarar inexequibles leyes aprobadas por el Congreso o decretos extraordinarios expedidos por el Presidente. De tal manera que eso ha resultado muy bien.
Realmente si uno hace un examen de la composición de la Corte en estos 30 años, observará que en términos generales han ejercido ese alto ministerio personas con mucha independencia y con una gran formación jurídica.
Nunca he escuchado un cargo contra la Corte por parcialidad política, por ser amiga o enemiga de un gobierno. Ha ejercido, y esa es otra de las preseas fundamentales que ostenta la Corte, su rigurosa independencia.
ENS: Desde el Congreso han señalado que la Corte en algunas de sus decisiones ha ido más allá de sus facultades y ha legislado ¿Cuál es su opinión?
JCT: En todas las cortes constitucionales donde existe ese modelo de corte o tribunal constitucional, existen tensiones con los otros poderes, con el Ejecutivo, con el Legislativo e, incluso, con las otras Cortes de la rama judicial, y eso es apenas natural.
Creo que lo que falta es un correcto entendimiento de en qué consiste el poder de control de constitucionalidad de las leyes. No es que la Corte legisle, es que realmente lo que la Corte ha hecho es ajustar las leyes dictadas por el Congreso cuando estas tienen alguna omisión, algún déficit, alguna falencia, ajustarlas a los términos de la Constitución para que esas leyes puedan ser aplicadas, pero en los términos que exige la Constitución.
Creo que ya es un tiempo breve para que Colombia y nuestros legisladores, y todos los protagonistas de la vida política adquieran una madurez en la comprensión del papel y el rol del Tribunal Constitucional, y entender que eso no constituye una intromisión en las facultades de otros poderes sino un reparto de funciones, que la misma Constitución previó para garantizar el funcionamiento del Estado de derecho.