En la última semana de campaña por restricciones de ley los candidatos no podrán hacer concentraciones en plaza pública y tampoco habrá encuestas. Dejando ello de lado, ¿qué deberían realizar en su postrer envión buscando sumar votos, particularmente de los indecisos? EL NUEVO SIGLO consultó al respecto a politólogos.
El consultor y analista político Jairo Libreros indicó: “Creo que ellos se tienen que concentrar en las diferencias, en los elementos que marcan una imagen formal de contenido programático diferente al del otro candidato”.
Añadió que “está claro que los dos representan el cambio; está claro que los dos generan miedo, en uno o en otro sector de la sociedad; está claro que los dos van a llegar con una intención de voto y con una perspectiva de victoria en empate técnico, y el empate técnico por esos tres motivos solamente se puede romper enviando mensajes donde se marquen las diferencias de cada uno”.
Mientras que Juan Pablo Milanese, jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Icesi, consideró que “una de las cuestiones importantes, más allá de lo estratégico, es ver cómo aflojar un poco en la intensidad de algunos aspectos de la campaña, en términos de las cosas que se están viendo y que están llevando a la campaña a un nivel de tensión impresionante, que probablemente se vaya a ver reflejada en problemas asociados a la aceptación de los resultados”.
Agregó que “debería ser un pacto entre las campañas para bajarle un poco a la intensidad porque los niveles de estrés social que se están experimentando son cada vez más altos, y eso también va a afectar desde el punto de vista de los resultados e incluso hasta desde la gobernabilidad misma”.
En similar sentido se manifestó Jorge Bustamante Roldán, quien conceptuó que “el país está en una situación delicada porque está entre la ira, el miedo, el hambre y la esperanza. Esto lleva a que, en medio de la polarización, si el 19 de junio alguna de las dos campañas o los líderes que están en contienda, el doctor Petro y el doctor Hernández, no acepta los resultados electorales, esto es particularmente delicado porque está muy suelta, por decirlo así, la sociedad sobre quién puede llevar a manejar una crisis de envergadura, de no credibilidad, con respecto a los resultados electorales”.
Agregó que “el llamado a los candidatos es humildad republicana, tienen que respetar los resultados electorales y tramitar institucionalmente los reclamos. No convocar la primera línea, no sacar la gente a las calles porque estamos en una situación en que, entre la ira y el miedo, la explosión social puede ser muy delicada”.
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Más opiniones
Por su parte, Freddy Cante Maldonado, profesor titular de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Rosario, dijo: “Creo que los dos deberían destapar todas sus cartas, ser completamente transparentes y, algo muy necesario, participar en un debate porque uno echa de menos que ya han pasado varias semanas de esta segunda vuelta y lo que ha habido de lado y lado es cierta publicidad, se han ventilado ciertas cosas, pero uno necesita oír la voz y los argumentos de los dos candidatos”.
Cante consideró también que a pesar de los pocos días que faltan para ir a las urnas, todavía hay tiempo para que los candidatos, si utilizan la estrategia adecuada, logren morder algo del voto indeciso.
“Creo que cada día cuenta y en la medida en que los candidatos sean más osados, audaces y estén bien asesorados, podrían hacer alguna campaña con el público indeciso”.
En tanto que Ángelo Flórez, magíster en Ciencia Política y profesor en la Universidad Santo Tomás, considero que, en el caso de Rodolfo Hernández, debe “estar más presente en su campaña, huir menos del debate público, del debate en general, acudir a los debates e intervenir”.
En cuanto a Gustavo Petro, dijo el politólogo que “creería que lo que debe hacer es buscar el voto de los centristas, por ejemplo, utilizar más figuras como Alejandro Gaviria, como Antanas Mockus, como Rudolf Hommes, que pueden ayudarle a buscar votos y no depender necesariamente de los militantes de la izquierda más dura pues que ya lo respaldan, es decir, Gustavo Bolívar y todos ellos”.