Una inesperada polémica interna se suscitó este fin de semana en el Centro Democrático por cuenta del proyecto de ley impulsado por la bancada uribista en el Congreso que reduce la jornada laboral.
La iniciativa, aprobada el viernes en segundo debate por la plenaria del Senado, permitirá reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales sin disminuir el salario a los trabajadores. Las 40 horas a la semana podrán ser distribuidas, de común acuerdo, entre empleador y trabajador, en cinco o seis días a la semana, garantizando siempre el día de descanso.
La plenaria recibió informe de ponencia positiva preparada por los senadores Fabián Castillo (Cambio Radical), Laura Fortich (Partido Liberal) y Honorio Henríquez (Centro Democrático).
Al anunciar la aprobación del articulado, radicado el 1 de octubre del año pasado (numerado como 212 de 2019 Senado) por la bancada encabezada en ese momento por el expresidente Álvaro Uribe, el senador Henríquez señaló que “Colombia es de los pocos países que continúa teniendo una jornada laboral tan alta, en comparación con otras naciones de Latinoamérica. La recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es de 40 horas. En países europeos la jornada laboral es de 37,5 horas promedio”.
Cohesión social
Poco antes del debate en el Senado, el expresidente Uribe trinó instando a construir “cohesión social de la mano del apoyo a la empresa privada”.
Un impulsor de la iniciativa es el senador Fernando Nicolás Araújo, para quien “la reducción de la jornada laboral significa más tiempo en familia, mayor productividad y motivación. Es poner a Colombia en el estándar internacional. Más empleo, mejor ingreso, economía fraterna”.
Con la medida, apuntó Henríquez, “buscamos mejorar la calidad de vida de los trabajadores”.
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Pero, precisamente cuando el proyecto pasa a ser debatido en la Cámara, el representante uribista por Risaralda, Gabriel Jaime Vallejo, manifestó que “soy respetuoso de las posturas y posiciones de mi partido Centro Democrático, del cual me siento muy orgulloso; sin embargo mis principios y convicciones me impiden apoyar y acompañar el proyecto de ley de reducción de jornada laboral por considerarlo inconveniente”.
Vallejo puso ejemplos para demostrar su punto: “Una panadería de barrio tiene cuatro trabajadores. Dos de ellos trabajan de 6 de la mañana a 2 de la tarde y los otros dos trabajan de 2 de la tarde a 10 de la noche. Con la reducción de la jornada esos mismos trabajadores con el mismo salario lo harían de 6 de la mañana a 12 del día y de 12 del día a 6 de la tarde. ¿Quién trabajaría de 6 de la tarde a 10 de la noche?”.
Otro ejemplo expuesto por el legislador: “Un operario de un pequeño taller confecciona 10 camisas tipo polo en una hora, para un total de 80 camisas en un turno de 8 horas. Con la reducción de la jornada laboral ese mismo operario confeccionará 60 camisas en un turno con el mismo salario. ¿Quién paga ese sobre costo?”.
Aunque no le respondió directamente, el senador Araújo salió al paso de los peros al proyecto explicando que la “reducción de la jornada laboral gradual, de 48 a 40 horas, no se puede evaluar independientemente. Se complementa con la reducción de impuestos de la Ley de Crecimiento Económico: renta de 40 a 30%; descuento del IVA 100% a bienes de capital; desmonte total renta presuntiva; régimen simple desde 1,8%”.
Inconveniente
Fuera del Congreso también se expresaron contra el proyecto otras voces uribistas, como la del exviceministro Rafael Nieto Loaiza, quien sostuvo que “la iniciativa de reducir la jornada semanal tiene las mejores intenciones, pero es inconveniente en las condiciones actuales. Hará mucho más difícil crear empleos que es, sin duda, el principal desafío en la crisis actual”.
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“Tiene una buena intención”, insistió: “Aliviar la carga de quienes hoy tiene trabajo y darles más tiempo libre. Pero tiene un triple efecto negativo, aún peor en la situación actual, donde la economía está en recesión, el tejido empresarial ha quedado seriamente erosionado por cuenta del confinamiento y desaparecieron miles de micro y pequeñas empresas: por un lado, hace al país menos competitivo, por el otro, aumenta los costos salariales de producción en un 20% y, finalmente, desestimula la generación de nuevos empleos porque los hace más costosos”.
“Repito: hay que focalizarse en crear empleo. Mucho y muy rápido. Concentrarnos en esos cuatro millones de colombianos desempleados que son, junto con sus familias, los que más están sufriendo. De ser finalmente aprobada, la medida no solo no aliviará el agudo problema del desempleo sino que lo agravará. Y contribuirá a hacer más gravosa la situación de los empresarios, ya agobiados por la crisis, la excesiva carga fiscal, la burocracia y la tramitología, la corrupción y los cuellos de botella de la productividad nacional. Y si para rematar, como ya han anunciado, el próximo año suben los impuestos”, apuntó Nieto.
Varias medidas
En contraste, ayer a través de un comunicado, el partido defendió el proyecto señalando que “la anhelada equidad requiere fraternidad. Una sociedad fraterna se contrapone al odio de clases, construye cohesión y evita futuros conflictos”.
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“Más horas de trabajo no implican necesariamente una mayor producción. Nuestra visión de la economía supone vigor y fraternidad corno binomio para el conjunto de empleadores y trabajadores. Por esto, la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas en el país, se hará de forma gradual iniciando en 45 horas semanales el primer año, a 42 el segundo, hasta llegar a 40 horas el tercer año. Se reduce la jornada pero no se reduce el salario”, precisó el Centro Democrático.
Tras indicar que “nuestro país conserva un problema estructural”, el comunicado expuso que “el desempleo juvenil ha permanecido siempre por encima del 15% incluso ha llegado a acercarse al 30% como consecuencia de la pandemia. Como complemento a las políticas anteriores el Centro Democrático propone reformar el contrato de aprendizaje para que los jóvenes puedan emplearse con una mejor remuneración garantizando el pago de un salario mínimo e incentivando la generación de empleo para los menores de 30 años."
Y agrega que "actualmente, solo pueden ser contratados como aprendices estudiantes del SENA y de universidades, el proyecto de ley 315 de 2020 Senado estipula que bachilleres, técnicos y tecnólogos menores de 30 años que no han tenido un trabajo formal previamente, puedan acceder a un trabajo con el 100% del salario mínimo, 75% pagado por el empleador y 25% pagado por la Nación”.
“Convencidos que es mejor un peso invertido entre la empresa y sus trabajadores que mal gastado en la burocracia del Estado, insistiremos en una fuerte reducción fiscal, congelando los gastos del Estado en funcionamiento y nómina, con la reducción del congreso, exceptuando el gasto en pensiones, las transferencias y la salud; con lo cual esperamos ahorros equivalentes a 1% del PIB”, expresó la colectividad, anotando que “con coherencia reiteramos nuestros principios: Estado austero, expansión social, impulso al emprendimiento, defensa de la iniciativa privada y fraternidad”.