Perpectivas. Revive la Casa de Rafael Núñez en Cartagena | El Nuevo Siglo
Después de la muerte de doña Soledad la casa no tuvo ningún interés por cerca de 25 años, hasta que el gobernador de Bolívar de ese entonces hizo un contrato como de promesa de compraventa y adquirió la propiedad con el fin de preservarla.
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Domingo, 10 de Julio de 2022
Redacción Política

No existe una fecha escrita en algún libro que determine el año exacto en que fue construida la Casa Núñez en Cartagena. Solo se viene a saber de ella cuando ya había sido levantada, a mediados del siglo XVIII, y que en un principio solo era de un nivel, gracias a que allí habitó un ilustre presidente de Colombia y hoy es Patrimonio Nacional.

Dentro de lo poco que está escrito, de acuerdo con Sonia Villa, la directora actual de esta casa ubicada en el tradicional barrio El Cabrero de La Heroica, es que la propiedad fue adquirida en 1848 por Manuel Román, papá de Soledad Román, quien sería la esposa de Núñez.

Como regalo de bodas, don Manuel le obsequió esta casa a los recién casados en 1877 y es cuando Rafael Núñez se pasa a vivir allí con su esposa a esta residencia, donde estaría hasta su último suspiro. Tres años después de haber contraído matrimonio y de vivir en esa vivienda, Núñez se convertiría en el primer presidente de origen caribeño de Colombia. Luego repetiría tres veces más ese honor y, al parecer (por las dudas que hay con la verdadera cuna del actual presidente electo), es el único mandatario que ha tenido esta región del país.

Durante su último mandato se posesionó simbólicamente en Cartagena, el 21 de septiembre de 1892, pero decidió permanecer alejado del poder, dejando a cargo a su vicepresidente, Miguel Antonio Caro.

Sonia Villa, quien cuenta la historia emocionada, asegura que la casa era de un piso y solo hasta cuando Núñez y Román se trasladaron, construyeron un segundo piso completamente de madera. Actualmente es precisamente ese nivel de la propiedad el que más llama la atención de los visitantes.

Así que dentro de estas paredes pudo haber surgido la inspiración de Núñez, no solo para componer la letra de nuestro himno nacional, sino también las leyes de una Constitución que rigió a este país por más de 100 años. "La Constitución de 1863 ha dejado de existir", dijo en algún momento y buscó crear la Constitución de 1886, que eliminó el federalismo creando la República de Colombia, además de nombrar a Dios como "fuente suprema de toda autoridad" y restringir el voto a un sistema de "electores", uno por cada mil habitantes.

Núñez murió en 1894 y 30 años después falleció su esposa, Soledad Román, los dos en cuartos diferentes; de hecho, cada uno murió en su habitación, pues según contó Villa, ellos no compartieron el mismo lecho. Los acompañó por un tiempo una sobrina de Román, quien falleció muy joven.

Después de la muerte de doña Soledad, la casa no tuvo ningún interés por cerca de 25 años, hasta que el gobernador de Bolívar de ese entonces hizo un contrato como de promesa de compraventa, que se usaba en la época, y adquirió la propiedad con el fin de preservarla porque estaba muy destruida. El gobernador pidió a la Presidencia que se declarara bien patrimonial porque allí había vivido el cuatro veces mandatario de Colombia y así empieza a tener un valor y un interés distinto para la sociedad cartagenera. En 1950 fue declarada Monumento Nacional.

Luego pasaron algunos años para que la Fundación Casa Museo de El Cabrero, que lideró el reconocido historiador Eduardo Lemaitre, lograra darle a la casa el carácter de interés público en 1980. De esa manera, esa Fundación duró muchos años a cargo de la propiedad y después pasó a manos del Ministerio de Cultura, a finales de los 90.



La casa más fresca de Cartagena

“Yo vivo enamorada de esa casa toda mi vida, desde que la conocí; tiene un atractivo muy grande y es su construcción caribeña”, asegura Villa, quien también afirma que la diferencia en temperatura con cualquier otra casa de Cartagena es de 4 o 5 grados. “Casi nunca tienes calor porque los ventanales son muy grandes, las puertas son muy abiertas, la casa es muy alta y el patio siempre recibe brisa, porque ese sector donde está son terrenos de bajamar. Allí no había construcciones de ninguna clase alrededor y tenía al frente el mar y del otro lado las murallas”.

Villa está convencida de que hoy en día, a pesar de las construcciones alrededor, la brisa continúa. “Porque las edificaciones no son tan altas siempre vamos a tener fresco, aunque esto nos haga daño para mantener las piezas patrimoniales por la brisa salina”, afirma.

Restauración

Pero no es el único inconveniente que enfrenta la edificación. “Una de las cosas que nos ha perjudicado para su conservación es que se inunda porque está más bajita que la carretera. La casa está abajo y la carretera está arriba. A pesar de que le hemos pedido muchas veces al alcalde para que nos limpie todos los desagües y las cañerías que están al frente, no lo hemos podido lograr; la casa se inunda y eso daña la madera. Tenemos ese problema y por eso nos ha costado tanto la restauración”.

Precisamente esa es la labor que se cumple hoy en día: la restauración. Ya lleva más de un año y Villa asegura que los trabajos terminarán en agosto de este año.

El Ministerio de Cultura está a cargo de los costos de ese proceso. Villa resalta la labor de Alberto Escobar, director de Patrimonio, quien ha apoyado mucho el proyecto, aunque también hay una parte de la empresa privada. “Los costos llegan a 1.500 millones de pesos. Las labores llevan un año; estaba presupuestado que iba a durar menos. El trabajo está a cargo de la Escuela Taller de Cartagena de Indias, son jóvenes que estudian y las prácticas las realizan en diferentes lugares culturales que son patrimonio de la ciudad”, explicó.

“Ellos son los que están trabajando con la asesoría de personas que saben. La parte de bienes patrimoniales está a cargo del grupo Conservar, que es un muy reconocido en Cartagena para restaurar obras”, agregó.

Destaca que la obra está casi terminada y falta muy poco. Señala que dentro de los objetos difíciles de restaurar está la cama de bronce de doña Soledad Román.  

PIE DE FOTO 1:

Después de la muerte de doña Soledad la casa no tuvo ningún interés por cerca de 25 años, hasta que el gobernador de Bolívar de ese entonces adquirió la propiedad con el fin de preservarla.

PIE DE FOTO 2:

Sonia Villa, directora de la Casa Museo Rafael Núñez.