Perfil económico de José A. Ocampo, posible Minhacienda | El Nuevo Siglo
EL ECONOMISTA José Antonio Ocampo podría convertirse en el ministro de Hacienda del nuevo gobierno.
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Martes, 28 de Junio de 2022
Redacción Política

A los 69 años, el caleño José Antonio Ocampo Gaviria podría convertirse en el primer economista que repita como ministro de Hacienda. Ocampo tiene actualmente todos los galones para ser el ‘general’ que lidie y dirija la economía de la Colombia de la poscrisis pandémica.

Realizó sus estudios de economía y sociología en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, de donde se graduó en mayo de 1972 y obtuvo su doctorado en economía de la Universidad de Yale en diciembre de 1976.

Ya en 1988 daba cuenta de su amor por la investigación, cuando fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias "Alejandro Ángel Escobar".

Ministro de Hacienda durante el gobierno de Ernesto Samper, y más recientemente codirector del Banco de la República, Ocampo actualmente es profesor de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos, copresidente de la Iniciativa para el Diálogo de Políticas y Miembro del Comité de Pensamiento Global de la Universidad de Columbia.

En una de sus últimas reflexiones sobre los retos que se le venían encima al nuevo gobierno, y del que él posiblemente será su ministro de Hacienda, sostenía en su cuenta de Twitter que “heredará una compleja crisis fiscal. A los elevados déficit y deuda pública se suma ahora un fuerte aumento en el costo de financiamiento. Si no se quiere reducir el gasto social, tendrá que hacer una reforma tributaria estructural”.

Precisamente en una reciente columna editorial publicada en El Tiempo, señalaba que “dados los todavía elevados déficits del Gobierno Nacional y de la deuda pública, será necesario hacer un ajuste fiscal de unos cuatro puntos del PIB, de acuerdo con la regla fiscal. Pero, como las demandas sociales son inmensas, es necesario mantener en forma permanente un mayor gasto público social. Esto significa que el grueso del ajuste deberá hacerse con una reforma tributaria estructural”.

Endeudamiento

Sin duda una de sus mayores preocupaciones es el aspecto fiscal y señalaba que “el endeudamiento se está volviendo más costoso a nivel internacional, tanto por el aumento de las tasas de interés como por los mayores riesgos que tiene Colombia debido a la pérdida del ‘grado de inversión’. En 2020, la tasa para un bono colombiano de diez años era del 3,5%; hoy es del 7%. Debido a esto y al aumento de las tasas de interés nacionales, el servicio de la deuda pública está aumentando fuertemente”.

El exministro de Hacienda, quien también fue ministro de Agricultura, dijo sobre el hueco del Fondo de Estabilización de los precios de Combustibles (FEPC): “Otro problema importante es el que genera el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Este fondo ha arrojado desequilibrios casi permanentes, pero con la explosión de los precios internacionales de productos energéticos, el déficit puede alcanzar cerca del 3% del PIB en 2022, según las estimaciones del Comité Autónomo de la Regla Fiscal”.

Puntualizaba en sus análisis, sobre los argumentos para adelantar una reforma tributaria estructural, que “el informe de la Comisión de expertos en beneficios tributarios que coordinó la OCDE el año pasado estimó que los niveles efectivos de tributación de Colombia son del 19,3% del PIB contra un promedio de 33,8% para los países de la OCDE. La gran disparidad es en el impuesto de renta a las personas naturales, donde en el país se paga el 1,2% del PIB contra 8,1% en la OCDE. El problema principal es la tributación de las rentas de capital, por lo cual la tasa efectiva de tributación es baja para los sectores de altos ingresos”.

Lineamientos

Al respecto el exministro daba en sus escritos algunos lineamientos: “En el caso de la renta a las personas jurídicas, será necesario eliminar o reducir beneficios sectoriales y racionalizar los de las zonas francas. Y se debe restablecer el impuesto al patrimonio de las personas naturales, elevar los impuestos a las emisiones de carbono y crear otros impuestos ambientales”.


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Ocampo fue secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y hasta mediados de 2007 fue secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales. Desde ese cargo dirigió el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA), ubicado en la sede del organismo mundial en Nueva York, y presidió el Comité Ejecutivo de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU; es, además, el economista colombiano más citado en la prestigiosa plataforma de Google Scholar.

Con esta experiencia, quien puede ser el próximo Ministro de Hacienda ha insistido y coincide con el presidente electo, Gustavo Petro, en que para sacar adelante la reforma que requiere el país se necesita un acuerdo nacional.

De allí que reiterara en sus escritos que “se debe convocar, por lo tanto, a un grupo de expertos que presente las ideas básicas de una reforma tributaria estructural, que después tendrá que ser concertada con múltiples sectores. Es una tarea absolutamente necesaria”.

Los bonos verdes

Otra de las características de Ocampo es su constante promoción de los bonos verdes en la lucha por el cambio climático y el consumo de combustibles fósiles. En un ensayo denominado “Políticas económicas para la sostenibilidad ambiental”, publicado por la fundación Friedrich Ebert Stiftung, el 6 de abril de 2021, el exministro de Hacienda señala que “en materia de políticas nacionales, los impuestos a las emisiones de carbono pueden desempeñar un papel importante para financiar las inversiones públicas necesarias y los subsidios a la economía verde. Obviamente la coordinación internacional en este campo podría cumplir un papel importante, teniendo como objetivo un precio internacional del carbono. Pocos países han adoptado, sin embargo, este instrumento”.

Sostiene Ocampo que “más aún, muchos países siguen utilizando recursos públicos para subsidiar el consumo de combustibles fósiles. Mayores avances se han logrado en el uso de los bancos nacionales de desarrollo como instrumento de financiamiento de inversiones públicas y privadas en este campo, no solo de lucha contra el cambio climático (notablemente inversiones en energías renovables y en nuevos sistemas de transporte) sino también otras con efectos ambientales favorables, como la reforestación. La promoción del mercado nacional de bonos verdes ha tenido asimismo un impacto importante en algunos países”.

Señala Ocampo, en sus argumentos sobre el cambio estructural hacia la transformación energética, que “la transición hacia la economía verde causará profundos impactos, tanto en las estructuras productivas como en los patrones de consumo, e involucra una verdadera revolución tecnológica. Las estrategias de desarrollo productivo deben contribuir al fomento de actividades verdes nuevas y dinámicas, y garantizar las inversiones en la infraestructura necesaria. Puesto que el cambio estructural también genera perdedores, es preciso incluir el apoyo a aquellos países en desarrollo con economías basadas en la explotación intensiva de recursos naturales que deben experimentar una transformación significativa de sus estructuras productivas.

El duro panorama

Como ya lo ha explicado el presidente electo, Gustavo Petro, se debe tramitar lo más pronto posible lo que puede ser una de las reformas tributarias más grandes de la historia del país. Petro ha señalado que podría ser de hasta $50 billones anuales y buscaría gravar las pensiones altas y volver a crear el impuesto al patrimonio para aquellos superiores a $1.000 millones.

Así mismo deberá enfrentar el déficit generado por el subsidio a los precios de los combustibles, que son subsidiados en 70% para el diésel y 57% en el caso de la gasolina, de acuerdo con el informe de Ecopetrol de marzo. El gobierno saliente deja un cronograma de incrementos de precios paulatinos para evitar que la deuda con la petrolera siga aumentando.

El déficit fiscal, el de balanza comercial, la deuda externa y subsidios sociales serán también algunos retos centrales de la política que deberá afrontar.