Las políticas que ha dictado el Estado colombiano en materia de urbanismo han sido enfocadas en el municipio sin tener en cuenta las áreas metropolitanas que se han ido conformando con el correr de los años, dijo Carlos Patiño, director del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional.
Añadió que en materia política esto se refleja en que los partidos sigan pensando en municipios de los años 50.
EL NUEVO SIGLO: ¿Por qué dice que el Estado se ha mostrado de espaldas al urbanismo?
CARLOS PATIÑO: Colombia siempre ha sido un país urbano, no solo Colombia, América Latina es un conjunto de ciudades que se han consolidado desde el concepto de lo urbano. Sin embargo, en el caso de Colombia el siglo XX marcó una tendencia de urbanización muy importante, pues en los inicios menos del 10 % de la población era urbana, sin embargo, a inicios del siglo XXI casi el 80 % vive en áreas urbanas.
Sin embargo, el Estado se contentó con crear unas políticas de carácter y acción de cuestiones municipales, sin ponerse a tono de lo que significa gobernar áreas urbanas de manera directa, y pongo un ejemplo: Bogotá se convirtió en distrito capital fundamentalmente por una intervención de Rojas Pinilla, que hay que decir que fue muy previsivo en ese momento y se crearon unos instrumentos; pero en el caso de los últimos años se ha creado el área metropolitana del Valle de Aburrá, el área metropolitana de Bucaramanga, y se han creado otras áreas metropolitanas, unas legales y otras de facto, como lo que sucede alrededor de Barranquilla o alrededor de Cali, que involucra varios municipios, y en ese contexto el Estado colombiano no ha logrado crear unos gobiernos de áreas metropolitanas o áreas urbanas grandes sino que seguimos atrapados con gobiernos municipales.
¿Qué implica? Que los gobiernos de los municipios no pueden resolver temas que son transversales a varios municipios que están presentes en una área digamos de aglomeración, ejemplo, la seguridad, el tema de la economía, el transporte público o la consolidación de políticas de beneficio abiertas.
Eso hace que los partidos políticos sigan pensando en municipios como si estuviéramos hablando de los municipios de la década de 1950 y no en las aglomeraciones urbanas de hoy en día, y seguimos sin saber con claridad qué significa gobernar un país de áreas urbanas, sin reconocer los fenómenos urbanos contemporáneos. En esa medida todos los partidos políticos como en general los candidatos suelen tener una visión muy pobre de lo que significa crear condiciones urbanas contemporáneas.
ENS: ¿Los planes de ordenamiento territorial están también alejados de la realidad?
CP: Los planes de ordenamiento territorial siguen siendo municipales, no de las aglomeraciones urbanas o áreas metropolitanas. Y ahí tenemos líos, pongo un ejemplo concreto, el caso de Medellín aprueba un área y POT, pero que solo es para esta capital, y ¿qué pasa con el resto del área metropolitana del Valle de Aburrá, dónde están los otros municipios?
O en el caso de Bogotá que tiene un distrito capital importante, pero que tiene una ciudad-región mucho más allá. No se ha aprobado un nuevo POT, está en veremos, no sabemos si se gobierna con el POT anterior o con el actual. Pero que además ha generado un impacto directo en los municipios vecinos. Ejemplo, ha generado un proceso de migración industrial hacia municipios como Funza o Mosquera y ha generado una migración urbana importante.
Entonces, lo que hacemos es desplazar los problemas que los municipios no logran resolver hacia otras áreas urbanas.
ENS: ¿Esa mirada al urbanismo que usted reclama significaría un revolcón en el proceso de descentralización?
CP: Habría que modificar completamente la descentralización, habría que otorgar más poderes a las áreas urbanas, habría que pensar en modelos de gobierno eficaces para las áreas metropolitanas o para las áreas de aglomeración urbana dinámicas y el Estado tendría que crear mecanismos mucho más importantes.
De hecho esto implicaría hacer revisión de si creamos o eliminamos, por ejemplo, algunas entidades administrativas, como algunas gobernaciones pueden ser eliminadas o modificadas; si le damos más atributos a algunas áreas metropolitanas y si obviamente descentralizamos algunas condiciones importantes de gobierno e, incluso, de unos mayores niveles de recaudo tributario o unas mayores capacidades de decisión en términos de seguridad y administración.
Casos
El profesor Patiño también dirige el programa radial Observatorio Electoral Urbano, en la emisora de la Universidad Nacional, del cual dijo les ha permitido descubrir los desarrollos y problemáticas urbanos, como el desconocimiento de lo que pasa entre todas las ciudades. “Son casi que ensimismadas en sí, en su propia rutina diaria y desconocen que muchas veces tienen problemas comunes con otras”. Así como experiencias muy interesantes como lo que sucede en Bucaramanga o en Pereira con su capacidad de gobierno, renovación y economía; y “descubrir que hay planes de renovación urbana que son completamente novedosos en algunas ciudades, pero en otros son completamente desastrosos”.