Esta vez, el sucesor de Chávez dijo que su homólogo colombiano “pretende elegir el Presidente de Venezuela”
A medida que se acerca la investidura de Nicolás Maduro para un nuevo mandato, lo que está previsto que ocurra pasado mañana, parece incrementar su beligerancia verbal hacia el presidente colombiano Iván Duque.
Ayer aquel dijo que este “pretende elegir Presidente de Venezuela y desde los Estados Unidos, Mike Pompeo pretende ordenar qué institución en Venezuela es legítima y cuál es ilegítima; como si Venezuela no tuviera soberanía y nosotros defendemos la constitucionalidad, las leyes”.
Segundando a su jefe, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, le solicitó al Gobierno colombiano que “respete la soberanía del pueblo de Venezuela”.
Arreaza le trinó a su homólogo colombiano Carlos Holmes Trujillo que el gobierno de Duque se debe dedicar a resolver los “infinitos problemas” que aquejan a su país.
En ese sentido, Arreaza instó a la Cancillería de Colombia a que cumpla con los principios del derecho internacional y no se entrometa en los asuntos internos de Venezuela.
Beligerancia verbal
El jueves pasado, el gobierno de Maduro había manifestado su rechazo por “la postura intervencionista asumida” por Duque y Pompeo “cuyos gobiernos pretenden subyugar y vulnerar la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano”.
Colombia ha sido uno de los principales críticos del oficialismo venezolano. El gobierno de Duque ha liderado, junto a los países miembros del Grupo de Lima, un bloque continental que busca deslegitimar la presencia de Maduro en el poder en Venezuela.
En ese sentido, el Mandatario de Colombia expresó su absoluto respaldo a la Asamblea Nacional de Venezuela, la cual juramentó el pasado sábado a su nuevo presidente, el diputado opositor Juan Guaidó.
Duque tuiteó que “sostuve diálogo con Juan Gauidó, nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Le expresé nuestro apoyo al restablecimiento de la democracia en el vecino país. Colombia y el Grupo de Lima acompañan a nuestros hermanos venezolanos para salir de la opresión de la dictadura”.
Duque también celebró la decisión del Grupo de Lima de no reconocer la legitimidad del nuevo periodo del “régimen de Nicolás Maduro”, quien asumirá el poder por los próximos seis años.
En un comunicado, la Cancillería venezolana señaló que “a todas luces la retórica antivenezolana que han expuesto el Mandatario colombiano y el Secretario estadounidense pretende distraer la atención de la opinión pública ante el estrepitoso fracaso de la política antidrogas de Estados Unidos en Colombia”.
“Resulta grave y sospechoso que, contando Estados Unidos con al menos siete bases militares en Colombia y tras haber dilapidado millardos de dólares en la supuesta lucha contra el narcotráfico, los cultivos y la producción de drogas ilícitas en el territorio colombiano hayan aumentado dramáticamente en los últimos años”, afirmó la Cancillería venezolana.
Escalada
Maduro acusa a la Casa Blanca de haber puesto en marcha un plan para derrocarlo o asesinarlo con ayuda de los gobiernos de Colombia y Brasil.
El 20 de diciembre, Venezuela ordenó la salida del país del cónsul de Colombia en Caracas, Juan Carlos Pérez, en represalia por la expulsión de un asesor de su Embajada en Bogotá, en una nueva escalada de tensiones entre ambos países.
“Pérez Villamizar dispone de un plazo de 48 horas para abandonar” Venezuela, anunció un comunicado de la Cancillería, que acusó al funcionario colombiano de ejercer “labores consulares sin contar con la acreditación correspondiente”.
Previamente, Colombia había expulsado a Carlos Manuel Pino, asesor político de la Embajada de Venezuela sin estatus diplomático, por “alterar el orden público, la seguridad nacional y la tranquilidad”, según las autoridades migratorias.
En esa oportunidad, sin referirse a las expulsiones, Maduro arremetió nuevamente contra Duque.
“No puede gobernar Colombia y quiere gobernar Venezuela (...). Es un vasallo, un esclavo, un pelele del imperio norteamericano”, dijo Maduro durante un acto del oficialismo, reiterando su denuncia de que Estados Unidos, con apoyo de Colombia y Brasil, puso en marcha un complot para derrocarlo.
El anterior episodio ocurrió 10 días antes, cuando Rusia movilizó a Venezuela dos bombarderos TU-160, un avión de transporte AN-124 y un avión de pasajeros IL-62.
Las aeronaves regresaron a Moscú el 14 de diciembre tras ejercicios de defensa condenados por Estados Unidos y Colombia.
Supuesto golpe
Duque ha negado que promueva una acción militar para poner fin a la “dictadura de Maduro” y aboga por una mayor presión diplomática para exigir “elecciones libres” en Venezuela.
Sin embargo, en octubre Maduro dijo que Duque es un “diablo” que encabeza un “gobierno peligroso” al servicio de Estados Unidos y contra la llamada revolución bolivariana.
“Él tiene cara de angelito, ustedes lo ven y parece un angelito”, se mofó entonces, precisando que “es un diablo que odia a Venezuela y está conspirando diariamente contra nuestro país, contra nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
Según Maduro, el de Colombia es “un gobierno peligroso, porque es un gobierno que combina mucho odio con inexperiencia” y que funciona como “satélite del imperialismo”.
“Desde Colombia se financia la conspiración para dañar a nuestra FANB”, argumentó: “Alerto a nuestros militares. Máxima moral, máxima lealtad, máximo compromiso frente a la conspiración oligárquica colombiana del gobierno de Iván Duque. Máxima cohesión, máxima preparación”.
Colombia y Venezuela, que comparten una frontera de 2.200 Km, prácticamente mantienen congeladas sus relaciones desde mediados de 2017.
Venezuela sufre su peor crisis social, política y económica de la historia. La misma ha generado una masiva migración que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), podría llegar a los 5,3 millones de personas al finalizar 2019.