Este martes al mediodía la plenaria de la Cámara votará la moción de censura impulsada por la bancada opositora (Polo Democrático, Alianza Verde, MAIS, Lista de la Decencia, Colombia Humana y Farc) contra el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo. mientras que el debate promovido en el Senado se efectuará el jueves de la próxima semana.
Se da por descontado que el jefe de la cartera de Defensa saldrá ++fortalecido de la votación, tal como quedó evidenciado el miércoles de la semana pasada durante el respectivo debate.
Como ya lo explicado EL NUEVO SIGLO, la bancada opositora suma 21 legisladores (es decir, quienes ya respaldan la moción), disgregados así: cuatro del partido Farc, dos de la Lista de la Decencia, dos del Polo, dos del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), uno de Colombia Humana y 10 de la Alianza Verde (incluyendo al parlamentario de la Coalición Alternativa Santandereana).
En cambio, la bancada oficialista cuenta con 32 representantes del Centro Democrático, 21 del Partido Conservador, 25 del Partido Social de Unidad Nacional (La U), dos de Opción Ciudadana, uno del MIRA y otro de Colombia Justa Libres, sumando 82.
Aun si los impulsores de la moción sumaran los independientes (30 de Cambio Radical y 35 del Partido Liberal) y las curules afro (una de la Alianza Democrática Afrocolombiana y otra de Colombia Renaciente) no lograrían la mayoría.
Incluso podría ser viable que los citantes pudieran ‘aruñar’ algunos votos entre congresistas de La U e independientes, pero cualquier inquietud sobre la posición de las bancadas independientes quedó zanjada el mismo día del debate con las intervenciones de los voceros.
Por ejemplo, los liberales, a través de varios de sus congresistas, respaldaron a Trujillo. Así, el representante por Córdoba, Andrés Calle, manifestó que “hemos rechazado los asesinatos de los miembros de la Fuerza Pública, de ciudadanos y líderes, reconocemos que la situación de inseguridad es generalizada, pero separar del cargo al ministro no será la solución”.
Igual posición adoptó Cambio Radical. El representante por Atlántico, César Lorduy, dijo en la plenaria que el hecho que la moción de censura al ministro Trujillo “sea exigible y debatible, demuestra la existencia de un Estado de Derecho. El mismo que permite incluso que se exija que se cumpla un fallo ya cumplido”.
Aun si los impulsores de la moción sumaran los independientes (30 de Cambio Radical y 35 del Partido Liberal) y las curules afro (una de la Alianza Democrática Afrocolombiana y otra de Colombia Renaciente) no lograrían la mayoría.
El vallecaucano Oswaldo Arcos, entretanto, invitó “al Congreso a un debate sereno, tranquilo y constructivo, sobre iniciativas de mejoramiento para los servidores de este sector”; y el también barranquillero José Gabriel Amar anotó que “la muerte del señor Javier Ordoñez no debió suceder nunca y es legitima la protesta. Lo que no es legítimo son los daños a la infraestructura que se fueron presentando posteriormente”.
De la misma forma la posibilidad de ‘arañarle’ votos a La U también quedó descartada, como lo puso de presente la representante por Nariño, Teresa Enríquez: “Hoy como parlamentarios estamos en la obligación de defender las instituciones, y en la obligación de garantizar el derecho de defensa y el debido proceso que le asiste a todos los colombianos”.
Por esa línea se pronunciaron el caldense Oscar Tulio Lizcano (“no puede pagar los costos la Policía, se trata de superar los temas de corrupción, pobreza, y tener una buena educación”), el bolivarense Alonso del Río (“los criminales no hacen este confinamiento y ahí está nuestra Fuerza Pública”) y el vallecaucano Jorge Tamayo (la censura “no resuelve los problemas, el problema es aprender a convivir en paz y construir una cultura de la paz”).
¿Renuncia?
Los citantes al debate del 7 de octubre coincidieron en reclamarle la renuncia al ministro Trujillo, argumentando que ha dejado que el orden público se afecte, en especial por el incremento de las matanzas que han afectado a muchos líderes sociales.
Por ejemplo, el segundo vicepresidente de la Cámara, Germán Navas, del Polo Democrático, lo acusó “de inepto”, pidiéndole que “renuncie, ministro”; y la representante por Bogotá, María José Pizarro, de la Lista de la Decencia, consideró que “ha sido incapaz de cumplir su función en la cartera más poderosa del Gobierno”.
En este contexto, el senador Roy Barreras, de La U, uno de los citantes al debate de la próxima semana, ha dicho que Trujillo renunciaría después de la votación de este martes para lanzar su candidatura presidencial.
Según Barreras, Trujillo “pretende salir en hombros aplaudido en una Cámara, con mayorías gobiernistas, para renunciar y anunciar su candidatura presidencial y escapar al debate del Senado”.
Lo dicho por Barreras implicaría una suerte similar a la corrida por Guillermo Botero, antecesor de Trujillo, cuando en noviembre del año pasado era segura la censura de la plenaria del Senado.
Pero en esta ocasión la situación es muy diferente. En la plenaria del Senado actúan 53 parlamentarios oficialistas (19 del Centro Democrático, 13 del Partido Conservador, 14 de La U, tres del MIRA y tres de Colombia Justa Libres, votando con ellos el senador de la Alianza Social Independiente, ASI), frente 30 independientes (16 de Cambio Radical y 14 del Partido Liberal)
En cambio, solo hay 24 opositores (nueve de la Alianza Verde, cinco del Polo Democrático, cinco del partido Farc, dos de la Lista de la Decencia, otros dos de MAIS y uno de Colombia Humana).
No hay razón para pensar que el grueso de los senadores liberales, de La U y Cambio Radical piensa diferente a sus pares de la Cámara; para que prosperara la moción de censura sería menester sonsacar en esas bancadas más de 20 congresistas.
Por otra parte, lo que sí es cierto es que estos debates le han dado la oportunidad al ministro Trujillo de lucirse de cara a la posibilidad de volverse a postular como precandidato presidencial del Centro Democrático. Y si no, ¿qué tal la forma en que afrontó uno de los puntos de la moción de censura en la Cámara: la orden de la Corte Suprema?
Entre los reproches de los citantes estaba un supuesto desacato a un fallo de tutela emitido por la Sala Civil de la Corte. El 22 de septiembre, al tutelar los derechos fundamentales a la expresión, reunión y libertad de prensa de un grupo de 49 personas, la Sala le ordenó al ministro Trujillo “presentar disculpas por los excesos de la Fuerza Pública”.
Por otra parte, lo que sí es cierto es que estos debates le han dado la oportunidad al ministro Trujillo de lucirse de cara a la posibilidad de volverse a postular como precandidato presidencial del Centro Democrático.
En especial, la orden hacía referencia a aquéllos cometidos por los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional (Esmad) durante las protestas desarrolladas en el país a partir del 21 de noviembre de 2019.
Para esa fecha, estallaron las sucesivas jornadas del Paro Cívico Nacional convocado por las centrales obreras y otras organizaciones políticas, sindicales y sociales.
Casi al cierre del debate del 7 de octubre, se conoció una providencia del Tribunal Superior de Bogotá que le daba al jefe de la cartera de Defensa un día para cumplir la orden de la Corte.
En ese contexto declaró que “con el propósito de que no quede duda alguna de mi sujeción estricta a la Constitución y la ley, así como a mi genuina intención de pedir perdón, me permito reiterar el cumplimiento de la sentencia de tutela” de la Sala Civil de la Corte Suprema y el auto de la Sala Civil del Tribunal Superior.
Ello fue, según dijo, “comunicado al Ministerio de Defensa Nacional a las 6:44. Me permito reiterar que presento disculpas por los excesos de la Fuerza Pública, en especial aquellos cometidos” por el Esmad “durante las protestas desarrolladas en el país a partir del 21 de noviembre de 2019”.
En el desarrollo del debate, Trujillo preguntó si “¿un perdón espontáneo vale menos que un perdón obligado?”.
Al respecto, el ministro le había precisado a este diario que “el 24 de septiembre reiteré el acto de perdón espontáneo, sincero, transparente y respetuoso que el 11 de septiembre había hecho como Ministro de Defensa ante la opinión pública”.
En la Cámara, el ministro Trujillo recordó “que la orden fue pedir disculpas por los excesos y yo pedí perdón por cualquier violación a la ley. Los excesos solo son una forma de violación a la ley, pero los excesos ni siquiera son un tipo penal definido”.
Insistió Trujillo “en el carácter espontaneo de esa manifestación”, anotando que “también lo hice con plena conciencia deque cuando habla un hombre del Estado, como es mi caso hoy, por cuanto soy ministro de la Defensa Nacional, esa manifestación de perdón tiene que convertirse en justicia”.
Categóricamente sostuvo que “respecto a si pedí perdón o no, sí lo pedí, fue producto de lo más profundo de mi conciencia. Fue espontáneo. Nadie me lo ordenó y lo hice convencido de que tenía que hacerlo a la luz de las circunstancias".