EL PROYECTO de ley contra el ruido avanza en el Congreso de la República, el 19 de junio fue aprobado en la plenaria de la Cámara de Representantes en el segundo debate de los cuatro que se necesitan para que sea una realidad (el primero fue en la Comisión Quinta de la Cámara). Sin embargo, faltan dos debates en el Senado.

Al respecto, este Diario habló con el representante a la Cámara por Antioquia, Daniel Carvalho, ponente y autor de este proyecto de ley, quien manifestó que como urbanista su “principal preocupación es siempre ver cómo hacemos para que la gente viva mejor, especialmente, en contextos urbanos. Desde que estaba en el Concejo de Medellín empecé a identificar por vivencias personales, por quejas de vecinos y por las evaluaciones hechas en las encuestas de percepción ciudadana, que el ruido estaba siendo un problema importante de convivencia”.

“Cuando empecé a investigar más el problema, me di cuenta que era uno de los principales causantes de riñas entre vecinos; muchas de estas derivando en violencia, incluso en homicidios. Entonces me decidí a trabajarlo desde el Concejo de Medellín, donde hicimos un acuerdo municipal, unos debates de control político, propuestas para el último plan de desarrollo”, agregó Carvalho.

Asimismo, señaló que cuando llegó al Congreso de la República, se decidió a “continuar con este tema y fue una linda sorpresa darme cuenta de que no era una problemática solo de Medellín, sino que en todo el país en la zona urbana y rural, gente de todos los estratos, de todos los departamentos, está viviendo un problema gigantesco con esto que, de hecho fue corroborado por una encuesta reciente que contrató el Gobierno nacional, donde dice que el ruido es uno de las principales generadores de problemas de convivencia entre vecinos”.

El representante por Antioquia expresó que el principal objetivo del proyecto de ley, “es que Colombia se dote de una política pública sobre el ruido, que reorganice toda la normativa existente que la hay, pero es muy dispersa, incluso confusa; y que, además queden claramente establecidas las responsabilidades, quiénes son las autoridades y encargadas de qué. Porque hoy lo que vive el ciudadano, es una especie de carrusel donde lo tiran de un lado para el otro, entonces llama a la Alcaldía y le dicen que es con la autoridad ambiental, esta dice que es con la Policía y la Policía, finalmente, que es a quien terminamos echándole todos los ‘chicharrones’, pues no tiene esto como una prioridad y muchas veces ni siquiera tiene las herramientas para ello”.

¿Qué situaciones contempla y cuáles son las medidas que se proponen?

Daniel Carvalho sostuvo en diálogo con EL NUEVO SIGLO que “el proyecto incluye un establecimiento de responsabilidades, la obligación para el Gobierno nacional de escribir una política pública para las ciudades de más de 100.000 habitantes, de dotarse de planes de gestión contra el ruido, igualmente, propone una un fortalecimiento de las sanciones unas herramientas para las autoridades locales y ambientales y una serie de actividades e iniciativas pedagógicas”.

El representante indicó que, hasta el momento no ha encontrado ningún tipo de oposición en el Congreso, “creo que aquí los congresistas son conscientes de que este problema ya está en la agenda pública permanentemente vemos quejas en redes sociales y medios de comunicación, en columnas de opinión, de modo que, este ya es un tema que ingresó a la agenda pública, que me parece un gran logro y yo creo que no tendría ningún problema en aprobarse”.

Además, señaló que realmente ha encontrado muchísimo interés por parte de la Policía Nacional, por parte de las alcaldías, “los funcionarios de la Alcaldía nos imploran que, por favor, esto salga adelante, porque no tienen hoy en día las herramientas para controlarlo, pese al interés e incluso el mismo Ministerio del Interior, consciente el problema que esto significa, también se ha mostrado muy dispuesto a apoyarlo, entonces por ahora no he encontrado quejas o críticas”.

El representante Carvalho sostuvo que cree “que las críticas vendrán de sectores que viven del ruido, como discotecas, bares, restaurantes y rooftops que, cabe aclarar, no estamos en contra de ellos. Me encanta que haya lugares de fiesta. Yo soy fiestero, pero mi fiesta no puede ser la pesadilla del vecino, entonces la invitación para estos sectores económicos es que inviertan en insonorización de sus establecimientos para que ellos puedan seguir viviendo de eso y sus vecinos puedan seguir viviendo en paz”.