Hasta el presidente del Senado está de acuerdo con que se arranque en febrero y no en marzo
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Se podría abrir paso en el Congreso una reforma constitucional que implique una modificación de la segunda parte del periodo de sesiones ordinarias de cada legislatura, para que se hagan entre febrero y junio.
Según se lo explicó a EL NUEVO SIGLO el presidente del Senado, Ernesto Macías, del Centro Democrático, “hoy las sesiones ordinarias del primer periodo del año empieza el 16 de marzo. Creería que es una muy buena idea ampliarlas desde febrero –es decir, un mes más– con el propósito de que haya mayor control político y mayor discusión en los proyectos que se presenten ante el Congreso”.
Valga aclarar que las sesiones ordinarias de cada legislatura se instalan el 20 de julio y se clausuran el 20 de junio, entrando en receso entre el 16 de diciembre y el 16 de marzo.
“Yo miro con buenos ojos que eso se pueda dar”, declaró Macías, agregando que “entre más trabajo legislativo se tenga, mejor. Y todos sabemos que los congresistas trabajan todo el año en distintas actividades que se tienen en las comisiones, sin contar el trabajo político, y ampliar el periodo de sesiones le vendría bien al país”.
En la Cámara, su segundo vicepresidente, el representante por Bogotá, Inti Asprilla, de la Alianza Verde, manifestó que “eso depende de cómo se mire. De todas maneras, lo que se llama receso legislativo se aprovecha para hacer trabajo territorial, pero no lo veo mal: se me hace una muy buena fecha para ampliar las ordinarias”.
Asprilla sostuvo que en un principio sí apoyaría una reforma constitucional en ese sentido, y dijo que lo que ello produciría sería mejorar la imagen del Congreso hacia la ciudadanía.
El año completo
Entre tanto, el senador del Partido Conservador, Eduardo Enríquez, expresó su acuerdo con esa posibilidad.
“Sí estoy de acuerdo, porque creo que el congresista debe trabajar el año completo. No se justifica un receso de diciembre a marzo, sobre todo si se tiene en cuenta que en este país todo el mundo presenta proyectos de ley. Y de otra parte, el periodo de marzo a junio para una reforma constitucional es muy corto, de ahí que al Congreso han llegado más de 1.400 proyectos de enmienda constitucional y solo han superado el trámite 43 por la vía ordinaria, y cinco por el sistema fast track”, sostuvo.
También lo consideró una muy buena idea el senador Roy Barreras, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), porque siempre el primer semestre de la primera legislatura queda corto.
Para Barreras hay una desproporción entre la primera parte de cada legislatura y la segunda, “y los proyectos de ley que necesitan segunda vuelta son los mismos y requiere el mismo trámite. El tiempo es muy breve. De manera que siempre será una muy buena idea tener más tiempo para legislar”.
Como “un tema de discusión interesante” calificó la propuesta el senador Jorge Londoño, de la Alianza Verde, a quien le pareció buena idea ajustar el periodo de sesiones ordinarias.
“En principio a mí me parecería bien, porque tendríamos más tiempo para legislar”, expuso considerando que ese tiempo adicional se aprovecharía en “hacer más debates de control político, más audiencias. En principio pienso que estoy de acuerdo con la idea”.
Londoño opinó que en realidad el periodo que empieza en marzo es muy corto, “pero me parece que en virtud del incumplimiento, de lo tarde que a veces empiezan las sesiones, se pierde mucho tiempo, y si se aprovechara el tiempo de manera óptima, ese sería un buen tiempo, pero si se pudiera alargar, estaría de acuerdo de que se alargara”.
¿Tiempo corto?
Sin embargo, el senador del Partido Liberal, Mauricio Gómez, explicó que no es un tema firme y no opina sobre supuestos, y anotó que primero tendría que hablar con los senadores para escuchar sus opiniones.
Para el secretario general del Senado, Gregorio Eljach, ello sería insustancial debido a que para ello existe la figura de las sesiones extras.
“Eso no quita ni pone, porque si queda corto el tiempo para ello está la figura de las sesiones extras. Eso es insustancial. Igual, la función legislativa por la propia Constitución es permanente, se ejerce en todo momento. Lo único es que la parte formal se hace en las plenarias y en las comisiones. Me parece que eso no aporta mayor cosa”, manifestó.
Tampoco estuvo de acuerdo el senador Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, quien lo consideró innecesario.
“Los problemas del Congreso son otros. El problema no es que falte tiempo para tramitar leyes. Es que son muy malas las que se tramitan, porque sus autores diseñan mal las leyes”, argumentó.
Robledo insistió en que “el problema principal es quién tiene la mayoría; y si los que gobiernan mal tienen la mayoría, siempre saldrá mal”, agregando que “ese no es el problema de fondo. El calor no está en las sábanas”.