Por Gabriel Sonny Cubillos
Periodista de EL NUEVO SIGLO
Frente a la grave crisis que atraviesa la justicia en Colombia es necesaria una serie de reformas, entre las cuales sería prudente que la elección de los magistrados de las altas Cortes estuviera a cargo de un tribunal de la rama, fundamentado en un concurso de méritos, no como hoy sucede con la intervención de los otros dos poderes públicos: el Ejecutivo y el Legislativo.
Así lo propuso a título personal la presidenta de Asomagister, Alicia Rubiano, quien entre otros cargos fue procuradora delegada ante el Consejo de Estado.
EL NUEVO SIGLO: Usted propone un sistema distinto al que hoy existe para la elección de los magistrados de las altas Cortes...
ALICIA RUBIANO: Tendría que ser para mí un mecanismo completamente distinto. El poder Ejecutivo y el poder Legislativo no pueden intervenir en estas elecciones, debe hacerlo un tribunal de las más altas calidades que se pueda designar especializado, que sea de la rama judicial, sin amiguismos, sin componendas, sin votos comprados ni nada de eso. Solamente con el concurso de méritos en donde estas altas dignidades lleguen allá por sus méritos, por su dignidad, por sus conocimientos, por su experiencia y sobre todo por su probidad.
Eso es algo por lo que tenemos que propender en relación con los dignatarios o los llamados hoy togados.
ENS: La imagen de las altas Cortes ha venido cayendo desde el pináculo en que estaba, a raíz de una serie de escándalos en los dos últimos años, ¿cómo analizan desde Asomagister este fenómeno?
AR: El fenómeno que se está presentando es realmente doloroso, muy triste, vergonzoso, es un episodio nunca antes visto en Colombia y debe ser aclarado y solucionado en el mejor tiempo posible para efectos de que la institucionalidad del país se mantenga y la credibilidad en las instituciones sea el norte de toda la función pública.
ENS: ¿Para Asomagister cuáles son las causas de esta coyuntura?
AR: En noviembre del año pasado sacamos un libro que fue repartido en el mes de diciembre, se llama la publicación Juris Dictio, de Asomagister. En esa edición, nosotros antes de estallar este escándalo, nos pronunciamos al respecto de varios temas en relación con la Corte Constitucional. Total de que para nosotros esto no es nuevo, es un hecho que está registrado en este libro, allí expresamos nuestra sorpresa y nuestro desagrado por algunas cuestiones que se hablan, de las cuales tiene conocimiento todo el mundo, sin pruebas lógicamente en ese momento. Y Asomagister se pronunció sobre esos rumores y sobre algunas cosas que son realmente hechos concretos.
En ese libro se incluye la denuncia de la sentencia cuyo ponente fue este personaje de la Corte Constitucional en relación con nuestras pensiones. Ahí está la denuncia de esa sentencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ahora, en este momento ya no como presidenta de Asomagister sino como una ciudadana común y corriente, le puedo decir que necesitamos reformas de la justicia, necesitamos reformas en la forma de seleccionar los altos cargos de la rama judicial, necesitamos reforma en el sentido de hacer un concurso de méritos para que allí lleguen los más especializados en cada materia y los más probos, que es lo más importante.
Se necesitan reformas en el sentido de que la rama judicial sea completamente independiente de las otras dos ramas del poder público, que hoy no está funcionando, hoy no es así.
Las Cortes deben tener su norte, el que tuvo desde hace 20 años, cuando los magistrados de las altas Cortes y todos los que hemos trabajado en las Cortes, en el Ministerio Público, en la Fiscalía, teníamos un norte que era la pulcritud, la honradez, la transparencia, los méritos. Uno llegaba allá por los méritos, no por los amigos políticos, no por la compra de votos, no por estos escándalos.
Parámetros morales
Rubiano dijo que la formación de los anteriores juristas del país no solamente dependía de lo que recibieran de las universidades sino que “teníamos unos parámetros morales que se han perdido completamente, no siempre sino en algunos casos, y otros casos excepcionales que han perdido el norte empañan, oscurecen la función de la administración de justicia, y donde no hay justicia no puede haber paz, no puede haber legalidad”.
Además, la exprocuradora delegada ante el Consejo de Estado consideró que “un país sin justicia no puede seguir adelante. Lo primero que tiene que tener un país es libertad para la democracia y justicia para que pueda haber paz”.