Ley de comida chatarra en agenda de Comisión VII | El Nuevo Siglo
Foto Senado
Martes, 11 de Mayo de 2021
Redacción Política

Como segundo punto del orden del día para la próxima sesión de la Comisión Séptima del Senado, cuya fecha y hora no se había definido al cierre de esta edición, quedó el proyecto conocido como Ley de Comida Chatarra, que propone el etiquetado frontal de los comestibles ultraprocesados.

Así fue consignado en el acta del debate de este martes de esa célula legislativa, cuando al final se leyeron las iniciativas que serán tramitadas en el futuro inmediato.

Se trata del proyecto de ley número 347 de 2020 Senado – 167 de 2019 Cámara, “por medio del cual se adoptan medidas para fomentar entornos alimentarios saludables y prevenir enfermedades no transmisibles”, radicado el 14 de agosto de 2019 por congresistas de la Alianza Verde, el Partido Liberal, el Partido de la Unidad (La U), el Partido Conservador, Cambio Radical, Colombia Justa Libres, el Polo Democrático, el partido Comunes, el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) y Colombia Renaciente.

Tras su trámite en la Cámara, la iniciativa cuenta con ponencia positiva para tercer debate preparada por la senadora Nadia Blel, del Partido Conservador, informe que fue publicado el 16 de abril.

Covid y obesidad

El articulado, que se presenta por tercera vez al Congreso, es impulsado por la ONG Red Papaz, cuya directora ejecutiva Carolina Piñeros le dijo a EL NUEVO SIGLO que el objetivo es que exista para los comestibles ultraprocesados “un etiquetado soportado con evidencia científica”, de tal manera que “las personas cuando ven el producto entiendan muy rápidamente, que no tengan que sacar una lupa, que no tengan que ser nutricionistas, que entiendan de una vez por todas si ese producto tiene exceso de azúcar, de sodio o de grasas saturadas, que son los tres ingredientes que tienen mayor presencia en los productos comestibles ultraprocesados y en las bebidas industrializadas, y que son muy dañinos para la salud”.

Piñeros explicó que “estos tres ingredientes, por el consumo habitual de estos productos, se han convertido en un problema para la salud pública”, ya que “son los causantes de las que se llaman las enfermedades crónicas no transmisibles. Esas enfermedades crónicas, a diferencia del covid, no se transmiten como un virus, pero sí se adquieren en el curso de vida por el consumo habitual de estos productos”.



Son esas enfermedades (hipertensión, diabetes, cardiacas, entre otras) las comorbilidades que más vidas han cobrado durante la pandemia del covid-19, que, sostuvo Piñeros, “nos cogió muy mal parados frente a las enfermedades no transmisibles. El covid le cobró muy duro a aquellas personas que tenían estas enfermedades no transmisibles, que son las que adquirimos en el curso de la vida por esos malos hábitos alimentarios”.

“Si los niños y las niñas siguen consumiendo bebidas azucaradas, como lo están haciendo, siguen consumiendo estos productos de paquetes, muy seguramente cuando sean adultos van a estar con una o varias de estas enfermedades, de pronto no en su juventud, pero sí puede ser que en su adultez. Quiere decir que la población que hoy es niña, que hoy es niño, cuando sean adultos van a tener hipertensión, van a tener diabetes, van a tener enfermedades cardiacas antes que lo que nosotros mismos las hemos adquirido”, advirtió.

Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (Ensin), hecha en 2015 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el 37,7% de la población joven y adulta presenta sobrepeso y el 18,7% tenía obesidad.

“Aunque veamos a los niños hoy en día más gorditos, cachetoncitos, está ocurriendo algo muy grave que ya nos lo dijo” la encuesta mencionada “y es que las niñas y los niños tienen carencias de nutrientes”, anotó Piñeros.

“Eso quiere decir”, observó, “que hay niñas y niños con sobrepeso, pero que no tienen los nutrientes para el desarrollo cerebral, los nutrientes para el crecimiento de los huesos, que son necesarios para el aprendizaje”, precisando que los comestibles ultraprocesados “son muy pobres en nutrientes. Cuando los productos tienen toda esta cantidad de procesamientos van perdiendo en el camino los nutrientes, las vitaminas, los minerales que se necesitan; y sí nos dan exceso de azúcares, de sodio y de grasas saturadas”.

Estado en deuda

Volviendo al proyecto de ley, Piñeros destacó que “en su proceso de tránsito perdió una parte importante que tiene que ver con que los productos que tienen estos sellos de advertencia, que dicen si es alto en azúcar, sodio o grasas saturadas, no deberían tener publicidad dirigida a niñas y niños. Esa parte se la quitaron, pero sin embargo consideramos que el proyecto sigue siendo una buena iniciativa, porque específicamente el problema detrás de la Ley de Comida Chatarra es que, aunque desde la Ley de Obesidad, que fue del año 2009, quedó la obligación para el Ministerio de Salud de hacer una resolución de etiquetado, pues no la ha hecho”.