Este período de sesiones ordinarias dejó huella en la historia legislativa por varios hechos curiosos que sin ser noticia se robaron la atención nacional

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El discurso de Macías

Casi media hora duró el discurso del nuevo presidente del Senado, Ernesto Macías, durante el acto de posesión del presidente Iván Duque, cuando criticó duramente la gestión del gobierno anterior. Lo paradójico es que el discurso del Primer Mandatario no solo fue más corto, sino más conciliador.

Las redes sociales calificaron la intervención de Macías como “una declaración de guerra”.

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Mockus lo volvió a hacer

El senador de la Alianza Verde, Antanas Mockus, se bajó nuevamente el pantalón durante la instalación del Congreso 2018-2022, porque sus colegas “no respetan” el uso de la palabra.

Tras disculparse con la prensa, Mockus dijo que “no se me ocurrió nada mejor”, pues el mismo acto de protesta lo hizo más de 20 años atrás en la Universidad Nacional.

Lo eligieron un lunes festivo

Atendiendo a un tecnicismo de la Mesa Directiva y ante el vencimiento de términos, el presidente del Senado, Ernesto Macías, tuvo que citar a la plenaria de la corporación para el lunes festivo 20 de agosto para elegir al nuevo Contralor General de la República, que resultó ser Carlos Felipe Córdoba.

“Niña… 30 segundos”

A comienzos de octubre, cuando se discutía la crisis financiera de la universidad pública, el presidente del Senado, Ernesto Macías, le dio la palabra a Jennifer Pedraza, vocera de los estudiantes. La estudiante llevaba un minuto de intervención, pero Macías le cerró el micrófono.

Ante el rechazo y rechifla de la plenaria, el parlamentario le dijo en tono despectivo a la estudiante de Economía de la Universidad Nacional: “30 segundos. Niña, tiene 30 segundos y termina”.

Zabaraín, ¿ebrio?

Durante el debate de control político al fiscal general Néstor Humberto Martínez por el escándalo de Odebrecht, el senador Antonio Luis Zabaraín, de Cambio Radical, salió en defensa del jefe del ente de control.

Pero lo hizo de una forma que dio a entender que estaría pasado de copas, pues comenzó a hablar de las protestas sociales, del narcotráfico, el M-19, de la toma del Palacio de Justicia, de Fidel Castro, del Cartel de Medellín y otros hechos históricos.

Y como se enredó en más de una ocasión para explicar sus ideas, en redes sociales se dijo que Zabaraín estaría pasado de tragos y que su intervención nada tenía que ver con el caso Odebrecht.

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Una plantita para Uribe

2018 fue un año de reconciliación en el Congreso, y de ello dieron fe los senadores Álvaro Uribe Vélez, del Centro Democrático, y Griselda Lobo, del partido Farc, quien le entregó al expresidente una planta que, según dijo, simboliza a la familia colombiana y la construcción de la paz.

“Con odios no se llega a ninguna parte, la polarización y el fanatismo son malos consejeros, nadie es dueño de la verdad absoluta, la paz es una construcción colectiva”, dijo Lobo. Uribe le respondió: “Tenga la certeza de que no hay odios, sino preocupaciones”.

Ratones en paracaídas

Ese mismo día, 11 de diciembre, se presentó otro hecho insólito. Cuando se conmemoraba el Día Internacional de los Derechos Humanos, y luego de que el senador Uribe Vélez recibiera la plantita de su colega Griselda Lobo.

Desde las barras del Senado, desconocidos arrojaron a la plenaria una bolsa plástica rellena de confetis y varios ratoncitos blancos que cayeron sobre las curules del Centro Democrático.

Además de grotesco, el hecho, generó rechazo de todos los sectores políticos que lo calificaron como “una agresión contra el Senado y el Centro Democrático”.

Indignación feminista

Ocurrió en la plenaria de la Cámara cuando se realizaba el último debate la ley de financiamiento. La representante de Cambio Radical, Betty Zorro, criticaba el acto simbólico de la oposición que repartía cajas forradas en papel de regalo parodiando las exenciones a las grandes empresas.

El representante León Fredy Muñoz, de la Alianza Verde, se le acerca y le dice “tranquila ‘zorrita’, esto es solo un acto simbólico”.

Se produjo entonces su indignación airada, y entre lágrimas le recriminó a Muñoz su “acto machista”. Aunque Muñoz se disculpó, fue duramente criticado por organizaciones feministas y el propio Congreso de la República.
Fue un domingo a las 7:00 p.m.

Otro hecho inusual quedó para la historia legislativa. El presidente del Senado, Ernesto Macías, ante la falta de tiempo decidió cerrar la legislatura el último día que, justo, cayó un domingo, y citó la plenaria para las siete de la noche.

Su argumento fue loable: no interrumpir el inicio de la Novena de Navidad para que los parlamentarios pudieran estar en familia, y en la noche asistir a la plenaria para aprobar en último debate la reforma tributaria.