Los cabecillas de esta organización buscarán replegarse a territorios de frontero, consideró el experto en seguridad
La muerte de Alfonso Cano sería el punto final de las Farc como el movimiento insurgente que hasta hoy se conoce. En su lugar quedaría una estructura armada involucrada en el narcotráfico y con capacidad de hacer daño.
Así lo señaló el consultor internacional en seguridad, John Marulanda, quien además no ve fácil que el Gobierno pueda adelantar una salida negociada con este grupo.
EL NUEVO SIGLO: A pesar de los severos golpes que le viene dando a las Farc, el Gobierno no ha dicho que se acerca el final de esta organización…
JOHN MARULANDA: Mi opinión es que con la muerte de Cano las Farc como movimiento insurgente han llegado a su fin, es decir ese movimiento político militar que conocimos durante 50 años en su lucha por el poder, definitivamente llegó a su fin desde el punto de vista militar, que era una de sus fortalezas, y desde el punto de vista político está muy maltrecho. La mayoría de la gente hoy en día, Colombia de manera específica y a nivel continental, pues no oye esos llamados a un país marxista-leninista, esa política está definitivamente muy maltrecha, y mucho más viendo los resultados de algunos países que han tratado de irse por ese lado.
Lo que sí creo también es que las Farc, que han desaparecido con la muerte de su máximo jefe, que entre otras cosas cuando asumió el poder lo que hizo fue un plan Renacer, es decir se dio cuenta que estaban agonizantes y quiso revivirlas, lo que sí vamos a ver es una estructura armada con experiencia militar de guerrillas, profundamente involucradas en el narcotráfico y con capacidad de hacer daño, con capacidad de intimidación, con capacidad de atacar a unidades militares o policiales que estén mal comandadas o que estén cansadas o desorientadas.
Y creo yo que esa estructura de crimen organizado, que ya no debería llamarse Farc sino Fuerzas Armadas Narcoterroristas, seguramente va a mostrar la capacidad militar táctica porque estratégicamente ya no tiene nada que hacer, especialmente en las áreas de frontera, que es donde se está moviendo ahora lo principal del narcotráfico.
Entonces pueden dar golpes tácticos de alguna resonancia en Arauca, en Catatumbo, inclusive por los lados de la Guajira. Pueden dar golpes en contra de la Policía o en contra del Ejército en Putumayo, en Caquetá, y por supuesto lo que están haciendo por los lados de Nariño.
Mire el mapa del narcotráfico y todas esas son rutas de exportación. Colombia sigue siendo el primer productor de cocaína en el mundo; luego, yo no veo por qué eso no va a seguir en el momento.
Esa es la perspectiva que yo les veo a las Farc, y eso tiene consecuencias como el asunto de las ‘bacrim’ relacionadas con las Farc, las Farc dedicadas al narcotráfico son asuntos de delincuencia, es decir, son asuntos más policiales que militares.
Eso quiere decir que los militares empiezan a reacomodar su dispositivo para convertirse un poco en policías o se le dé apoyo y responsabilidad a la Policía, etcétera.
ENS: ¿La llegada a la comandancia de esa guerrilla de ‘Iván Márquez’ en lugar ‘Timochenko’ podría favorecer una salida negociada, como una desmovilización, o considera que optarán por pasar a ser una banda terrorista?
JM: Organización terrorista lo son, ellos están ahora en una encrucijada y están atrapados en su propia dinámica: cualquiera de los siete miembros que quedan del estado mayor, del secretariado, tiene severas acusaciones por narcotráfico y violación de derechos humanos. De manera que cualquiera de ellos que llegue a mandar en esta estructura criminal pues no está en condiciones muy favorables de negociar, y al Gobierno tampoco le va a quedar muy fácil negociar con una persona que en el país y afuera tiene acusaciones.
En ese punto de vista ellos presumiblemente han tenido un reemplazo de mando como toda estructura militar, pero cualquiera de esos siete, lo más probable es que trate ahora de calmar un poquito los ánimos, recogerse de nuevo a sus retiros estratégicos, que son territorios venezolano y territorio ecuatoriano, más el ecuatoriano que el venezolano, y desde ahí replantear la lucha y ver si es posible continuar con el plan Renacer de Cano.