Desde hace años se ha dicho que el narcotráfico es el combustible que ha permitido que siga vivo el conflicto en el país, pues de ahí se financian los grupos armados al margen de la ley.
Sin embargo, así no tengan acceso al negocio de las drogas ilícitas, estos grupos siempre van a encontrar una actividad ilícita para sostenerse, argumenta Daniel Mejía, director del recientemente creado Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED) de la Universidad de los Andes.
EL NUEVO SIGLO:¿Colombia está ganando o perdiendo la batalla contra las drogas?
DANIEL MEJÍA: En Colombia yo creo que ha habido grandes avances en materia de políticas de reducción. Yo creo que hasta 2007-2008 los avances eran muy pocos, pero cuando llegó el hoy presidente Santos al Ministerio de Defensa en esa época hicieron una revisión de la estrategia, de hecho con el actual Ministro de Defensa y con Sergio Jaramillo, donde dejaron de hacer énfasis en la aspersión y empezaron a hacer mucho más énfasis en la destrucción de los laboratorios y los cristalizaderos, y ahí sí se dio un punto de quiebre en la producción potencial de la cocaína en Colombia.
ENS: ¿Qué hay de cierto sobre que la persecución en Colombia a los cultivos ha hecho que se desplacen a otros países?
DM: Eso es completamente cierto, eso lo vimos en el 94 cuando Fujimori (Alberto) cerró el puente aéreo que conectaba los centros de cultivo en Perú con los centros de procesamiento en Colombia, se vinieron los cultivos para Colombia. Ahora que Colombia puso mucho énfasis en el combate, los cultivos se están devolviendo para Perú, para Bolivia, ya hay algo de evidencia de cultivos en Ecuador y cristalizaderos en todas partes. Hasta en Argentina ya hay cristalizaderos para procesar base y pasta de coca en clorhidrato de cocaína.
ENS: ¿Dificulta la lucha antidrogas el hecho de que son el combustible del conflicto en Colombia?
DM: Digamos el combustible sigue estando, la droga sigue siendo la principal fuente de financiación de estos grupos, pero fíjese que conforme Colombia y el Ministerio de Defensa empezaron a apretar en la lucha contra el narcotráfico, estos grupos se han vinculado a otras actividades muy rentables; la minería ilegal, por ejemplo, está financiando a estas bandas criminales en el noroeste del país.
Ellos siempre van a encontrar una fuente de financiación, si no la encuentran en mercados ilegales, la van a encontrar en extorsión, en secuestro.
Lo que hay que enfocarse en combatir en Colombia es a los grupos violentos, no necesariamente a las fuentes de financiación, porque van a encontrar otras.
ENS: ¿Cómo ven ustedes la discusión sobre mantener el actual esquema de lucha antidrogas?
DM: Ese es un debate de un cambio en la política que nadie creía que iba a suceder tan rápido como está pasando. Esto comenzó con la publicación del informe de la Comisión Latinoamericana de Drogas, de Gaviria (César), Zedillo (Ernesto) y Cardoso (Fernando) y luego con la publicación, hace uno o dos años, de la Comisión Mundial de Drogas, en donde ya estaban además de estos tres expresidentes latinoamericanos, gente de la talla de Kofi Annan, George Shultz, que fue secretario de Estado de Estados Unidos, una cantidad de gente que lo que ha hecho es abrir los ojos a una evidencia que ya es contundente sobre la inefectividad de la actual estrategia antidrogas.
Y esto lo que hizo fue desencadenar una serie de reacciones de Gobiernos centroamericanos, luego el presidente Santos también se pronunció. Y yo creo que esto es importante, que presidentes acepten que por lo menos hay que abrir un debate. Ahora, si después de dar el debate nos damos cuenta que el actual régimen prohibicionista es lo más eficiente, pues que siga.
Recursos
El académico señaló que a pesar de que por la vía del Plan Colombia han disminuido los recursos para la lucha antinarcóticos, “lo que ha hecho Colombia es tratar de mantener los recursos totales en la guerra contra las drogas, y usarlos; yo creo que a pesar de que están llegando menos recursos, usarlos cada vez más eficientemente”.