Para el Gobernador esa actividad permite el desarrollo de la ganadería y el turismo, con su correspondiente generación de empleo.
Por considerarla una actividad importante para Cundinamarca, el gobernador Álvaro Cruz se distanció del alcalde bogotano Gustavo Petro en el tema de las corridas de toros.
Además de ser una actividad que permite el desarrollo de la ganadería y el turismo, con su correspondiente generación de empleo, “desde el punto de vista cultural está muy arraigada la afición taurina en el departamento de Cundinamarca”, comentó.
El gobernador Cruz precisó, sin embargo, que esta diferencia de criterio “no entorpece las relaciones, por el contrario las relaciones son las mejores con el señor Alcalde” de Bogotá.
EL NUEVO SIGLO: ¿Ante el debate suscitado en los últimos días por las corridas de toros, cuál es su posición como Gobernador de Cundinamarca?
ÁLVARO CRUZ: En lo que tiene que con el departamento de Cundinamarca, lo que tengo que decir es que la cultura taurina está muy arraigada y está relacionada con las ferias y fiestas de los municipios.
Sin ir más lejos la ganadería Las Ventas del Espíritu Santo está ubicada en el municipio de Albán, Cundinamarca.
Entonces nos parece que tenemos todo un componente no solamente propio de el torteo en sí, sino también de todo lo que encierra esta fiesta brava desde el momento en que permite el desarrollo de los sectores ganaderos, el mejoramiento de las razas, la generación de empleo y como le digo también el turismo.
ENS: Se trata, pues, de una actividad económica muy importante para Cundinamarca…
ÁC: Exacto. Para nosotros es importante y desde el punto de vista cultural está muy arraigada la afición taurina en el departamento de Cundinamarca.
ENS: ¿Será esto motivo de enfrentamiento con el alcalde capitalino Gustavo Petro?
ÁC: Esa es la democracia. El Alcalde puede tener su opinión sobre un determinado tema, pero eso no entorpece las relaciones, por el contrario las relaciones son las mejores con el señor Alcalde.
ENS: ¿En qué temas han logrado acuerdos?
ÁC: Hemos definido unos temas básicos del primer paquete de relaciones como Región Bogotá-Cundinamarca.
ENS: Uno de esos temas es el relacionado con la seguridad alimentaria…
ÁC: En Corabastos vamos a trabajar de la mano para reestructurar y desarrollar el programa de abastecimiento alimentario de la región Bogotá-Cundinamarca, y mejorar los precios al productor y con ellos reducirle los precios al consumidor final.
Además queremos impulsar la relación de las cadenas productivas del Departamento con las plazas de mercado de Bogotá para mejorar también la calidad de productos y que haya una oferta adecuada.
ENS: Un tema que ha sido complicado con los alcaldes de la Sabana es el de la movilidad. ¿Qué acordaron en esa área?
ÁC: En cuanto a movilidad tenemos dos aspectos.
Uno está relacionado con lo que hemos denominado el sistema férreo ligero que estaría beneficiando el corredor occidental entre Facatativá y el centro de Bogotá, y el corredor norte entre Zipaquirá y el centro de Bogotá.
El hecho de que este sistema férreo ligero ingrese a Bogotá le da unas características especiales desde el punto de vista de estructuración y de operación del proyecto.
Por eso hemos decidido que el sistema de contratación de ese sistema férreo ligero será el de las asociaciones público-privadas, herramienta que nos otorga la ley que fue aprobada en el mes de diciembre.
ENS: ¿Y el Transmilenio hasta Soacha?
ÁC: Ese es el segundo tema de movilidad. Acordamos destrabar un proyecto de vital importancia, que lo dejé yo en el año 2003 andando, con diseños contratados con el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y que debería haber estado construido en el año 2006, como es la extensión del Transmilenio Bosa-Soacha.
Decidimos destrabar este proyecto y ponernos una meta muy fuerte que es tratar de darlo al servicio este año o a más tardar en el primer semestre del próximo.
ENS: ¿Qué definieron sobre seguridad?
ÁC: Ese es el tercer elemento que acordamos. Ya 115 de los 116 alcaldes de Cundinamarca aprobaron acompañar a Bogotá en la propuesta de desarme a partir del 1 de febrero y por 90 días.