Junto con la mala fama del Congreso, que en las encuestas suele estar entre las instituciones más desprestigiadas, siempre está en el imaginario popular la idea que los legisladores ganan mucho y trabajan poco.
Y qué mejor ilustración, no de ahora, que una cámara furtiva que descubre a algún parlamentario durmiendo durante alguna sesión. A veces es cierto: senadores y representantes pueden ser víctimas de Morfeo; pero suele pasar que las imágenes resultan ser tramposas, al pillar al congresista con los ojos cerrados, como si durmiera.
Así pasó en la plenaria virtual del Senado, cuando el presidente de la corporación Lidio García, del Partido Liberal, le dio la palabra a Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica y legisladora de la coalición Lista de la Decencia, y ella está con la cabeza agachada, gesto interpretado como que estaba durmiendo.
Como era de esperarse, el video de ese momento se volvió viral, en particular a través de un trino que decía: “$35 millones al mes le pagamos a Aída Avella los colombianos no solo para que diga sandeces, sino ahora para que se duerma en las sesiones virtuales”.
Avella explicó que no estaba dormida y que sencillamente estaba revisando su teléfono celular.
El matoneo en redes no se hizo esperar.
Compañeros suyos en la bancada opositora salieron en su defensa, como el senador Feliciano Valencia, del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), quien la apoyó diciéndole que “tu experiencia es la prueba del compromiso que tienes con una Colombia en paz y con justicia social”; o la representante por Bogotá, María José Pizarro, también de la Lista de la Decencia, quien tuiteó: “Todo nuestro respeto, cariño y solidaridad. Una mujer fuerte, trabajadora, alegre y comprometida con las luchas sociales de Colombia”.
Para el representante Jairo Cala, del partido Farc, “favores políticos, insultos, jugaditas y más comportamientos amañados han quedado expuestos en sesiones virtuales del Congreso. De ninguna manera pueden los simpatizantes del Gobierno medir de igual manera a Aída Avella, una mujer siempre comprometida con su trabajo parlamentario”.
Así mismo, la representante Ángela María Robledo, de Colombia Humana, señaló que Avella “dedica su vida a trabajar no solo en el Congreso, sino a recorrer a Colombia para ser la voz de las víctimas de este conflicto político y la voz de los excluidos. Es un honor trabajar con esta valiosa mujer”.
Lo llamativo es que congresistas de la bancada oficialista también salieran en apoyo de Avella, como el senador John Milton Rodríguez, de Colombia Justa Libres, quien expresó que ella “merece mi reconocimiento por su trabajo serio y disciplinado en el Senado, independiente de coincidencias o diferencias políticas y conceptuales”; o el senador Carlos Meisel, del Centro Democrático, quien escribió: “Me dedico a una política sin montajes. Una política decente. Llevo dos años siendo parte de la Comisión Cuarta con Aída Avella. Me consta su intensidad y vitalidad. En eso creo que es en lo único que coincidimos, pero hay que decirlo”.
Por supuesto, el incidente fue aprovechado por la senadora Avella para echarle una pulla al Gobierno: “Los dormidos hoy son el gobierno Duque y el uribismo que aplaude la indignidad de convertir a Colombia en el patio trasero de Trump y los Estados Unidos”.