Uno de los objetivos de la reforma tributaria es obtener ingresos para impulsar iniciativas de la nueva administración.
Tal vez uno de los puntos más controvertidos del proyecto tributario tiene que ver con el impuesto que de ahora en adelante deberán pagar los pensionados.
Para Ángela González, socia en el sector de Impuestos de la firma EY, señala a EL NUEVO SIGLO que “frente al proyecto de reforma tributaria radicado hace algunos días por el gobierno de Gustavo Petro, se han generado varias inquietudes asociadas a la posibilidad de que las pensiones mensuales de, aproximadamente, 6 millones resulten sujetas al impuesto, a pesar de que el Gobierno Nacional ha reiterado que solo las superiores a $10 millones resultarían impactadas por el eventual cambio”.
Precisa González que “la inquietud se genera porque el proyecto señala que las pensiones estarían exentas del impuesto en lo que exceda de $75 millones anuales aproximados. Al recibirse 13 mesadas, se podría pensar inicialmente que las pensiones superiores alrededor de $6 millones (monto anual de la exención, dividido entre 13 mesadas), no quedarían cobijadas por el beneficio y por tanto empezarían a someterse al impuesto”.
Pensionados
Sostiene la experta en impuestos que “los pensionados deben efectuar aportes al sistema de salud (12% de la pensión), que no hacen base del impuesto. Una vez extraído este aporte y la porción exenta de las pensiones antes mencionadas, la cifra resultante será la que se someta a las tarifas del impuesto propias de las personas naturales, en virtud de la cuales existe un monto de ingresos sometido a una tarifa “cero” de gravamen. En aplicación de este procedimiento, en efecto, solo las pensiones superiores a $10 millones aproximados serían las que resulten afectadas por esta propuesta”.
Por su parte Luis Orlando Sánchez, socio de impuestos y transacciones de la firma EY Colombia, “con esta reforma se esperan recaudar $25 billones en 2023. Si bien en el pasado se habló de cifras más altas, el proyecto finalmente presentado menciona que el mayor recaudo podría llegar a$50 billones a mediano plazo, impulsado por la gestión y la lucha contra la evasión por parte de la DIAN”.
Sánchez dice que “algunos de los puntos clave para las personas naturales son: Incrementos en la tributación: habría incrementos para quienes tengan ingresos superiores a $10 millones mensuales. Esto se lograría, por ejemplo, reduciendo el límite a las rentas exentas y deducciones aplicable a la cédula general que sería de $46 millones anuales (1.210 UVTs), hoy es $191 millones anuales”.
Explica el tributarista que los pensionados pagarían impuesto los que reciban sumas superiores a $10 millones mensuales, mientras que el impuesto al patrimonio se establecería de manera permanente sobre patrimonios superiores a $3.000 millones.
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¿Estructural?
A su turno, el analista en impuestos Alejandro Escobar, gerente estratégico de la firma Sectorial.co, plantea algunas dudas, como que la reforma presentada no es estructural en la medida que no está garantizando que el país crezca. Explica que “se había mencionado desde la candidatura de Gustavo Petro que se iba a promover un mayor desarrollo empresarial de la micro, pequeña y mediana empresa, pero la reforma no toca nada de eso, no presenta estímulos fiscales para promocionar el desarrollo y la creación de nuevas empresas en esos segmentos”.
Así mismo, se había anunciado que la reforma tributaria iba a apuntarle a la equidad entre los contribuyentes, pero si bien el impuesto a las personas de mayor ingreso se incrementó, faltó disminuir el impuesto a la renta de las empresas, el cual se mantendrá en el 35%. Contrario a esto se proponen impuestos sectoriales, en específico, para las exportaciones de petróleo, gas y carbón.
Asegura que, si bien la reforma tributaria no impactaría el crecimiento económico en el corto plazo, sí diezmaría la confianza empresarial. Así lo estima mediante el Índice de Confianza Sectorial, un instrumento de análisis que les permite identificar lo que esperan los empresarios actualmente.
De acuerdo con el analista, sin reforma tributaria este índice se ubicó en los 55 puntos para mediados de 2022, lo que indica un nivel medio y expresa cómo los sectores ven como una amenaza latente la recesión mundial, que tendría efectos en la capacidad del país para exportar y traer productos del exterior. Sumado a esto está el fenómeno inflacionario que hace que para el consumidor sea más costoso adquirir los bienes y que para las empresas se incrementen los costos de producción y comercialización.
Los capitales
De otra parte, el presidente de Valton Capital, José Ignacio Murcia Gallego, advirtió que un eventual aumento del impuesto a los dividendos, como lo acaba de anunciar el designado ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, podría generar la salida inmediata de más de medio millón de inversionistas del país, lo que vendría a generar una desaceleración económica, la parálisis del aparato productivo, y un alarmante incremento de la tasa de desempleo.
Murcia Gallego explicó que esta medida incrementa aún más la carga tributaria de las empresas, que deben pagar “triple” al responder por el impuesto a la renta, el impuesto corporativo y el impuesto a los dividendos, y a la vez los recursos de éstos podrían generar una doble tributación con el impuesto al patrimonio, lo que vendría a disminuir aún más las utilidades de las mismas, y con esto un inevitable desinterés de los inversionistas, en un momento en que se registra el más alto número de los mismos en los últimos diez años, como se ha podido evidenciar desde la pasada crisis de Interbolsa.
Murcia Gallego, dijo que a los empresarios se les debe convocar al Acuerdo Nacional, buscando alternativas que no solo se centre en el aumento del recaudo tributario, sino que la inversión de los mismos sea realmente eficaz para el desarrollo económico y social, como es darle la posibilidad a las empresas de pagar los “impuestos por obras”, en donde se sustrae la intervención política y se da paso a la valoración y viabilidad técnica, como previamente lo ha establecido el nuevo régimen de regalías.
Estímulo al crecimiento
Respecto al crecimiento económico del país, los analistas estiman que la economía va a crecer a una tasa del 7 % en 2022 y consideran que será fundamental el protagonismo desde los gremios que representan las empresas en los diferentes sectores, para poder mostrarle al gobierno que faltaron elementos de estímulo al sector productivo.
“Nosotros estimamos para 2023 crecimiento del 4,5 %. Si bajo ese escenario, se complementa hacer un buen recaudo en materia tributaria y una política amable con la inversión, se generarán los tres factores para que Colombia recupere el grado de inversión. Al hacerlo, seríamos capaces de que la tasa de cambio de 4.300 pase los 3.700 pesos, y eso combate en gran parte los efectos asociados en materia inflacionaria”, asegura Escobar.
Colombia presenta actualmente un déficit fiscal importante. El país llegó a su pico en 2021, con 101 billones de pesos, que representan el 8,6 % del PIB de ese año. Si bien se logró un buen crecimiento económico, esto venía precedido de las mayores necesidades de gasto que se irrigaron en la economía de los mercados por el fenómeno de pandemia. Adicionalmente, en 2021, pasó una reforma tributaria con montos muchos menores a los que se necesitaban.