“Creo que el beneficio” del proceso de paz con las Farc en La Habana, “no solo para Florencia, sino también para toda la región del Caquetá, es que traería un nuevo proceso de desarrollo en todos los ámbitos”, sostuvo el obispo de Florencia, Ómar de Jesús Mejía.
El prelado católico precisó que la concreción de un acuerdo de paz con las Farc “traería un nuevo proceso de desarrollo en todos los ámbitos, que la gente venga con más libertad al ecoturismo, a conocer esta región tan bonita, la gente tan amable. Y sería la gran oportunidad para que todos los integrantes de la gran Colombia conocieran esta región tan bonita que a veces se ve tan grave desde afuera”.
En cuanto al posconflicto, “yo pienso que es cuestión de continuar el proceso”, consideró Mejía, anotando que “esta gente ha sufrido mucho. Y el mero hecho de todas las circunstancias que han sufrido, eso ya genera una preparación implícita. Y las instituciones estamos en esa tarea de ir a organizando los procesos de reconciliación. Y el posconflicto tiene que ser una gran oportunidad para mostrar la gentileza y la amabilidad del Caquetá”.
“El Caquetá ha tenido mucho dolor y hay mucha gente con muchas heridas en su corazón, pero también en el Caquetá hay mucha gente muy buena, y ha tenido una gran capacidad de sanación”, precisó.
EL NUEVO SIGLO: ¿Ve con buenos ojos el proceso de paz?
ÓMAR DE JESÚS MEJÍA:Claro. ¿Quién no? ¡Por Dios! Lo esperamos y ojalá se hiciera realidad, que sea como la gran oportunidad para empezar a gestar procesos de paz.
Desde luego que no tiene que ser el único, sino que serían otras realidades las que tendríamos que entrar a gestar, pero sería un buen inicio.
ENS: ¿Cuáles serían los beneficios para el Caquetá?
OJM:Creo que el beneficio, no solo para Florencia, sino también para toda la región del Caquetá, es que traería un nuevo proceso de desarrollo en todos los ámbitos, que la gente venga con más libertad al ecoturismo, a conocer esta región tan bonita, la gente tan amable. Y sería la gran oportunidad para que todos los integrantes de la gran Colombia conocieran esta región tan bonita que a veces se ve tan grave desde afuera.
ENS: ¿El Caquetá está preparado para el posconflicto?
OJM:Yo pienso que es cuestión de continuar el proceso.
Esta gente ha sufrido mucho. Y el mero hecho de todas las circunstancias que han sufrido, eso ya genera una preparación implícita. Y las instituciones estamos en esa tarea de ir a organizando los procesos de reconciliación. Y el posconflicto tiene que ser una gran oportunidad para mostrar la gentileza y la amabilidad del Caquetá.
ENS: ¿Desde la diócesis cómo se está trabajando para el posconflicto?
OJM:Estamos trabajando fundamentalmente el tema de la reconciliación. Estamos con los sacerdotes, insistiendo mucho en la necesidad de escucha y en la necesidad de presencia activa.
La Iglesia es muy organizada en cada municipio: tiene sus sacerdotes, tiene su trabajo apostólico y a cada uno se les está dando el tema. Pero ahí la Iglesia tiene presencia en todos los rincones del Caquetá.
ENS: ¿De qué manera se trabaja el tema de la reconciliación?
OJM:Haciéndole mucho énfasis a la escucha, a la presencia e insistiéndole a la gente en el sacramento de la reconciliación. Esa es una de las fortalezas sacramentales que nosotros tenemos.
ENS: ¿En el Caquetá hay muchas heridas?
OJM:Sí, de todas maneras el Caquetá ha tenido mucho dolor y hay mucha gente con muchas heridas en su corazón, pero también en el Caquetá hay mucha gente muy buena, y ha tenido una gran capacidad de sanación.
ENS: ¿Cuál ha sido su experiencia en la diócesis de Florencia?
OJM:La experiencia mía ha sido muy bonita. Tengo un equipo de sacerdotes muy entregados a la comunidad, una gente muy acogedora, con gran deseo de salir adelante.
ENS: ¿Cómo se viene trabajando en el tema de la educación?
OJM:Nosotros tenemos unos contratos en la Alcaldía y los contratos con la Gobernación. Estamos haciendo presencia educativa. Están los sacerdotes yendo a los colegios y aquí en Florencia tenemos un sacerdote encargado asistiendo a los centros educativos, trabajando directamente con los profesores, con los directivos y con los alumnos.
“Callejero de la fe”
El prelado considera que es solo un ayudante de Dios, de quien es la obra.
“Yo estoy haciendo presencia en todos los lugares, en todos los rincones, en las escuelas, en los barrios, en la calle. ¿El Papa no acaba de decir que fuéramos callejeros de la fe y esa es la propuesta evangelizadora?”, señaló, anotando que el máximo jerarca del catolicismo “nos habló de ser callejeros de la fe, hacer presencia en todos los lugares y en periferias, pero no solo las físicas, sino las espirituales. Y esa es mi actitud y ese es mi estilo de ser pastor de esta iglesia diocesana”.
El prelado católico precisó que la concreción de un acuerdo de paz con las Farc “traería un nuevo proceso de desarrollo en todos los ámbitos, que la gente venga con más libertad al ecoturismo, a conocer esta región tan bonita, la gente tan amable. Y sería la gran oportunidad para que todos los integrantes de la gran Colombia conocieran esta región tan bonita que a veces se ve tan grave desde afuera”.
En cuanto al posconflicto, “yo pienso que es cuestión de continuar el proceso”, consideró Mejía, anotando que “esta gente ha sufrido mucho. Y el mero hecho de todas las circunstancias que han sufrido, eso ya genera una preparación implícita. Y las instituciones estamos en esa tarea de ir a organizando los procesos de reconciliación. Y el posconflicto tiene que ser una gran oportunidad para mostrar la gentileza y la amabilidad del Caquetá”.
“El Caquetá ha tenido mucho dolor y hay mucha gente con muchas heridas en su corazón, pero también en el Caquetá hay mucha gente muy buena, y ha tenido una gran capacidad de sanación”, precisó.