“La paz ficticia hace la venganza”: Córdoba | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Octubre de 2012

Acerca del papel de la jerarquía católica en el proceso de paz, el obispo de Fontibón, Juan Vicente Córdoba, le dijo a este Diario que “nuestro papel siempre es que los corazones se desarmen”, porque, explicó, “bajar las armas es una consecuencia de desarmar los corazones”.

“Y ahí está el llamado de nosotros: que no se tengan retaliaciones ni venganzas, a que se tenga misericordia, perdón, reconciliación. Porque si los corazones siguen ardidos, la paz ficticia hace la venganza.

El papel de la Iglesia es su evangelización en todas las parroquias y todos los lugares”, precisó el prelado.

“Lo que debemos hacer es tender la mano, porque corazones no reconciliados son corazones que están a la espera de volver a la lucha”, agregó.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué espera usted del proceso de paz?

JUAN VICENTE CÓRDOBA:  Nosotros estamos es esperanzados en que avancen estos diálogos y que ojalá por ningún lado vaya a haber alguna traba, o palo en la rueda para poder avanzar.

Entonces, todos hacemos votos para que esto avance, sea rápido y eviten todo lo que pueda herir a las partes y más bien se pueda pensar en el pueblo colombiano.

Ojalá sea esta la consigna de estos diálogos: pensar en el pueblo colombiano, que alcance la paz, que le ha tocado muy duro, muy sufrido, y es un pueblo bueno que se merece que la alcancemos.

Eso es lo que deseamos en estos momentos.

ENS: Después de haber escuchado a Iván Márquez, ¿qué percepción tiene?

JVC:Lo que pasa es que uno comprende que las partes tienen que exponer sus puntos de vista y sus alcances y metas.

En ese sentido uno entiende. Lo que pasa es que más adelante tienen que bajar un poco el tono y entrar en diálogo y pedirles que tengan una actitud humilde.

Aquí se necesita mucha humildad. Yo diría que deben escucharse. Pero una vez que se escuchen bajar la guardia y tener humildad, abriendo la concertación.

ENS: ¿Usted no cree que en la mesa de negociación hace falta representación de todas las partes, hasta de la Iglesia católica?

JVC:Lo que pasa es que no se puede entender que en una mesa haya de todo, porque si no se vuelve una mesa tan grande que ya no es fácil dialogar y concertar.

En ese sentido la Iglesia está para evangelizar y en algún momento se llega a necesitar.

Ya el Presidente nos lo ha dicho: si en algún momento nos necesita nos llama como facilitadores y así nos los ha expresado.

Aquí lo importante es que haya paz. Eso es lo importante.

ENS: Una vez se llegue a la paz, ¿cuál será el papel de la Iglesia Católica?

JVC:Nuestro papel siempre es que los corazones se desarmen. Bajar las armas es una consecuencia de desarmar los corazones.

Y ahí está el llamado de nosotros: que no se tengan retaliaciones ni venganzas, a que se tenga misericordia, perdón, reconciliación. Porque si los corazones siguen ardidos, la paz ficticia hace la venganza.

El papel de la Iglesia es su evangelización en todas las parroquias y todos los lugares.

Lo que debemos hacer es tender la mano, porque corazones no reconciliados son corazones que están a la espera de volver a la lucha.

ENS: Usted que es obispo de Fontibón. ¿Cómo realiza la evangelización?

JVC:Nosotros la realizamos en una gran ciudad, porque es una diócesis totalmente urbana.

Tenemos que llegar a los centros comerciales, a los conjuntos residenciales, a las fábricas, a las empresas.

Es una realidad distinta a la de un pueblo, una vereda. Esta es una ciudad pulpita, ciudad donde se necesita llevar a Dios.

Los sacerdotes buscan a las personas, van hasta donde los conjuntos, van a los centros comerciales.

Esa es la manera cómo llegamos a los corazones.

 

Sembrar paz en ciudades

“En las ciudades es importantísimo sembrar la paz, porque la paz no es solo con la guerrilla o paramilitares: la paz se hace en el corazón de cada uno, después en la familia, en el hogar de cada uno”, anotó Córdoba.

Y agregó que “donde no hay corazones pacíficos, no puede haber paz, así se expidan mil leyes y se firmen todos los debates, la justicia social es muy importante, hasta que todos  tengamos trabajo, educación y medicina, es muy difícil la paz: la paz va de la mano con la justicia y con el bienestar social”.