No se trata de armarle a nadie una discusión o que no tenga arreglo, pero no es un buen precedente.
Sin poner en discusión los resultados de la reciente constituyente liberal ni mucho menos la escogencia del parlamentario Simón Gaviria como Jefe Único, no es un buen precedente que la juventud haya participado en un proceso ilegítimo que llevó a la reforma de los Estatutos del Partido.
Así lo señaló Gustavo Zafra, quien fue constituyente en la Asamblea de 1991 que produjo la actual Carta Magna y es un amplio conocedor de los aspectos normativos de esta colectividad.
EL NUEVO SIGLO: ¿Quedó conforme con los resultados de la constituyente?
GUSTAVO ZAFRA: Yo no estuve en la constituyente liberal; por el contrario, algunos de los abogados liberales que manejamos los Estatutos creemos que sinceramente la manera como se convocó no fue la reglamentaria. No tenemos nada contra el presidente que se eligió ni contra la dirección conformada por los Senadores y los Representantes, pero no nos parece un buen precedente que un Partido que ha respetado siempre la legalidad interna, se aparte de ella por precipitarse a solucionarle el problema al hoy Ministro de Trabajo, que necesitaba prácticamente ceder la dirección, y la manera como lo hizo no fue obviamente estatutaria.
Ese es nuestro criterio y no se trata de armarle a nadie una discusión o es que no tenga arreglo, pero no nos parece un buen precedente y menos si la juventud empieza a hacer eso sin respetar la legalidad del Partido. Esa es la posición de todos los que firmamos la carta.
ENS: ¿Qué opinión le merece que una persona tan joven como Simón Gaviria haya llegado a la jefatura de la colectividad?
GZ: A mí me parece que la renovación del Partido está bien, me parece que lo óptimo hubiera sido, de pronto, una dirección que reconociera las distintas tendencias del Partido y donde se mezclaran personas con experiencia con las nuevas generaciones. Repito, el tema no es de Simón Gaviria u otro joven, la renovación está bien, pero precisamente los jóvenes tienen que aprender a respetar unas reglas de juego que el Partido estableció en una constituyente con dos millones de votos. Es que la esencia del liberalismo ha sido precisamente la regla de respetar las mayorías democráticas pero también respetar a las minorías. Entonces a esos grupos que no dejaron asistir por la reforma ilegítima que hizo Pardo, sustraer las bases sociales del Partido de la asamblea, pues obviamente es como si a los accionistas minoritarios de una sociedad no los dejan entrar a la asamblea.
ENS: Hay quienes dicen que a través de Simón Gaviria el ex presidente Gaviria sigue con el manejo del Partido. ¿Usted qué cree?
GZ: Yo honestamente en ese debate preferiría no entrar porque tengo por el ex presidente Gaviria la mejor de las opiniones, creo que hizo una labor muy importante cuando asumió la dirección del Partido en condiciones muy difíciles, hizo lo que a un buen liberal le tocaba hacer, que era, en vez de quedarse en Nueva York, venir a ponerle la cara al Partido. Me parece que son más los ímpetus de los jóvenes que a veces atropellan, infortunadamente en eso le ayudó Pardo al actual presidente, pues es una especie de asamblea un poco espuria que se reunió.
ENS: ¿No le parece que con la pretendida reunificación liberal hubo mucho ruido y pocos resultados?
GZ: Creo lo mismo, es muy triste que no se haya discutido una idea cuando hay una serie de problemas en el país. Aquí hay un tema de una reforma a la Justicia sobre la cual hay enormes críticas que no va a solucionar los problemas de fondo de la justicia. Hay unos proyectos aprobados de sostenibilidad fiscal que no dejan satisfechos a quienes creemos en un Estado Social de Derecho porque es recoger las banderas del Tea Party de la extrema derecha republicana, del equilibrio presupuestal a toda costa. El tema de la Justicia Penal Militar que nos va a dejar en la vergüenza internacional si se aprueba como se aprueba.