A unade las mayores apuestas del gobierno Santos, la paz, se han sumado los actores clave del proceso: las víctimas. Una de ellas es Carmen Palencia, una de las principales líderes de restitución de tierras, quien desde el Urabá con la Asociación Tierra y Vida, ha encabezado la lucha de miles de familias por recuperar sus hogares.
Por esa lucha ha recibido varios atentados y amenazas, pero reconoce los esfuerzos del Gobierno a través de la Ley de Víctimas y el proceso de paz. Sin embargo, es de las que cree que a la mesa de diálogos no le falta nadie y las necesidades de las víctimas deben llegar a través de los negociadores.
El Nuevo Siglo: ¿Cómo fue el trabajo de reunir a la gente al principio para que reclamara sus tierras?
Carmen Palencia:Muy difícil porque la gente aún hoy tiene miedo. Pero me conocen muchísimo en Urabá y a todo el que me encontraba y que sabía que había sufrido el mismo daño, le iba echando el cuento y lo iba convenciendo. Formamos una especie de cadena en la que más líderes fueron llegando de otras veredas, comunidades y municipios y a todos les decíamos: “la tarea ahora es fortificar esto y formar una red”.
ENS: ¿Cómo lograron fortalecerse hasta el punto de ganar el Premio Nacional de Paz?
CP: Cuando hicimos alianzas con otras organizaciones de víctimas que no estaban trabajando por el despojo de tierras sino por otro tipo de delitos pero que, al encontrarse con nosotros, nos fueron contando el número de víctimas de desplazamiento que no había reclamado. Así las fuimos recogiendo y afiliando a Tierra y Vida.
ENS: ¿Ese miedo inicial por reclamar ha disminuido?
CP:Sí, empezó a disminuir cuando el Presidente salió con su política de restitución de tierras y reparación a las víctimas. Santos ha salido a marchar con Tierra y Vida y otras organizaciones, hemos hecho eventos nacionales multitudinarios y eso ha hecho que la gente tome confianza en el proceso de restitución, aunque esté avanzando muy lentamente.
ENS: ¿Hoy hay más garantías para reclamar?
CP:Por lo menos hay una política pública exclusiva para eso, lo que ya es una audacia del Presidente. Si tenemos en cuenta que en los 50 años de conflicto que lleva Colombia, ningún presidente se había atrevido a tocar el tema de restitución de tierras, es toda una audacia de Santos.
ENS:¿Qué implica ser reclamante de tierras en Colombia?
CP: Muchas cosas. Implica una capacidad de entrega, dedicación, sacrificio, riesgo, reconocimiento, posicionamiento.
ENS: ¿Qué expectativas tienen frente al próximo punto de diálogos en La Habana, que es la reparación a las víctimas?
CP: Nosotros lo que pedíamos como organización de víctimas era restitución de tierras por parte de las Farc y reconocimiento de las víctimas que han dejado. En eso vamos y se ha avanzado muchísimo. Obviamente también pedimos respeto a la población civil, no reclutamiento de menores, respeto a mujeres que son miembros de sus filas porque hemos encontrado a través de historias dolorosas que la mujer no vale nada en las Farc.
También le pedimos al país que sensibilice su corazón para la reconciliación, de pronto no con los brazos abiertos porque habrá muchos dolores, pero por lo menos con respeto por el otro.
ENS: Usted, a diferencia de la mayoría de líderes de víctimas, ha asegurado que no es necesaria la presencia de un doliente del conflicto en La Habana, ¿por qué?
CP: Consideramos que en la mesa ya no debe haber nadie más, están los que tienen que estar: la guerrilla y el Gobierno. Creemos que debe ser así porque llevamos 50 años de conflicto sin poderlo arreglar y Santos no va a alcanzar a arreglarlo en cuatro años. Lo más sano y sensato es que sigan como están, eso sí, atendiendo las propuestas de la población, pero como propuestas llevadas a través de los negociadores.
(RECUADRO) DE URABÁ PARA EL PAÍS
Palencia cuenta cómo nació su asociación: “Tierra y Vida nace por la decisión de las víctimas despojadas de tierras, de juntarnos y de conformar una organización que nos visibilizara y a través de la cual pudiéramos hablar y pedir el establecimiento de derecho. Veníamos haciéndolo como desde 2005 o 2006, pero lo concretamos jurídicamente en 2009”.
Ella llegó desplazada desde Córdoba hacia el Urabá antioqueño, donde se convirtió en líder de quienes pasaban por lo mismo: “Arranco siendo líder de este proceso en 2004, juntando a la gente, llamándola y animándola para que se decidiera a reclamar sus bienes. Al final termino siendo elegida como presidenta de la organización, que nace en Urabá, luego en Antioquia y finalmente para todo el país”.