En teoría, el Congreso tendría que haber comenzado a sesionar el lunes. Ese día, se esperaba que el Gobierno radicara la reforma a la justicia y que las bancadas hicieran lo propio con proyectos sobre salud y política.
Sin embargo, con la llegada del coronavirus al país y la alerta emitida por las autoridades, dicho propósito quedó en veremos. Y mientras los tiempos avanzan, cada vez el Gobierno tiene menos esperanza que sus reformas tengan éxito en esta legislatura que termina el 20 de junio.
El Senado decidió iniciar sus sesiones el 13 de abril, mientras que la Cámara decidió hacerlo el 3 del mismo mes. Esto, le quita poco más de un mes a la legislatura, lo que deja sin oxígeno los actos legislativos como la reforma a la justicia, la creación de Bogotá-Región y la cadena perpetua para violadores de niños, a no ser que el Congreso focalice solo algunas de las iniciativas que hacen trámite.
Según la Constitución, un acto legislativo se debe tramitar en dos períodos ordinarios consecutivos. Este año, el primer período ordinario (final de esta legislatura) va de marzo a junio, mientras que el segundo (comienzo de la siguiente legislatura) de julio a diciembre. Además, las reformas a la Carta Política no pueden, bajo ninguna circunstancia ser tramitadas en sesiones extraordinarias. Así las cosas, si el Congreso empieza a sesionar el próximo mes, las reformas constitucionales solo tendrían para ser aprobadas tres meses.
Junto a esta preocupación existe otra de carácter mucho más político. Es bien conocido que el próximo año es preelectoral y los partidos comienzan a desmarcarse de liderazgos con poca favorabilidad. Los partidos como La U y el Conservador ya comenzaron a hacer reuniones para definir su estrategia presidencial. Y otras colectividades como el Centro Democrático han realizado varios retiros espirituales con ese fin. Esta circunstancia puede complicar las mayorías que el presidente Iván Duque logró ensamblar este año de la mano de La U, el Partido Conservador, Cambio Radical y el Centro Democrático.
En estos momentos de emergencia, el Gobierno podría ingeniarse alguna fórmula que le permita al Congreso seguir trabajando en el período de receso legislativo (de junio a julio) para que las reformas a la Constitución se puedan tramitar. De hecho, el presidente del Senado, Lidio García, del Partido Liberal, consideró que una de las alternativas para que el trámite legislativo no se vea tan afectado es que se trabaje en ese período de receso.
En esta crisis, el primer acto legislativo que se vería afectado es la reforma a la justicia, que busca reducir el número de miembros del Consejo Superior de la Judicatura, entregar más recursos a la rama, entregar funciones jurisdiccionales a los notarios, así como a los tribunales de arbitramento y quitarle las facultades electorales a las altas cortes.
Otra que podría no ser presentada es la reforma electoral planteada por el registrador, Alexander Vega, el Consejo Nacional Electoral y el Consejo de Estado, para cambiar las condiciones de cómo se vota en Colombia. Dicha reforma está esperando el aval del Gobierno que aún estaba pensando en presentarla ante el Congreso por que hace falta terminar su socialización.
Así mismo, está en veremos la reforma política impulsada desde el Partido Liberal que contiene el polémico elemento del transfuguismo, es decir, que cuando los congresistas no se sientan representados por sus partidos, puedan cambiar de bancada por una sola vez. Además, se ve afectada la posible reforma a la Salud que iba a presentar el partido Cambio Radical.
Pese a que no ha habido inicio de sesiones, el mismo presidente del Senado, anunció que presentará “un proyecto de reforma de la Ley Quinta de 1992 para su modernización en procedimientos y funcionamiento del Legislativo en este tipo de contingencias y eventos inesperados”. Además, García propuso que se recupere el tiempo que se ha perdido en el tiempo de receso, a final de año.
Por su lado, el presidente de la Cámara, Carlos Cuenca, de Cambio Radical, sostuvo que en principio la suspensión del legislativo se contempló con el Ministerio del Interior y con el Ministerio de Salud como una medida por el bien de todos”, y pidió a los representantes en sus regiones que “estén tranquilos, quédense en sus regiones en una especie de cuarentena”.