Durante la presentación del Plan Parcial Bavaria en la localidad de Kennedy, la alcaldesa mayor de Bogotá, Claudia López, se refirió al futuro de la primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB), luego de que el presidente Gustavo Petro se reuniera en China con la empresa constructora del proyecto.
"El Metro de Bogotá no se decide en China, se decide en Bogotá. El Metro no tiene reversa: a Bogotá se le respeta”, señaló la mandataria.
La Alcaldesa Mayor pidió qué les pregunten primero a los bogotanos si quieren que se paren las obras del Metro de Bogotá. En ese sentido, afirmó que es una falta de respeto que le estén consultando a un gobierno extranjero sobre el futuro de los bogotanos.
“Vale más para la democracia la decisión de Colombia y de Bogotá que el Presidente de China, por muy importante que sea. Que les pregunten primero a los bogotanos si quieren que se pare su metro. Es una falta de respeto que le estén preguntando a un gobierno extranjero qué quiere hacer con la vida de Kennedy y con la vida de Bogotá”, manifestó la mandataria de Bogotá.
En su intervención, Claudia López, reveló que el presidente de China, Xi Jingping, no se reunió con su homólogo de Colombia, para abordar el tema del Metro de Bogotá: “el presidente de China respeta a Colombia, respeta a Bogotá y respeta los contratos, y no aceptó hablar con un Jefe de Estado de un contrato en una ciudad de América Latina. Para eso no son las vistas de estado”.
Además, señaló que el mandatario colombiano habló de la PLMB con representantes del consorcio chino que la está construyendo: “se hubiera ahorrado el viaje, están aquí en Bogotá. De hecho, fue con los representantes de esa empresa que estuvimos sentados en enero de este año, en el Palacio de Nariño, viendo las mismas alternativas que el Presidente salió a plantear hoy”.
Petro en China
Este martes, el Jefe de Estado dijo en el marco de la visita de Estado a la República Popular de China, que “sería una tontería” para Bogotá no tener metro subterráneo si la nación “quiere financiar el cien por ciento de ese proyecto”.
El jefe de Estado, en diálogo con periodistas, luego de las reuniones sostenidas con directivos de las empresas Xi'an Metro Company Limited y China Harbour Engineering Company Limited, que ejecutan la construcción de la primera línea del metro de Bogotá, se concluyó que “técnicamente la obra se puede desarrollar en la primera línea en dos fases: una elevada y otra subterránea”.
El mandatario resaltó que el proyecto se estructuraría utilizando los estudios adelantados durante su alcaldía y los que se han hecho en las siguientes administraciones. “No implicaría mayores demoras”, agregó.
Si técnica y jurídicamente es posible, conforme a lo examinado con los directivos de chinos, “ya veremos que dice el pueblo bogotano. Para Bogotá sería increíble, porque entonces, los recursos que dejaría de utilizar (en la financiación del metro) los podría usar en escuelas, en hospitales, en desarrollo de otro tipo de vías, etcétera”, agregó.
La oferta del Gobierno del Cambio a la administración de Bogotá, permitiría “una primera línea profundamente poderosa para las necesidades de una ciudad del tamaño de Bogotá que no se puede contentar con cualquier tipo de obras, como lo ha hecho hasta ahora –por eso los problemas de movilidad– y que bien se merece un metro subterráneo”, expresó el Presidente.
En ese sentido, la alcaldesa López fue enfática en afirmar que la interpretación jurídica para la modificación de un contrato, cuando no hay acuerdo entre las partes frente a diferentes interpretaciones, es competencia del Consejo de Estado. “Desde enero le dijimos al Presidente que radicara la consulta en el Consejo de Estado y que ellos den claridad, vamos en octubre y nunca se radicó”. Y agregó: “señor Presidente, vaya al Consejo de Estado, no rehúya el Estado de Derecho de Colombia”.
Finalmente, la mandataria capitalina expresó, de manera contundente, que el contrato del Metro no lo firmó la Nación sino la Alcaldía Mayor de Bogotá, que tiene la responsabilidad de aportar el 30 % de los recursos, de llevarlo a cabo y de velar por su debida ejecución.
“Si no se ha parado el Metro de Bogotá pese a la solicitud del Presidente, es porque esta alcaldesa no ha dejado parar el Metro. Cambiarlo implica atrasar el proyecto por lo menos una década, y que nos cobren a todos nosotros 12 billones de pesos más. Además, que el Presidente se gaste la plata de la tercera línea del Metro”, puntualizó la alcaldesa López.