La semana pasada, cuando el senador Armando Benedetti, exmilitante del Partido Social de Unidad Nacional (La U), anunció su giro hacia la izquierda, más precisamente al movimiento Colombia Humana, que orienta el senador Gustavo Petro, sostuvo que “el centro no existe según la teoría política. ¿Entonces? ¿Pertenecen al ‘centro’ las personas que generalmente son de derecha, pero se visten o se caracterizan como gente de izquierda? ¿O se pondrán los dos disfraces al mismo tiempo?”.
Durante fin de semana, Roy Barreras, también senador y excopartidario de Benedetti, expresó que “el centro existe. No hay centroizquierda sin centro pero tampoco lo hay sin izquierda. El debate no es sobre los extremos, que nadie quiere, sino sobre la responsabilidad social del Estado de Derecho. El centro no es la parálisis de Lampedusa, sino el eje gravitacional del cambio”.
En el mismo sentido, el exministro Juan Fernando Cristo anotó que “los de centroizquierda somos ‘derechosos’ para la izquierda y ‘mamertos’ para la derecha, en una simplificación descalificadora”.
Sin embargo, más allá del debate sobre la existencia o no del centro, el tema práctico lo planteó el senador Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, al exponer que Benedetti “puede ser el primero de varios dirigentes políticos nacionales que terminen tratando de ayudar a Petro, ya sea directamente o a través de una alianza que permita construir una consulta de distintos sectores con claro sentido social demócrata para construir algo distinto”.