La cárcel preventiva para conductores borrachos fue hundida el martes por el Congreso. Entre las razones expresadas para esta determinación está un pedido de la Corte Suprema de no aprobar más tipos penales debido a la congestión carcelaria.
Sin embargo, hay otras iniciativas como la que pone en cintura a quienes atacan con ácido a sus víctimas, que no establecen un nuevo tipo penal sino que elevan las penas.
Su autor el representante Óscar de Jesús Marín (Partido Liberal) dice que el proyecto busca frenar estos casos y que los autores no queden en libertad, como hoy sucede.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué sigue para el proyecto suyo que endurece las penas a los ataques con ácido?
ÓSCAR DE JESÚS MARÍN: Este proyecto de ley con el que pretendemos aumentar las penas a quienes ataquen con ácido a otra persona destrozándole el rostro, el cuello, el cuerpo, ya hizo todo el trámite en la Cámara, ahora estamos pendientes del Senado. Yo aspiro que esta misma semana pase el primer debate en la Comisión Primera del Senado.
Me parece que está muy ambientado, es un tema bastante sensible para la sociedad y considero que los senadores nos van a ayudar para que antes del 20 de junio sea ley de la República.
ENS: ¿El Gobierno apoya o no este proyecto?
OJM: Aquí quiero aclararles a todos los colombianos, y muy especialmente a las víctimas, que lo que yo pretendo con el proyecto es que haya unas penas mínimas de 10 años y la máxima de 20.
En las conversaciones que hemos tenido con el Gobierno, con el Consejo de Política Criminal y con la Alta Consejería para la Equidad de Género, lo que hemos logrado hasta ahora es concertar penas que oscilen entre 5 años y medio y 14 años.
De todas formas es muy importante este aumento ya que con ello se van dando pasos para blindar este tipo de acciones para que por ningún motivo vaya a ser excarcelable.
ENS: Algunos critican este tipo de proyectos porque reaccionan a una coyuntura, engrosando el Código Penal…
OJM: Lo que pasa es que hay un ordenamiento jurídico para una convivencia, llamémosla, normal. Pero este tipo de situaciones son anormales, son atroces, se salen de cualquier ordenamiento existente, y por eso hay que legislar al respecto.
Este no es un tema coyuntural, es recurrente, que viene sucediendo desde hace varios años. Quemarle y destrozarle el rostro a un ser humano desafortunadamente se ha venido convirtiendo poco a poco en una de las formas más utilizadas para la venganza entre las personas por dos situaciones: una porque deja a la persona padeciendo de por vida, y la otra es que con este tipo de acciones encuentran unas penas más suaves que si cometieran un homicidio.
Hoy lo que existe en el Código Penal es una lesión personal que se castiga con una pena de 2 años y medio, la mínima, y de 10 la máxima. Es decir, por lo general los jueces se van a una media y están estableciendo una pena de seis años. El victimario se allana a cargos, y con el solo hecho de allanarse a cargos le rebajan el 50 por ciento de la pena, es decir queda en tres años. Y se sabe que cuando las penas son menores a cuatro años son excarcelables.
Entonces la víctimas no solo se ven atacadas y con esa marca de por vida, sino que quedan con la gran frustración de ver a su victimario en muy pocos días en la calle haciendo de las suyas.
Niño atacado
Un niño de 13 años fue atacado en la noche del martes con ácido en Bogotá, en momentos en que fue enviado por sus padres a hacer un mandado a la tienda.
El pequeño sufrió graves quemaduras en el lado izquierdo de su rostro, de las que se repone en el Hospital de La Misericordia.
Mientras el padre aseguró que “no tenían nada qué robarle”, la madre reiteró que el ataque no estuvo relacionado con un robo, por lo que la atención de las autoridades se enfoca en indagar si pudo tratarse de un caso de ‘matoneo’ o violencia vinculada al ámbito escolar.