“Se fue la seguridad. Será difícil rescatarla”. Con esta frase, el expresidente Álvaro Uribe entregó un nuevo mensaje al país, en la serie de videos diarios que inició hace dos semanas.
Con cifras en mano, el exmandatario muestra cómo se han incrementado varios delitos, entre ellos los asesinatos de líderes sociales, masacres, extorsiones, narcotráfico y minería ilegal.
Tras asegurar que el país está extorsionado y cita como ejemplo que este delito denunciado en lo que va del gobierno actual asciende a 18.935 casos, dijo que se no puede volver al pasado y que compete a todos pensar cómo enfrentar exitosamente el futuro.
En ese marco sostuvo que “necesitamos gobiernos de principios sólidos y de coraje en la actuación, que es el coraje que importa. Coraje en la actuación, más allá del coraje en el discurso”.
Este es el texto completo del video del expresidente Uribe divulgado en la mañana de este domingo:
“Se fue la seguridad. Será difícil rescatarla. Más importante los hechos que los discursos. La seguridad nunca fue perfecta, íbamos mejorando. El deterioro empezó en 2013 con la legalización del secuestro y el narcotráfico en favor de las Farc y ahora se viene agravando la violencia. El gobierno actual acumula 154 masacres. En 2022 cuando llegamos hubo 112 y habríamos querido cero, pero en 2010 todavía tuvimos 10.
En estos 22 meses se suman 333 líderes sociales asesinados. En 2002, 1.649; en 2010, 434. La extorsión denunciada: en 2022, 2.080 casos; en 2010, 1.352. El gobierno actual 18.395.
No nos basemos en la extorsión denunciada. Muchas personas prefieren, cuando la seguridad no es eficaz, prefieren pagar a denunciar porque les da miedo las retaliaciones. Hoy el país está extorsionado. La industria, el comercio, los pequeños, los medianos, los grandes, los callejeros. Está extorsionado el campo colombiano, extorsionadas las tiendas. También crece el narcotráfico, la minería ilegal.
Vamos a encontrar un problema social enorme que crecerá mientras más se demore el país para resolver estas dificultades. Puede haber dos caminos de solución: que los colombianos fatigados por las “republiquetas” o situaciones como las del Catatumbo, donde impera el estado terrorista que ha reemplazado al Estado de Derecho, los colombianos digan mano firme para reunificar la República; o que venga otro camino, que las drogas sintéticas eliminen la coca. En cualquiera de los dos escenarios se encontrará un problema enorme, enorme. El problema de 200, 300, medio millón de colombianos que vivan de esas rentas ilegales. ¿Cómo vamos a resolver ese problema social?
Y este rescate a la seguridad más difícil por estas rentas ilegales, por el terrorismo sofisticado, más armado. Miren lo que ha pasado con los drones. Mientras tanto las Fuerzas Armadas debilitadas, humilladas, silenciadas, con el transporte de tierra deteriorado, el transporte aéreo que genera toda la desconfianza, sin soldados de mi pueblo. Estigmatizadas las redes de informantes, los frentes locales de seguridad.
Por favor, los gobiernos anteriores acabaron Familias Guardabosques, que era un gran camino para cuidar las selvas, las aguas, para sustituir las rentas ilegales. Colombia tendría allí un gran ejemplo para mostrar en la COP 16 de Cali.
Y hablemos de violencia y el impacto en lo social. En 2002 fueron asesinados, entre trabajadores sindicalizados y profesores de Fecode, 196; en 2010, 14, habríamos querido cero. En 2002 fueron asesinados 10 periodistas, en 2010, uno. Siempre se protegió a todos los líderes de la oposición. Llevo el dolor de los falsos positivos y en todas partes he dado la cara con patriotismo, con honradez, por supuesto en una defensa solitaria.
Veamos si lo nuestro era una política de muerte o de vida y libertad. Mientras se desmovilizaron 53 mil personas, se capturaron 36 mil, fueron dados de baja 13.900. Siempre preferíamos la desmovilización. Después veremos si nuestra política económica era una política de concentración de riqueza o de creación de riqueza para financiar lo social.
El país no puede volver al pasado. Tenemos que pensar cómo enfrentar exitosamente el futuro. Los gobiernos que antecedieron al actual, empezando por el mío, tienen que revisar, tenemos que revisar, allí donde fallamos, qué hicimos mal para permitir que Colombia viva esta situación. Pero se necesitan unos elementos, son fundamentales, lo fueron en el ayer, lo son en el presente y lo serán en el futuro: necesitamos gobiernos de principios sólidos y de coraje en la actuación, que es el coraje que importa. Coraje en la actuación, más allá del coraje en el discurso.”