Ambas partes deben explicarle al país por qué es conveniente que las Farc lleguen al Congreso, dijo
El segundo punto de la agenda en La Habana sobre la participación de las Farc en política, se resolvió más rápido de lo esperado. Sin embargo, lo que ahí se estableció fueron pautas para los partidos disidentes, y los lineamientos específicos se dejarían para el final. Así lo cree Pablo Ortega, investigador del Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (Cerac), quien ha trabajado en las líneas de análisis del conflicto armado y violencia política, y de procesos transicionales.
Sobre la cita que le pidió la Corte Constitucional al Presidente Santos, el Procurador, y varias ONG para explicar la eventual participación de la guerrilla en la política, no cree que sea un debate decisivo.
El Nuevo Siglo: ¿Qué alcances tiene el segundo acuerdo de La Habana sobre participación política?
Pablo Ortega:En primer lugar, se establecen unas medidas que buscan garantizar la satisfacción del movimiento político que surja de una desmovilización de la guerrilla. En segundo lugar, se busca garantizar la participación de movimientos de oposición y sectores políticos disidentes en el marco institucional.
Tercero, facilitar que regiones usualmente excluidas de los centros de poder político y económico tengan una mayor participación y representación en el legislativo. Esa es una iniciativa muy importante y muy polémica que tiene potencialidades pero también riesgos; por un lado, le permitiría a regiones como el Bajo Putumayo, El Caguán o Norte de Santander, tener una mayor representación, lo cual es positivo. Pero también es riesgoso, pues surge la pregunta de qué tanto se va a garantizar que las Farc, que tienen influencia muy fuerte en estas regiones, no vayan a generar una presión violenta hacia la población civil.
ENS: Un cuestionamiento similar al que se le hace a las Zonas de Reserva Campesina…
PO:Las Zonas de Reserva Campesina también están estigmatizadas. Por supuesto, hay una influencia de las Farc en estas regiones, pero eso no quiere decir que no haya procesos organizativos de los campesinos y que sean un mecanismo eficaz para que accedan a la tierra. Son muy importantes en el sentido que le dan una mayor seguridad frente al territorio.
ENS: ¿Qué expectativas se pueden tener frente al debate programado para el 20 de mayo en la Corte Constitucional?
PO:No creo que sea muy diferente a lo que sucedió hace un tiempo cuando la Corte le pidió al Gobierno explicar los alcances del Marco para la Paz. Donde se va a discutir el punto es en el Congreso, y ahí será muy interesante con este nuevo balance de fuerzas; habrá un contrapeso y una veeduría muy fuertes a este tema de la participación de las Farc en política.
ENS: ¿Cómo perciben los colombianos la posibilidad de que las Farc lleguen al Congreso?
PO: Creo que va a ser muy complicado por diferentes razones. La primera es que las Farc no han hecho el ejercicio de decirle a la ciudadanía por qué sería favorable que estuvieran en política; y el Gobierno tampoco ha hecho pedagogía de los beneficios que esto podría tener. Ese va a ser uno de los temas más difíciles en cualquier mecanismo que se establezca de refrendación de los acuerdos. No creo que todavía exista un clima favorable para eso: las encuestas arrojan que la ciudadanía no quiere ceder. Es un tema complicado y el Gobierno debería hacer pedagogía si quiere apostarle a la paz.
ENS: ¿Fue precipitado ponerlo como segundo punto en la agenda?
PO:Fue estratégico. El punto es polémico, pero ahí no se han discutido las condiciones de la desmovilización de las Farc. Estos temas álgidos se han venido postergando y estoy seguro de que se dejarán para el cierre. Lo que se estableció fueron las garantías para que haya oposición política en el país, pero no se ha dicho quiénes van a participar y eso se va a dejar para el final.
(RECUADRO) Discusión legislativa
Frente a los temas que abordaría un debate en el Congreso sobre el tema, el politólogo cree que “se discutirá cuáles son delitos políticos y qué tanto los altos mandos de las Farc que violaron derechos humanos van a poder participar en política”. Aunque no ve posible una amnistía total, considera que “también va a ser muy difícil que se logren establecer penas considerables para los altos mandos de las Farc. Hay un antecedente que son los paramilitares y la misma Corte Constitucional estableció esa vez que no podía haber amnistía”.