EL NUEVO SIGLO: Usted lanza la Fundación Acordemos, ¿en qué consiste y cuál es el propósito?
SERGIO JARAMILLO CARO: La idea de Acordemos es sencilla y es preservar y aprovechar el enorme conocimiento que se creó en Colombia durante las negociaciones de La Habana, en particular en el equipo de lo que fue mi oficina, del Alto Comisionado para la Paz, y ponerlo al servicio de otros.
En primer lugar, de negociaciones en otros países, pensamos que Colombia tiene mucho que decir en el mundo, pero resulta que cuando uno da un par de vueltas, como he dado en estos años asesorando negociaciones internacionales, encuentro que francamente en ninguna parte he visto un equipo tan competente como el que teníamos en la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, y entonces uno puede ayudarle a otros, y eso ya lo comenzamos a hacer.
Tuvimos aquí la delegación de Tailandia que está negociando con la insurgencia del BRN (Barisan Revolusi Nacional) en el sur. Hicimos unos cursos de una semana entera de todos los aspectos de negociación con las personas que estuvieron involucradas en la negociación, los llevamos a un lugar donde están reincorporándose los antiguos miembros de las Farc. Hicimos lo mismo con la delegación de Nigeria que está negociando con Boko Haram.
Fuimos a Tailandia con especialistas jurídicos como Mónica Cifuentes; militares como nuestro antiguo comandante general, general Mejía, a aportar elementos directamente tanto al equipo negociador como a los generales que están pensando cómo manejar esa negociación, cosas que, francamente, nadie más puede hacer porque pocos han pasado por ahí.
Eso es lo que hemos estado haciendo, y lo último fue un taller en el Cairo sobre monitoreo y verificación, aprovechando la experiencia extraordinaria de Colombia del mecanismo tripartito de monitoreo y verificación. Es un ejemplo para muchos otros, y eso lo tratamos en el Cairo en una conferencia conjunta que hicimos con un centro allá para que eso les sirva a otros.
ENS: Usted habla de la importancia de los diálogos regionales para alcanzar la paz, ¿cómo se pueden ambientar la participación de la población para esto?
SJC: Pues Acordemos tiene dos caras: una internacional, ayudar en otra parte, y otra nacional, ayudar acá.
Aquí desde incluso antes de crear la fundación ya habíamos, con el antiguo equipo de la Oficina, ayudado a crear una red que se llama la Confluencia Nacional de Líderes Comunitarios, que son líderes que conocemos desde la negociación en todo el país, que hemos ayudado a que se conecten entre sí, a que se conecten con el Gobierno nacional y a que desarrollen una mayor capacidad organizativa, justamente en esa lógica de paz territorial y de ayudar con la pedagogía del Acuerdo.
Esperamos poder ayudar en temas de víctimas; incluso en temas de verdad; en procesos pequeños todavía no resueltos, territoriales, que son muy importantes. Eso es un poco el ámbito de acción que tenemos, más la creación de un, le llamamos, banco repositorio de lecciones de todo lo que se hizo en el proceso para que eso no se pierda, para que eso sirva en Colombia y en el exterior.
Precisamente, para que eso no se pierda, ¿cómo aplicar en la implementación? ¿Qué ha pasado con la implementación del Acuerdo? Pues tiene altibajos, hay unas cosas que salieron muy bien, otras que salieron más o menos bien, otras regular, otras que no se han hecho.
Es todo un espectro de grises que hay que mirar con cuidado, pero lo más importante es empujar porque si nos dedicamos simplemente a decir “es que este Gobierno no hizo nada, es que el anterior no hizo nada, es que el otro tampoco”, pues no vamos a llegar a ninguna parte. Tenemos que decir: “oye, miremos para adelante y miremos cómo todos podemos sumar”.
ENS: ¿Por qué es tan complejo el conflicto armado en Colombia?
SJC: Lo que teníamos en Colombia era una guerra, una guerra entre el Estado y la guerrilla de las Farc, en la que participaron las autodefensas también, y de una manera más marginal el Eln. Y en general, esa guerra por la toma del poder se acabó, se acabó con el Acuerdo, y la idea de la lucha política, de la lucha armada, quiero decir, en Colombia también se acabó.
Queda el Eln, terco como es, pero el Eln mismo ya renunció a la toma del poder y realmente ese es el último capítulo por resolver que queda.
Después de eso surgen otras conflictividades, disputas territoriales por las rentas que hay en los territorios, que pueden causar a veces tanta violencia como la misma guerra, como estamos viendo en departamentos como el Chocó o el Cauca, pero que tienen una motivación distinta.
Entonces, lo importante es entender la naturaleza del fenómeno y ver cuál es la mejor manera, cuáles son los mejores instrumentos para tratarlo, pero al final estamos hablando de los mismos territorios, y por eso es tan importante avanzar en la implementación del Acuerdo porque eso les sirve a todos.
ENS: ¿Hablar de paz a la vez con varios grupos armados, como hace el actual Gobierno, es posible?
SJC: Creo que lo principal es poner el foco en la gente, no en los grupos. Hoy estábamos en una reunión con esos líderes de la Confluencia Nacional de Líderes Comunitarios, y decía uno de ellos: “Bueno, es que nos va a tocar montar un grupo armado para que nos pongan atención, porque aquí solamente le ponen atención en el sur de Córdoba a los armados”.
Es un mensaje terrible, y de esa lógica tenemos que salir, tenemos que conectarnos con la gente, tenemos que crear unos centros de gravedad, unas masas críticas en esos territorios, que la gente vea que se le sigue involucrando, se le sigue tratando como fue siempre la idea de los PDET. Y eso ha pasado en unas partes sí, pero en muchas no.
ENS: Usted casi pierde la vida en un restaurante en Ucrania por un misil que cayó. ¿Cómo fue esa experiencia?
SJC: Pues hoy quisiera hablar solamente de Acordemos, pero esa es la realidad, la realidad de la invasión ilegal de Rusia a Ucrania.
Un miembro permanente del Consejo de Seguridad tiene una campaña de ataques deliberados contra civiles en todo el territorio de su vecino. O sea, no solamente los invadió violando la Carta de Naciones Unidas, un miembro permanente del Consejo de Seguridad que lanza una guerra colonial contra un país vecino y quiere apropiarse de su territorio, sino que además de eso por todo el territorio está lanzando permanentemente misiles, bombas desde aviones, atacando a los civiles de manera impune.
Es increíble y eso es lo que hay que denunciar, y eso es lo que América Latina tiene que denunciar. No podemos seguir con esos dobles estándares que es que yo condeno a Ucrania, pero no condeno a Gaza, o es que yo condeno a Gaza, pero no digo nada sobre Ucrania, no.
Eso no nos sirve, hay que volver a la tradición latinoamericana de defensa del derecho internacional, de defensa de los derechos humanos.
Finalmente, decirle al presidente Petro que la Fundación Acordemos está para apoyar aquí en Colombia, está para apoyar todos los procesos donde podamos aportar algo. No siempre lo podremos hacer, donde podamos ayudar, ayudaremos.