Un nuevo cruce de opiniones frente al cumplimiento de las decisiones judiciales tuvieron ayer el Gobierno nacional y las altas Cortes durante el XXVI Encuentro de la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativa, evento organizado por el Consejo de Estado y que se realizó de manera virtual.
A nombre de las altas Cortes jurisdiccionales, el presidente del Consejo de Estado, Álvaro Namén Vargas, pidió al Gobierno respeto por los fallos judiciales y la independencia del poder judicial.
“El Estado de derecho separa los tres poderes y se basa en forma sustancial en el respeto y acatamiento de las decisiones del poder Judicial. De una sentencia se puede discrepar, se puede controvertir a través de los medios establecidos en el orden jurídico, pero hay que acatarla”, dijo el magistrado.
Namén Vargas agregó en la instalación del evento que Colombia cuenta con una judicatura “valiente e imparcial porque juzga igual al poderoso y al humilde, y es valiente porque no se deja presionar ni amedrentar por nadie”.
El jurista, además, explicó que Colombia es una sociedad democrática y republicana. “En ella las armas, la arbitrariedad y el abuso deben ceder ante el imperio de la justicia. Nos duelen todas las víctimas de los actos violentos, vengan de donde vengan. Hoy hago un llamado de una causa común que nos unamos en las diferencias para superar dificultades que enfrentamos como sociedad, la unión es la única manera para llegar a la concordia nacional y a la paz”, aseguró.
Por su parte, el presidente Duque respondió a lo dicho por el consejero de Estado, y afirmó que su Gobierno es respetuoso de la rama Judicial y que todas las decisiones judiciales se han cumplido.
“Quiero hacer referencia a los principios a partir de los cuales los fallos se acatan, pero las fallas se discuten y se corrigen. Los fallos tienen sus alcances. Los fallos tienen sus instancias. Nuestra Carta Política determina cuáles son los espacios para que se dé la sana controversia en la órbita jurídica”, dijo Duque.
Al respecto afirmó que “las fallas que se puedan advertir, es un deber corregirlas por el interés del pueblo colombiano”, y agregó que en aras de la colaboración armónica entre poderes públicos, “lo hemos hecho, también, en varias reuniones que hemos sostenido con los presidentes de las altas Cortes en medio de estas difíciles circunstancias”.
Duque, no obstante, señaló que la protesta social pacífica es un derecho constitucional, pero las expresiones de violencia tienen que ser reprimidas.
“Las expresiones pacíficas y ordenadas de los ciudadanos deben ser siempre garantizadas y protegidas en el marco de nuestra Constitución. Pero también tenemos que ser claros en que, bajo ninguna circunstancia, podemos dejar que las expresiones de violencia, de vandalismo, de terrorismo, afecten los derechos de los ciudadanos”, sostuvo.
El Mandatario señaló que los derechos de los ciudadanos “son sublimes en una democracia”, pero también los deberes de todos los ciudadanos, funcionarios públicos y miembros de la Fuerza Pública.
Por ello, el presidente Duque consideró que se debe procurar que “todas las instituciones se rijan por los más altos estándares para proteger los derechos de los ciudadanos, pero también los más altos estándares para poder ser contundentes frente a las expresiones del crimen organizado”.
Y destacó la importancia de que no solamente se den las capturas por parte de las autoridades, sino que la sociedad espera “sanciones ejemplarizantes”.
Lucha contra el narcotráfico
En su intervención, Duque aprovechó para referirse a la lucha contra el narcotráfico, tema del que aseguró “no puede existir controversia institucional para trabajar en equipo”.
En ese sentido, el jefe de Estado aseguró que el narcotráfico “es un fenómeno perturbador para la materialización de la paz, ha sido un cáncer que ha atacado a nuestro país por décadas”.
Según explicó, entre el año 2015 y agosto del año 2018 el país tuvo una expansión exponencial de cultivos ilícitos, tendencia que se logró frenar el año pasado.
También se refirió a la actividad del narcotráfico por las parte de las disidencias de las Farc y el Eln. “Seamos claros: no puede haber claudicaciones ni mucho menos podemos tener ambivalencias o que nos quedemos en el pantano de controversias singulares, cuando lo que existe es el deseo plural de que se construya la paz en el país, pero con más narcotráfico será cada vez más esquiva su materialización”, concluyó.