Duque-Biden: ¿cambios de fondo en la agenda? | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE Duque no conoce mucho a Biden pero el expresidente Uribe sí trabajó con él en tiempos de Obama
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Domingo, 8 de Noviembre de 2020
Redacción Economía

¿Nueva era en las relaciones de Colombia con Estados Unidos? Esa es la pregunta que el Gobierno y muchos sectores en nuestro país se hacen ahora que Joe Biden parece confirmarse como el próximo presidente de la potencia a partir del 20 de enero de 2021.

Si bien es cierto que los distintos gobiernos de nuestro país en las últimas dos décadas han privilegiado una agenda bipartidista en su relacionamiento con Estados Unidos, dado que tanto republicanos como demócratas se han rotado el dominio en la Casa Blanca y el Congreso, es claro que la primacía partidista en los círculos de poder en Washington sí genera en la agenda bilateral determinados énfasis.



Salvo algunas pequeñas escaramuzas por los duros señalamientos del presidente saliente al respaldo del excandidato de izquierda Gustavo Petro a la campaña de Biden, así como las denuncias de una presunta participación de parlamentarios, diplomáticos y dirigentes políticos de nuestro país en favor del hoy titular de la Casa Blanca, sobre todo en La Florida, lo cierto es que el tema de Colombia asomó muy poco o casi nada en los debates y pronunciamientos de fondo y programáticos de los aspirantes estadounidenses.

De hecho, fueron las crisis y temas pendientes con Cuba, Venezuela y México los que más sobresalieron en la agenda proselitista latina de Trump y Biden. Para algunos analistas  el caso colombiano no fue protagonista, pese a ser el principal aliado geopolítico de Washington en Suramérica y puntal de lanza en la estrategia para debilitar y sacar del poder a la dictadura de Nicolás Maduro. ¿La razón? La agenda bilateral entre la Casa Blanca y la Casa de Nariño no solo es una plataforma muy sólida desde los gobiernos Clinton, Bush, Obama y Trump, sino que, en realidad, tiene un estrecho margen de cambio o modificación, ya se trate de un mandato republicano o uno demócrata.

¿Cambio?

EL NUEVO SIGLO consultó con un ex alto cargo de la Cancillería colombiana de años atrás, quien insistió en que siempre que hay cambio de gobierno en Estados Unidos se abre este debate sobre cómo cambiará la relación con Colombia pero, al final, es poco lo que se modifica por la misma complejidad de la agenda y el poco margen de acción en los principales temas.

“… Hay mucho análisis por estos días respecto a cómo va a cambiar la relación entre el gobierno Duque y el de Biden (si es que finalmente se confirma su triunfo electoral)… Pero se trata de aproximaciones teóricas que responden más el deber ser y a lo que incluso muchos sectores políticos y partidos colombianos quisieran que cambiara o se mantuviera… Pero la verdad es que la política de Washington frente a Colombia es una sola y la agenda muy definida… Mire tres ejemplos sencillos pero contundentes sobre el pragmatismo bilateral: Uno, Obama apoyó el proceso de paz de Santos con las Farc, llegó Trump y aunque se dijo desde un comienzo que se opondría y buscaría incluso reversarlo, más aún después de la llegada de Duque al poder, al final de todo nada real y tangible pasó en ese frente… Hay que ser realistas: las peticiones de extradición recientes sobre la cúpula de las (disidencias) Farc y el Eln se da más por su complicidad con la dictadura de Venezuela que por un asunto interno colombiano… Dos, desde el segundo gobierno de Santos Colombia ya estaba contra el régimen chavista en Venezuela y Duque siguió la misma línea. Esa política se dio durante los gobiernos Obama y Trump, uno demócrata y otro republicano, y no creo que ahora la Casa Blanca o el Departamento de Estado vayan a cambiar la aproximación al tema, flexibilizar la presión a Maduro, quitarle las sanciones o relajar el bloqueo naval en el Caribe bajo la excusa antidroga… Ni menos que le pidan a Colombia que relaje su oposición a la dictadura”, precisó la fuente consultada, que pidió la reserva de su nombre.



“Y tres, desde 2014 la extensión de narcocultivos venía creciendo en Colombia y solo ahora, este año, tras los gobiernos Santos y mitad de Duque aquí, el segundo de Obama y el de Trump allá, se frenó esa tendencia… Incluso hoy preocupa más a Washington la cocaína mexicana que la colombiana… Trump habló de presionar más a Colombia (en el tema antidroga) pero en la práctica nada pasó y no veo a Biden volviendo a las anacrónicas épocas de descertificar a Colombia, y menos cuando la lucha antidroga en Colombia prácticamente se coordina día a día con las autoridades estadounidenses y estas saben que el tema es muy complejo, sea cual sea el signo político de quien ocupa la Casa Blanca…”, agregó.

Dijo que “… una cosa son los análisis teóricos y las disquisiciones discursivas y otra la realidad… Y, de colofón: no hay que olvidar que Biden como congresista y vicepresidente de Obama conoce el tema Colombia a fondo y sabe que la cuestión no es fácil ni la agenda un capricho gubernamental de turno… Si lo creyera, esa diferencia de criterio hubiera sido tema seguro de campaña, incluso para captar más voto latino, pero no hubo tal”.

Precisó, finalmente, que Biden “… conoce de cerca a Uribe, que es el páter político de Duque y Washington tiene un embajador de carrera en Bogotá que no creo que lo vayan a cambiar los demócratas y menos el Departamento de Estado, que fue la dependencia a la que menos le metió mano Trump”.

¿Entonces?

Lo cierto es que Colombia ya reiteró que ha mantenido y mantendrá una relación de enfoque bipartidista con Estados Unidos.

Así lo reiteró, hace dos semanas, ante el Congreso la propia canciller Claudia Blum, tras desmentir versiones de congresistas sobre funcionarios y diplomáticos colombianos en reuniones con la campaña Trump.

“Tenemos un relacionamiento constante y un diálogo franco y respetuoso con los representantes del Gobierno y con los congresistas de ambos partidos y la Embajada de Colombia en Washington mantiene comunicación frecuente con los miembros demócratas y republicanos, en las dos Cámaras”, aclaró.

Blum enfatizó que en la relación con Estados Unidos el apoyo de los dos partidos hace posible el impulso de planes, programas y proyectos de primera importancia: “Les reitero que la alianza estratégica de Colombia y Estados Unidos seguirá fortaleciéndose gracias al apoyo bipartidista que hemos consolidado en ese país y que seguiremos profundizando, pues nuestra agenda bilateral es de primera importancia para los dos países y para la región”.

Como se indicó en un informe publicado esta semana, la agenda entre Colombia y Estados Unidos es muy amplia pero está circunscrita a cinco temas clave en los que algunos analistas sí consideran que, más que cambios, habrá nuevos énfasis. Esto, claro está, dependiendo de cómo se termine definiendo la mayoría en el Senado en EU, ya que si los republicanos mantienen la primacía ese equilibrio de visiones sobre Colombia no cambiará mucho.

Por ejemplo, en el tema antidroga el gobierno Biden seguramente insistirá en la necesidad de una mayor eficiencia en la reducción de narcocultivos y la capacidad de exportación de cocaína. No se prevé una disminución como tampoco un aumento de aportes al Plan Colombia, tal y como, en la práctica, ocurrió con Trump.

En cuanto a la cruzada contra la dictadura venezolana, por ahora Biden no ha dado luces de querer aflojarle la presión a Maduro, y menos con las cuestionadas elecciones parlamentarias de diciembre próximo.

En lo que sí es posible que la Casa Blanca presione más al gobierno colombiano es en lo relativo al asesinato de los líderes sociales. Ya la bancada demócrata se ha pronunciado al respecto pidiendo más acción efectiva de Bogotá.

Por ahora, habrá que esperar a que se oficialicen los resultados de la elección en EU y cuáles podrían ser los nuevos lineamientos de política exterior de Biden y su próximo Secretario de Estado. Faltan casi tres meses para ese humo blanco. Sin embargo, por el momento, no parece que la agenda sufrirá un remezón.